CAPÍTULO 19

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NICOLE

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NICOLE

—¡Oh dios, mi culo! no importa lo sobrenatural que me haya vuelto, los golpes me siguen doliendo.

Aquel comentario, aun a pesar de encontrarnos tan magullados como desconcertados, provocó una risa general que hizo descender aquel frío ambiente. De hecho, la bruma unida a la humedad de nuestro alrededor, nos provocaba escalofríos incluso a los que éramos de sangre fría.

—Tenemos suerte de tener una luchadora tan valiente como tú, el problema es que te quejas demasiado y nos provocas dolor de cabeza. Aun así, te queremos.

Peter me sacó la lengua burlonamente, haciéndome refunfuñar de nuevo y adelantándome en el camino para darme un respiro. La voz de Nicolae nos hizo girar nuestras cabezas en su dirección, completamente atentos a lo que quería decirnos.

—Hoy no saldremos de caza pues la situación podría ponerse fea. Tengo suministros de sangre en mi despensa, por tanto, nos alimentaremos por hoy de esa forma.

—Osea que hoy nada de quemar energía antes de dormir. Qué bien—Dije aun molesta. Pero lo que más me molestó fue lo que dijo un jocoso Peter que parecía tener ganas de bromear como si el espíritu de su hermano pequeño hubiera invadido cada una de las células de su retraído carácter.

—Sabemos perfectamente como os gusta tanto a ti como a Nicolae quemar energía. Desgraciadamente, nuestros oídos han sido testigo en innumerables ocasiones.

—Al menos nosotros sabemos divertirnos, pero, ¿qué hay de ti y Madeline? No me digas que ambos aún sois vírgenes. No sé a qué esperáis para estrenaros.

Mi comentario provocó más daño del que esperaba, cerrándole la boca al mediano de los hermanos durante casi todo el trayecto de vuelta a casa. Y yo mentalmente, me golpeaba la frente por tener la boca tan grande y suelta; odiaba hacer comentarios que dañasen a los que apreciaba en mi vida. Hacia unos años, si te topabas con la Nicole de entonces, la ira que cargaba en su interior era tan fuerte que ni siquiera se planteaba el provocar daños a los demás. Incluso, en muchas ocasiones, lo disfrutaba como castigo a sí misma para ensuciarse cada vez más la conciencia.

Había cambiado mucho en un tiempo casi récord y eso era gracias a que ahora tenía lo que una vez repudié. No volvería mamá a mi vida, pero eso no implicaba que fuera el fin de todo, sino más bien, el principio de algo. Y siempre, daba igual cual hubiera sido el acto o la frase, siempre me perdonaban, porque todos ellos eran mi familia.

Qué extraño que entre mi familia no se encontrase mi padre, pero como se sabe, no todas son iguales, sino que cada familia posee una configuración diferente y eso no siempre es malo, más bien en muchas ocasiones, es lo mejor que puede a una pasarle.

No era de pedir disculpas, pero comprendía que quizás me había pasado de la raya; el rostro de Nicolae con la mandíbula apretada y sus ojos más brillantes de lo normal, me demostraban cuán ofendido se sentía al haber dicho algo a su hermano que, para colmo, era un trocito de pan caído del cielo.

Solo así podría sentirme el auténtico anticristo, jodiendo al mediano de los Bartholy.

Me detuve en medio del camino, girando ligeramente mi rostro en su dirección. Él miraba al suelo por lo que se dio de bruces conmigo haciéndome caer en un charco de barro que se encontraba a un lado del sendero. Pues sí, Nicole Revientaculos había probado su propia medicina y era bien amarga.

Todos se carcajearon y no precisamente de forma sutil o mostrando una cierta pena por mi persona, más bien al contrario. Fastidiarme era algo que se daba algo parecido como ocurría con los eclipses; en muy contadas ocasiones y merecía la pena verlo, pues eran de las pocas veces que lograban callar mi vena mordaz y cínica.

Incluso Peter, tan cortés como medido, ahora era el peor de los presentes. Había perdido las formas, pero, a sorpresa de todos, se dejó caer en el barro junto a mí. Mis ojos se abrieron más aun y esto le hizo reír más.

—Ahora, ya estamos en paz.

—Me destruiste el ego, ¿Y eso es todo lo que vas a decirme? —Le pregunté esperando a que él se comportara como cualquier persona hubiera hecho en una situación así. Comprendía que no era alguien fácil con la que convivir, por tanto, era importante y casi una obligación que de vez en cuando me bajaran los humos.

Eso sí, muy de vez en cuando.

Ambos nos sacudimos la ropa sin éxito, pues estaba pegada a nosotros casi como una segunda piel. Las risas evolucionaron a sonrisas, las cuales más que burla, mostraban una aprobación silenciosa. Yo me había vuelto parte de ellos aun a pesar de que cada uno era un mundo completamente distinto. Y aun a pesar de ello, encajábamos perfectamente.

—Quiero hacer las cosas bien, tan solo quiero que ella se divorcie y solo entonces...pensaremos que hacer con nuestras vidas.

Suspiré al pensar en la pobre Madeline y en la carga que soportaban sus hombros por el simple capricho de su padre y la mala baba de su prima. Nunca les gustó Peter para ella aun a pesar de que se había granjeado un nombre, y con ello no lograron separarlos por muchos impedimentos que les pusieron en el camino.

Pero no por ello, las cosas eran fáciles o lo serían, pues conocía a la gente de esa calaña y lo dispuestos que están a conseguir lograr sus objetivos. No dejarían en paz a Madeline hasta que volviera a su casa y aceptase de una buena vez a su marido. Y eso todos lo sabíamos.

—No permitiremos que se la lleven. Antes me arranco un brazo—Contesté molesta al pensar en ello. Maddy se había convertido en otra hermana más para mí al igual que Lorie y ninguna criatura fuera de éste o de otro mundo o dimensión, lograrían arrebatarlas de mi vida.

Un gruñido de aprobación colectivo secundó mis palabras, por lo que aceleramos el paso para así llegar cuanto antes a la mansión. No deseaba ser pájaro de mal agüero, pero temía que en nuestra ausencia pasara algo a cualquiera de ellas, pues, aunque Madeline y Lorie eran duras contrincantes y eran capaces de sobra de proteger a mi hermana, si entrase un grupo grande de atacantes, podrían ser demasiado para ellas. Y siendo claros, no hay nada más fuerte que una hermana cabreada capaz de todo por defender a su sangre.

—Estamos llegando, pero...escucho algo raro. ¿No tenéis la sensación de que alguien nos sigue? No paro de escuchar un crujido de hojas a nuestro alrededor y comienzo a sentir una gran paranoia—Contestó Peter. Confié en su percepción, vigilando con mayor detenimiento nuestros pasos hasta llegar a la verja exterior de la mansión. Todo a nuestro alrededor se hallaba demasiado tranquilo para nuestro gusto y eso, en la mayoría de las ocasiones, no era algo bueno sino sinónimo de que algo nos caería encima con todo su peso.

—Quizás sea una falsa alarma, hermano. Considera que nos encontramos muy alterados y nuestras percepciones pueden convertirse en nuestras peores enemigas—Le consoló Nicolae con una palmada en la espalda. Estaba de acuerdo con él, pues en ningún momento fui capaz de vislumbrar nada fuera de lo común.

Aunque me tragué mis propias palabras en el momento en el que mi vista se deslizaba a lo largo de la fachada del imponente edificio. Creía que mis ojos me engañaban, pero, cuando me encontré en una altura más cercana, supe que aquella ventana era la correspondiente a la habitación de Drogo. Y que si se encontraba encendida solo podía significar una cosa; que había llegado a la mansión.

The liberation of the beast(Is It Love?Nicolae parte IV)Where stories live. Discover now