CAPÍTULO 64

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Me encontraba en un aprieto enorme, ya que yo sola no podría con ambos

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Me encontraba en un aprieto enorme, ya que yo sola no podría con ambos. Debía avisar a Betty para que buscara refuerzos y vinieran lo antes posible, pero entonces, ¿Cuánto tiempo tardarían en llegar?

Tomé mi teléfono y busqué el número de Antonella. No podía hablar por lo que le mandé un mensaje pidiéndole ayuda pues me encontraba cerca del portal y Claudette estaba husmeando por los alrededores. Imploré que ella pudiera ver el mensaje, porque entonces, probablemente, estábamos perdidos.

No es que no menospreciara mi fuerza, pero su acompañante me tenía escamada por completo. Le conocía bien pero nunca antes pude sentir esa aura extraña que ahora emitía, ¿Acaso tenía otras intenciones que nos habían ocultado? Quizás un grupo de detractores de Víktor, se alió con Claudette al ofrecerles poder y puestos elevados a un cúmulo de idiotas. Ella, incluso fuera del clan de los diez, pertenecía a la alta aristocracia, por lo que no tendría problema alguno de conseguirle a cualquiera lo que deseara.

Cuando me enteré de lo que esa pérfida arpía hizo, tomé la determinación de poner las cosas en su lugar. Ella había asesinado a sus padres justo cuando él dejó su puesto del Exilio. Para evitar problemas y tomar toda la fortuna de su herencia, se deshizo de ellos sin miramientos. Eso lo supe, no porque ella se jactara del asunto, sino porque pude verla sacar los cadáveres de ellos una de las veces que iba a su casa de visita por orden de Víktor.

Aquel día él le había comprado un obsequio y, como estaba ocupado, me mandó a mí a hacerle el recado. La sorpresa fue mayúscula cuando la vi con ese rostro cubierto de sangre, la ropa rota y una enorme sonrisa en su rostro mientras que cargaba el cuerpo de sus padres como si de algo inservible se tratara. Esa noche ella no estaba sola, tenía un acompañante en el coche, el cual era el conductor. En un principio pensé que se trataba de alguien que trabajaba para ella, pero, al verla con ese extraño, supe que estaba involucrada esa misma persona en el asesinato. Aquello fue mediático y no creyeron nunca que ella fuese capaz, pues las lágrimas y su estado catatónico eran tan reales que todos creyeron su inocencia.

Pero la cuestión es que ellos no tendrían forma alguna de entrar. Para ello, una bruja debía de acompañarles al interior, pues esa energía solo las reconocía a ellas. Y no eran estúpidas; sabían perfectamente que salir de ese portal podrían traerles muchas consecuencias, por lo que no salían de su escondite a no ser que fuera estrictamente necesario.

Pero esa noche no las tenía conmigo, pues una joven bruja salió al exterior completamente sola. Gruñí con total desaprobación, temiendo la necesidad de tener que enfrentarme a ellos si le ponían un solo dedo encima. Para mi sorpresa, la dejaron tranquila.

—¿Qué demonios está...pasando? ¿Pero qué?

La capa del hombre cayó al suelo, mostrando su espalda tallada con cientos de símbolos. Muchos de ellos correspondían a entes malévolos provenientes del infierno y otros, eran runas élficas.

—Fortaleza y destrucción...hace demasiado tiempo que no veo algo así.

Pero su forma cambió, su piel pasó de pálida a morena en cuestión de instantes, hasta que, como una explosión de magia, se trasformó en la joven que había pasado por delante de ellos. el corazón saltó de mi pecho con el mayor de mis asombros, ¿Cómo demonios había tomado la forma de esa mujer? En todos mis años de existencia, nunca vi un fenómeno igual, tan solo los libros de fantasía hablaban de este tipo de seres capaces de tomar la forma de aquellos con los que se encontraban. Eran como camaleones, pero a gran escala, pues tomaban formas humanas que podían ser desde niños a ancianos.

Pero claro, eran puras leyendas e historias; de eso a la realidad iban unos cuantos pasos. Por mi parte, nunca creí en ese tipo de patrañas, pero ahora que me encontraba con algo así, me cuestionaba un par de cosas. También era cierto que estaban realizando una serie de experimentos en el Exilio que tenían que ver con la fertilidad, pues Víktor deseaba conseguir que los vampiros engendraran hijos propios con la misma genética que sus padres. Era como una forma de crear una nueva especie mejorada, pero por lo que tenía de idea hasta ahora, eran todo fracasos.

Existía la posibilidad de que hubieran experimentado en otros campos, pero si eso era así, a mí no me habían informado. Quizás ese hombre era el resultado de algo que salió mal...o que salió bien. En cualquier caso, era un dolor de muelas, pues podía ser capaz de suplantar a cualquiera de nosotros y acabar heridos a la mínima que pudiésemos darle la espalda.

Una leve vibración se sintió en mi bolsillo. Antonella me contestó pidiéndome que me quedara escondida allá donde me encontrara, pues iba con refuerzos para allá. Pensaba en Víktor, ¿Estaría con ella? de ser así, me sentía esperanzada y mucho más segura.

Era hora de contactar a Betty pues, para mi horror, esa forma era tan perfecta que tanto el intruso como Claudette, consiguieron entrar por el portal sin problemas. Si tardábamos demasiado, el baño de sangre sería inminente y con ello, el arma que habían desarrollado junto con los hombres lobo. Me limité a un mensaje conciso antes de descender del árbol:

Problemas en el portal. Claudette ha logrado entrar, he llamado a refuerzos. Prepárate.

Con agilidad, me tiré al suelo cayendo de pie. Ahora no necesitaba el sigilo, por lo que podía moverme sin problema alguno. Hasta que Betty no llegara, no podía acceder al otro lado del portal, pero por lo pronto, podía hacer una ronda en busca de secuaces que pudieran encontrarse en las cercanías por orden de Claudette.

Unas voces me llevaron un poco más lejos, topándome con dos estúpidos que parece ser no tenían idea de cómo vigilar las espaldas de su jefa. Completamente despistados y bromeando mientras miraban vídeos en sus teléfonos, aproveché para hacer un tiro al blanco. Siempre tuve una excelente puntería así que era hora de probarla.

Tomé dos ramas del suelo y las lancé a modo de jabalinas. Una de ellas atravesó la cabeza de uno de los sujetos, haciendo gritar como una niña al otro que estaba inmerso en su teléfono. Al girar en mi dirección, la otra rama le perforó el pecho, cayendo al suelo en el acto, muriendo ambos al instante.

Mi puntería seguía como siempre al igual que el resto de mis facultades, pero me encontraba muy cansada. Quizás era por todo lo que estaba sucediendo, que me impedía descansar con ambos ojos cerrados. Llevábamos muchos años Betty y yo siendo guardianas, eso nos había pasado factura.

Volví al árbol donde estaba subida antes, sentándome contra el tronco para así descansar. La energía del portal llegaba hasta mí, electrificando mi cabello y haciéndolo levitar. Betty lo llevaba en una trenza y yo completamente suelto con algunas pequeñas trenzas adornadas con piezas metálicas y plumas. Era curioso como su pelo pasó del rubio al completo blanco mientras que el mío siempre fue del mismo color negro. Pero no debía olvidar que ella era, al fin y al cabo, una humana y que, aunque había vivido muchos años, no habían garantías de que fuera inmortal. Mirando la profundidad de esa luz azul que casi me cegaba, pensé por primera vez en la posibilidad de que mi amiga dejara de existir, que su vida llegara al final. No sé si fue el cansancio o el miedo, pero lloré desconsoladamente. Aproveché mi soledad para dejar caer mi armadura y llorar, vaciarme por completo. Me permití algo que yo misma me había prohibido.

The liberation of the beast(Is It Love?Nicolae parte IV)Where stories live. Discover now