CAPÍTULO 13

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SEBASTIÁN

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SEBASTIÁN

Necesitaba huir por el momento porque no podía arriesgarme a que Cathy descubriera ciertas cosas de mi clan que no deseaba que ella supiera. Era un mundo hosco donde reinaban los instintos y la familia por encima de cualquier cosa.

Tan solo necesitaba casarme con ella para que no pudiera escapar de mis garras nunca más, pero para eso necesitaba una redención y que ella comenzase a verme con mejores ojos. Por culpa de mi comportamiento, ahora era algo complicado de conseguir, sobretodo porque me había ganado la animadversión de Nicole. Y eso se traducía a muchos problemas para mí.

Lo único que me quedaba era hacer desaparecer a Beth para que no abriera más su boca. Con la promesa de irme con ella, accedió gustosa a escapar de la mansión conmigo sin hacer ningún tipo de pregunta, pero lo que realmente deseaba era ir a mi Clan y dejarla con el resto de los míos. Tuve que soportar que sus dedos se entrelazaran con los míos durante todo el trayecto, tragando una mueca de incomodidad para evitar que ella sospechase mis reales intenciones.

—¿Sabes? Aún me pregunto qué hacías con esos chupasangres. ¿Acaso era en esa mansión donde estabas durante las temporadas en las que te marchabas?

—No Beth, sabes que soy médico y que tengo una residencia cerca de la clínica. Tengo otros asuntos que atender además de los de mi propia especie—Le contesté con cierta molestia. Ella podría aparentar ser servil, pero guardaba un carácter endemoniado que a más de uno espantaría. Quizás por ser amigos de la infancia le dejaba correr ciertas cosas y comentarios, pero había momentos en las que debía de pararla.

Ella se paró con los brazos cruzados, observándome detenidamente en silencio. No comprendía el motivo de su análisis, aunque podía sentir su estrés provocado por haber estado en terreno peligroso. No es que los Bartholy fueran de mi completa simpatía, pero cuando se comparten objetivos comunes, ciertas diferencias no parecen tan graves.

Con el dedo bajo su barbilla, Beth prosiguió con sus molestas preguntas.

—No tendrás alguna amante, ¿verdad?

Aquello me sacó una desagradable carcajada. Todo esto era tan cínico que me divertía y asqueaba a partes iguales. Era frustrante pertenecer a la sociedad en la que pertenecía, tan arraigada en las malditas creencias ancestrales que seguíamos ciegamente sin plantearnos si eran correctas o no. Nos guiábamos por la inercia de la tradición y de la protección de la especie por encima de cualquier cosa.

Acercándome con un aura hostil, me puse a la altura de Beth.

—Me parece sumamente cómico que me preguntes algo así si yo soy el encargado de preñaros a las hembras del Clan que no tenéis pareja antes de llegar a la edad acordada del emparejamiento. ¿Todo por la especie? ¿Todo por los tuyos? No sabes el precio que tengo que pagar por pertenecer a vuestra raza.

The liberation of the beast(Is It Love?Nicolae parte IV)Where stories live. Discover now