CAPÍTULO 73

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—Tengo mucho que contaros, pero temo que el tiempo del que dispongo no es todo lo que quisiera

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—Tengo mucho que contaros, pero temo que el tiempo del que dispongo no es todo lo que quisiera. Estuve metido hasta las cejas en el Exilio, de hecho, fui uno de los miembros del clan de los Diez. Uno de los integrantes decidió retirarse y Claudette, que por aquel entonces era mi amante, decidió que yo era el indicado para estar en ese puesto. En un principio, me vendieron la panacea de que deseaban crear un mundo seguro, libre de todo tipo de delincuentes que pudieran dañar tanto a los vampiros como al resto de las criaturas mágicas. Pensé en vosotros, mi familia, y no podía estar más de acuerdo en esa perspectiva de cambio. Prometieron crear leyes que protegieran a nuestra especie y que limpiaran nuestra reputación que durante tantos años se había visto manchada por culpa de varios sádicos que decidieron erradicar a las brujas de la faz de la tierra. Se vendían como un sistema de seguridad y ley, no como un lugar de experimentos y tortura. Una de las cosas que decidieron cambiar era la reeducación para que no existieran prejuicios entre brujas y vampiros u hombres lobo y vampiros para que incluso pudieran establecer relaciones entre ellos. Todo sonaba demasiado perfecto y, como un auténtico gilipollas, me lo creí todo.

Casualidades de la vida, me topé con varias personas durante ese tiempo que me ayudaron a replantearme si para los que realmente estaba trabajando eran tan loables como decían ser. Admito que, por aquel entonces, Claudette me tenía un poco entre sus manos; sabía venderse en mi presencia y yo, como idiota, caía en sus redes sin rechistar. Ella no cesaba en decirme: "Él no es buena persona, debes perseguirle y traerlo aquí. Debe pagar por lo que ha hecho".

—Entonces, ¿Tú te encargabas de interceptar a la gente que ellos te mandaban para llevarlos al exilio?

—Exacto, yo era una mano de obra más que un líder más. Me contaban historias de todos ellos que me hacían desear romperles la cabeza a todos. Pensaba que estaba haciendo justicia, quizás porque mi maldita conciencia quería hacer que me redimiera de no siempre haber sido un hombre decente, pero cuando me di cuenta de todo lo que estaba haciendo y de quiénes realmente había encerrado, las cosas cambiaron.

Todos nos encontrábamos en silencio escuchando sus palabras. Con el corazón en el pecho, no podía creer todo lo que Drogo había cargado durante mucho tiempo, ¿Cómo de mal se sentía cada día cuando nos miraba a la cara? ¿Cuántas veces pensó en dejarlo?

Continuó con su relato.

—Las cosas cambiaron cuando comencé a bajar a los pisos inferiores, en el momento que decidí hablar más con ellos. Yo proporcionaba algunas de las torturas que eran enviadas por Shaphire, que es una niña lobo que se encarga, además, de redactar las leyes que deben aprobarse en relación al mundo sobrenatural. Mientras que provocaba un terrible dolor a todos ellos, muchos intentaron explicarse implorando misericordia, que eran inocentes y no habían hecho nada malo en su vida. Mi perspectiva cambió cuando encontré a una niña de no más de diez años. El corazón se me paralizó al ver la sentencia que Shaphire dictó para ella. "Arráncale los ojos para que no pueda disfrutar de la luz del sol, la lengua para que no pueda conjurar pérfidos hechizos, las manos para que no pueda preparar pociones y los pies para que no pueda huir y esconderse". Fue entonces cuando algo dentro de mí se rompió; no podía ser que aquella criatura que lloraba aterrada en una esquina, fuera causante de dolor o daño alguno. Le prometí que la sacaría de allí pero que necesitaba de tiempo para ello. Con el paso del tiempo, nos hicimos amigos y ella me contó acerca de su casa, en concreto, de este refugio. Me dijo que, si algo le sucedía, que le hablara a Shurna y que ella se encargaría de llevar su cuerpo a su hogar.

—Por favor, dime que liberaste a esa niña—Dijo Nicole con la voz quebrada. Me puse en pie intentando no mirar a ninguno de ellos. la carga que tenía en el pecho se sentía más liviana al compartirla, pero no por ello era menos dolorosa.

—Intenté todo lo que pude para hacerlo, pero la encontré de la misma forma que Shaphire había dictaminado en su sentencia. Ni siquiera se habían molestado en recoger todos sus miembros; me encargaron a mí de hacerlo. Me maldije una y mil veces, intenté no derramar una sola lágrima, como si era criatura inocente no me importara. Esa noche no lo soporté más y fui en busca de Shurna. Le dije lo que la niña me había pedido y, al ver que comencé a llorar desconsoladamente, comprendió entonces que yo estaba en contra de toda esa barbarie. Me pidió ayuda para que yo fuera un topo y que así, lográsemos desmantelar todo aquel horror. Ambos urdimos un complicado plan en el que Betty también tenía idea. Por esa razón, ella me guardaba rencor, por esa niña inocente a la que no pude salvar por culpa de mi completa ignorancia y miedo. Desde ese día, decidimos liberar a algunos reclusos, simulando la muerte en muchos de ellos gracias a pociones que me daban y que ralentizaban el ritmo cardíaco entre otras cosas. Era cierto que, desgraciadamente, tenía que provocarles daños para que no sospecharan, pero gracias a Betty, muchos de ellos salieron de aquel infierno.

—¿Cómo lograste salir de allí?

—Hubo un momento en el que ya no pude más, había visto tantas cosas que no dormía por las noches y la culpa me mataba. Shurna me dijo que no me preocupara, que ella ahora se encargaría de ser el topo en el Exilio y que tenía recursos para lograr nuestro cometido. Hizo el papeleo para que yo fuera expulsado del Exilio, alegando que él se había puesto violento con ella. no sé cómo demonios logró que se lo tragaran, pero pude salir de aquel infierno. Un tiempo después, fue cuando apareció el estúpido de Alexei, con todos sus malditos modales de niño pijo y que, como hemos comprobado, era un auténtico bastardo.

Adivinad el motivo por el que Claudette quiso vengarse, por qué se llevó a Nicole y la razón por las que nos encerró a todos en la mansión para torturarnos. Era su forma de hacerme pagar la traición que les hice. Es curioso como las razones por las que hice lo que hice se volvieron en mi contra; yo que deseaba vuestra protección y conseguí el efecto contrario. Todos pagasteis de alguna forma u otra mi estupidez.

Lorie lloraba en silencio sin mirar a nadie a la cara. Drogo tampoco era capaz de mirarnos a ninguno, pero ella se levantó sin su bastón, abrazando por detrás a su hermano. Era incapaz de sentir por él más que una completa admiración.

—Eres mi hermano y eso jamás cambiará. Esto no me lo hiciste tú, sino Alexei. Siento haberte guardado esa información, pero cuando me enteré de ello no supe cómo decirlo. Perdonadme todos por ello, pero era insoportable vivir con esa carga. Y aunque no podré volver a verte nunca, no quiero que llores, porque siento tu dolor cuando lo haces. Ahora soy mucho más sensible que antes y por ello debes de sonreír más, para compensarme.

Una risa triste salió de su boca, apretando las manos de su hermana como si se tratase de su salvavidas. Aquel momento se vio interrumpido por las dos mujeres que nos habían traído hasta aquí. Ambas parecían esperanzadas.

—¡Han venido los refuerzos!¡Sebastián está a punto de entrar en el portal!¡Debemos prepararnos, seguidnos!

Y sin pensarlo dos veces, corrimos al exterior, justo donde una enorme masa de hombres que destilaban testosterona, estaban preparados para luchar.

The liberation of the beast(Is It Love?Nicolae parte IV)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant