CAPÍTULO 55

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Tenía la completa sensación de desfallecer cuando terminó el día y pude convencer a los ancianos de que Sebastián podía no ser culpable de lo que le sucedió al anterior Alpha

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Tenía la completa sensación de desfallecer cuando terminó el día y pude convencer a los ancianos de que Sebastián podía no ser culpable de lo que le sucedió al anterior Alpha. Gracias a los demás cadáveres que aparecieron en una de las zonas colindantes a nuestro territorio, le dieron el beneficio de la duda para que se explicase y para ser investigado en su hogar. No tardó en contestarme, diciéndome que no iría solo, que su acompañante necesitaba ayuda urgentemente. Le repliqué, pero cuando supe que venía una bruja con él, mis palabras se quedaron completamente atascadas en la garganta.

Hacía mucho que una bruja no se presentaba en nuestro territorio, por lo que muchos de los nuestros al fallecer, seguramente no encontraron su camino al descanso eterno. Quizás por eso nos habíamos vuelto demasiado desconfiados y no permitíamos la entrada a ningún vampiro por mucho que fuera un aliado de cualquiera. Yo no es que estuviera completamente de acuerdo, pero podía comprenderlo, pues por las matanzas que ellos originaron, acabaron con la mayor parte de brujas y muchos de los nuestros. Vivimos unas épocas muy difíciles, en las que el número menguó considerablemente, pero también nos fortalecimos como nunca antes. Criamos generaciones llenas de luz y esperanza para todos, en las que darían la vida por proteger a los que amaban. Y aunque nos faltaba mucho que aprender y que incorporar a nuestra psique, íbamos por el buen camino.

Beth me miró de arriba abajo, dejando el jersey que estaba tejiendo a un lado. Parecía expectante acerca de la posibilidad de que Sebastián volviera a casa.

—Volverá para enfrentar un juicio. Por lo que creo, ha sido otra persona y, lo más seguro, es que tuvo que ver con la muerte de todos esos hombres que desaparecieron. Por lo pronto, habrá toque de queda y las salidas del pueblo estarán muy restringidas. Te pido que, si sales de casa, me avises para ir contigo.

Beth asintió sin problemas, mostrando una gran sonrisa de satisfacción. La madre de Sebastián salió de su dormitorio con las manos en el pecho; su expresión era de una emoción contagiosa. Su voz era temblorosa al igual que sus piernas conforme se acercaba a nosotros.

—Pensé...pensé que jamás volvería a verle. Nunca podré agradecerte lo suficiente.

Sus lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. Beth se apresuró hacia ella, tomándola con delicadeza para llevarla de nuevo a su cuarto. Comencé a calentar agua para así prepararle unas hierbas que la ayudaran a relajarse y dormir. Lo mejor era que estuviera lo más serena posible, pues no podíamos olvidar que el motivo de su vuelta era una investigación criminal.

Salí al exterior, acercándome a los dos escoltas que protegían la puerta de mi casa. Les pedí que desplegaran a varios de ellos en las entradas del pueblo, pues Sebastián iba a volver con la compañía de una bruja. La noticia emocionó a muchos, pues el saber que existía una, podía poner solución al descanso de nuestros muertos. Le pediría que, por favor, realizáramos una ceremonia en la que los espíritus que aun quedasen vagando en la tierra, ella los encauzara para así lograr su descanso eterno merecido.

Pero las opiniones estaban muy divididas; por un lado, muchos se encontraban emocionados por la visita, pero otros temían que el culpable se colara de nuevo en su hogar. Mi ojo avizor fue activado, dejando a un lado cualquier mota de sentimentalismo que pudiera provocar en mí.

Poco a poco, la gente se marchó a sus casas, pues el toque de queda estaba por llegar. Muchos lamentos se escucharon, pues deseaban darles la bienvenida a los que venían de visita. Era comprensible y les pedí que los disculparía a todos en su nombre; no iba a estar dispuesto a poner en peligro a nadie.

Una figura que reconocí al instante, se acercaba acompañado de una anciana, cuya túnica y capucha la cubría casi totalmente. Estaba desgastada, pero se notaba que era cuidada con cariño. Conforme más se acercaba, podía verle sobresalir su pelo plateado y sus bordados intrincados tan hermosos como hipnotizantes. Su bastón era de madera y me jugaba lo que tenía, que estaba hecho a mano. Su presencia era imponente y por su semblante, confiaba completamente en Sebastián. No podía dejarme llevar por algo así, pero si de algo siempre se habían caracterizado las brujas, era en su buen juicio.

—Mis respetos señor Ludwig, enhorabuena por su cargo—Me dijo con reverencia. La señora me miró con atención, sonriéndome ligeramente.

—Eres joven pero no por ello inexperto. Tienes fuerza, pero necesitas valentía, un poco más de la que tienes. Tu bondad es necesaria, pero en su justa medida, pues puedes vivir un final trágico si te dejas llevar por ella.

Sebastián se rio en silencio, simulando su diversión como buenamente podía. Les pedí que me siguieran, pues habíamos preparado una de las cabañas de invitados para que se quedasen en un lugar cómodo. Fue allí donde los tres comenzamos a charlar, pues necesitaba una explicación de la razón por la que una bruja estaba allí con él.

Su rostro me era un tanto familiar, pero no lograba recordar de dónde venía. La mujer parecía divertirse con la expresión contraída de mi rostro. Quiso despejarme las dudas que me asaltaban.

—He servido a este pueblo hace ya mucho tiempo. Al dedicarme al mundo espiritual, he envejecido mucho en muy poco tiempo, pero a cambio, mi vida se ha alargado muchísimo. Es muy desgastante, pero siempre me ha reconfortado ayudar a las almas a partir y conseguir un descanso en paz. Hace ya mucho que no lo hago, pues he tenido que esconderme y, en muchas ocasiones, irme lejos. No he tenido muchos sitios fijos y eso también desgasta. Pero he decidido no esconderme más, pues de nada sirve. Todo está dándose la vuelta y todos tenemos que estar preparados para lo que nos venga.

—Ella es Betty, Betty Shipton, una de las mejores brujas que hemos tenido en la historia. Desciende de una estirpe poderosa, en la que ella es la única superviviente. Tiene un gran problema que solucionar y, como en el pasado ella nos ha servido con devoción, nosotros hemos de responder con el mismo tratamiento. Espero que usted, nuestro Alpha y guía, le preste su ayuda—Dijo Sebastián con una reverencia. Tenía razón, no podíamos dejar a una aliada tan importante en la estacada, por lo que acepté y le pedí que, por favor, me hablase largo y tendido del asunto.

—Temo que el fantasma que tengo pegado a mí, no se trate realmente de un fantasma. Sé cómo son y cómo actúan; es totalmente diferente a cualquiera que hubiera conocido en toda mi existencia. Desde hace un tiempo, mis poderes han comenzado a mermar y casualmente, más o menos desde que ese niño apareció. Temo que no sea un fantasma...que sea algo mucho peor. Que no podamos combatirlo... De verdad que siento pedir esto, pero necesito hablar con los muertos, necesito saber... si tengo algo realmente conmigo. Necesito que un familiar de un fallecido me dé el permiso de llamar a alguien, para así comprobar si mi hipótesis es cierta.

Y si no lo es...deberíamos tener miedo.

The liberation of the beast(Is It Love?Nicolae parte IV)Onde histórias criam vida. Descubra agora