The liberation of the beast(Is It Love?Nicolae parte IV)

CAPÍTULO 54

—Tsk,tsk querido mío, tengo algo que contarte—Dije por teléfono bastante emocionada. Había descubierto unas cuantas cosas que me tenían completamente borracha de éxito. Me palmeaba la espalda con arrogancia, como solía hacer cuando lograba averiguar lo que golpeaba mi mente y me dejaba en vilo por las noches. Necesitaba que se me reconociera ese logro tan grande que me había adjudicado.

—Cuéntame más, querida.

—He logrado averiguar algo acerca de la parálisis que ha sufrido uno de los nuestros. Resulta ser que en la zona donde ha sido encontrado, hay algo conocido como géiser energético, un lugar donde se genera de forma natural, portales a zonas protegidas por magia. Varios de nuestros soldados, fueron apostados en aquella zona para vigilar y han visto salir a varias brujas de un portal. Por orden expresa, les pedí que trajeran a una de esas brujas a mi presencia, en concreto, la más joven e inexperta que encontrasen. Ha sido difícil sacarle información, pero cuando te están despellejando, es mucho más fácil obtener información.

Una risa sonó al otro lado del teléfono, lo que me dio pista de que había hecho un fantástico trabajo. No podía ser más feliz; había encontrado donde se escondían las brujas que aun pululaban en la tierra, y por lo que pude investigar, no solo existía ese portal, sino que había más esparcidos por el mundo. Al menos, por el momento, podíamos acabar con uno de ellos.

—Cuéntame más acerca de esa parálisis extraña. Hasta la fecha, no ha habido nada que pudiera matar a los vampiros.

—Tienes razón, pero ahí radica el problema de permitir que sigan existiendo lugares seguros para esta maldita plaga. No sé aun como demonios lo han logrado, pero han conseguido hacer un suero con el que cubren sus armas para envenenar a los vampiros. Tenemos que analizar la composición de la sangre contaminada que tenemos y así quizás sepamos un poco más cómo lo lograron.

Él parecía un tanto nervioso, pero como siempre, nunca daba muestras de su incomodidad al no poder manejar todo con sus propias manos. Me dio el permiso de ser la que se encargase de todo lo relacionado con el caso, pues estaba muy ocupado con otros asuntos muy importantes.

Aún seguía en casa con Antonella de rehén, pero mientras que hablaba por teléfono, decidí mejor pasear por la zona para que ella no escuchara nada de lo que estaba hablando. Desgraciadamente, no podía tenerla bajo vigilancia en todo momento, pues estaba organizando un pequeño ejército para poder entrar por el portal de las brujas. No teníamos idea de lo que nos encontraríamos, por lo que no podía escatimar ni en número ni tampoco en poder. Por lo que había comprobado, ella estaba bien atada, así que creía que podía dejarla sola al menos durante un tiempo.

Además, se encontraba débil, por lo que tampoco podría transformarse en caso de escapar. No podía perder más tiempo, por lo que comencé a llamar a todo el mundo para encontrarnos en el punto donde habíamos encontrado el portal. Cogería un avión de nuevo pues me encontraba en Francia y la localización era relativamente cerca de Mistery Spell. Si concretaba, eran las afueras, pero suficientemente cerca como para ir del centro de la ciudad a ese mismo punto en unas pocas horas en coche.

Pero antes de tomar el avión, recibí un mensaje que me alegró el día.

—Finalmente, he decidido mejor acompañarte. Recuerda que soy alguien con poderes un tanto especiales y que puedo transformarme en aquellas personas que yo haya visto. Si sale una bruja del portal, con mi habilidad puedo tomar su apariencia y así poder acceder. De esa forma, atacaremos sin descanso hasta dar con el alijo del veneno. No mataremos a todas las brujas, pues las más mayores deberán ser tomadas para suministrarnos información. Espero que no tardes, pues sabes que mi paciencia no es una de mis virtudes.

Si él venía, el éxito estaría prácticamente asegurado. Y así quizás podríamos saber más localizaciones de portales alrededor del mundo. Las trabas que nos habían impuesto, lentamente comenzaban a caer. Tenía algo más que hacer en cuanto pusiera un pie en Mistery Spell; dejar un paquete en la puerta de la mansión cuyo destinatario era Drogo. Él me pidió hacerlo y las razones aún me eran desconocidas. Me picaba la curiosidad, pero no deseaba provocar un conflicto entre ambos ahora que éramos buenos compañeros. Y tener a alguien tan poderoso, era una llave a la tranquilidad eterna.

Pasé el viaje durmiendo la mayor parte, pues tenía que encontrarme en plenas facultades para cuando aterrizara.

Había tomado una buena decisión al posponer aquello que tenía entre manos para acompañar a Claudette a la batalla. Era alguien impulsiva, demasiado para mi gusto y eso podía ser un error fatal. Quería relegar algo tan importante como esa investigación a alguien como ella para que así pensara que confiaba plenamente en sus facultades, pero tan solo estaba haciendo la de cal y la de arena. Si quería que todos mis trabajadores estuvieran contentos, debía de darles la sensación de que estaban haciendo un trabajo excelente y que confiaba en ellos, pero la gran realidad es que siempre vigilaba cada uno de los pasos.

Me era increíble cómo hasta los vampiros eran tan necios, siendo criaturas tan antiguas como nosotros. Suspiraba de impaciencia; ¿Hasta cuándo ocultaría mi verdadera identidad? Odiaba tener que ocultarme y más cuando descendía de una estirpe poderosa cuya sola mención provocaba el terror en los más débiles. Y en cuanto tomara de nuevo el lugar que me correspondía, lograría hacerme con el control de todo poco a poco.

Pues, aunque yo era el único que queda de mi especie, logré engendrar vida. Sé que tuve un hijo, pero nunca lo encontré; aquella mujer se escapó entre mis dedos con gran habilidad. Pero mis hilos con los años continuaron alargándose, hasta el punto de que conocía a las altas esferas del mundo vampírico, que era la sociedad más cerrada y snob que podrías encontrar. La sorpresa fue tan grande cuando supe que era una niña, una auténtica e indomable preciosidad que hizo temblar al mundo. Nunca supo realmente de lo que era capaz, pues desapareció antes de que pudiera dar con ella. Había vagado durante mucho tiempo, pero hasta hace relativamente poco, fui incapaz de encontrar una sola pista.

Tan solo que tuvo gemelos, un niño y una niña, cuyos genes siempre extraños para el resto de las criaturas. Dos personas capaces de cambiar el mundo si actuaban bajo el poder de mi mano. Era hora de aparecer en sus vidas y que aceptaran de dónde venían.