La sangre brotaba por cada rincón de aquel extraño lugar donde todos perecíamos.El temor de desaparecer del mundo sin poder defender a los míos, me hacía sangrar aun más de lo que ya de por sí lo hacía.
Nuestro líder Sebastián había sido llevado a l...
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NICOLE
Quedaban unas pocas horas para salir de la mansión en busca de Drogo y el ambiente no podía sentirse más tenso. Me había quedado sola en el estudio, visualizando una y otra vez la grabación de la cámara de seguridad que habíamos empleado para vigilar que nadie fuera a molestar a Beth a la cabaña secreta de los Bartholy.
Quizás esperaba encontrar algo, aunque bien sabía que lo más probable es que no hubiera nada, pues era un lugar más bien escondido.
—Sebastián encontró la cabaña de forma relativamente sencilla, así que lo más probable es que los siguieran. Nicolae no se daría cuenta quizás por las preocupaciones que le rondaban en la cabeza, porque entonces no me explico cómo no escuchó algo a sus espaldas—Me dije en voz alta mientras rebobinaba una y otra vez la cinta.
Escuchaba el sonido amortiguado de los pasos de todos los miembros de la mansión, moviéndose nerviosamente para prepararse para la noche. De la única que no sabía nada era de Lorie, ¿Acaso se había quedado en su cuarto para relajarse? Tampoco deseaba molestarla demasiado, ya que para ella no sería fácil toda esta situación. el encontrarse en peligro tanto ella como su familia y no poseer una vista completa para poder defenderlos, debía de ser muy duro y frustrante. Decidí darle un respiro.
Me froté las sienes varias veces, hasta notar una sensibilidad en las mismas. Había repetido la grabación tantas veces que prácticamente me sabía los movimientos de cada uno de memoria. En el minuto 30 podía verse como Nicolae entraba en el encuadre de la cámara seguido por Beth. Mantenían una breve conversación mientras que Nicolae abría la puerta. En ese instante, Beth giraba la cabeza por alguna razón que no lograba comprender, ¿Había escuchado algo que había llamado su atención? Pero no me cuadraba, pues aparte de ellos dos, no conseguía ver a nadie.
Quizás mi imaginación me había jugado una mala pasada, por lo que dejé el portátil abierto y me levanté para estirar las piernas. Di vueltas alrededor de la habitación, echando un vistazo por la ventana. Aun a pesar del buen día y de la brisa agradable, no lograba ponerme de buen humor. Tampoco me hacía especial ilusión dejar a mi hermana en la mansión, por lo que algunos debían quedarse para protegerla y vigilar la mansión en nuestra ausencia.
Si Lorie se quedaba, alguien más debía hacerlo para suplir su casi total ceguera, por lo que pensé en Madeline. Ella era una vampira fuerte y rápida, por lo que era perfecta para desempeñar esa función. con determinación, decidí ir a su dormitorio para hablar con ella y pedírselo, pero nada más abrir la puerta, me di de bruces con ella.
Ambas nos tapamos la nariz por el choque. Ella se disculpó con una reverencia y me pidió un momento para hablar. Asentí y le hice pasar al estudio.
—Siento mucho interrumpirte, comprendo que tienes muchas cosas que preparar antes de salir.
—Si bueno, confío en nuestras capacidades, pero es más seguro llevar armas. Peter y Nicolae han ido al sótano para prepararlas e ir seleccionando las que llevaremos cada uno. No es que sea una entusiasta de esos chismes, pero si un balazo en la frente salva la vida de cualquiera de nosotros, lo haré con todo el amor y el placer del mundo.
La mirada de ella bajó al suelo, asintiendo ligeramente. Prestó atención a las imágenes de la cámara, las cuales se movían en bucle. Me volvió a mirar, preguntándome qué ocurría y las razones por las que estaba mirando esa grabación.
—Digamos que deseaba encontrar algo que me dijera algo sobre la desaparición de Drogo. En el minuto 30 aparecen Nicolae y Beth, ella ingresa a la cabaña, él se marcha y al cabo de aproximadamente 10 minutos, aparece Sebastián. En ese momento, Nicolae y yo estábamos justo aquí delante del ordenador, por lo que en cuanto vimos a ese chucho en pantalla, echamos a correr por miedo a que cometiera alguna estupidez. Ha estado muy raro últimamente y más desde que apareció esa extraña. Hay un punto de la grabación en la que ella se da la vuelta, lo que no comprendo es la razón de ello.
Madeline se acercó lentamente hacia la pantalla, posando sus cansados ojos en la misma. Con toda la atención del mundo, analizaba una y otra vez en ese preciso momento en el que Beth miraba hacia un punto del bosque donde se suponía que había una total oscuridad. Una exclamación salió de su boca, dando varios pasos hacia atrás.
—Eh Maddy, ¿Qué ocurre? ¿Dónde vas?
Ella echó a correr escaleras arriba, por lo que no me lo pensé dos veces y salí tras ella. era evidente que había visto algo que le había preocupado enormemente, pero,¿Qué podía ser? Vi la grabación tantísimas veces que no veía nada fuera de lo común en ella. Entró corriendo al dormitorio de mi hermana, con el pecho subiendo y bajando por el estado de completa ansiedad. Se dejó caer al suelo de rodillas, completamente enmudecida.
En cuanto entré al dormitorio, me topé con un absoluto silencio. Mi hermana no estaba allí y a juzgar por el aspecto de Maddy, ella sabía algo que a mí se me escapaba.
—Más te vale contarme lo que sepas—Le dije de forma brusca. Ella asintió sin apenas poderse mover, contándome como buenamente podía lo que ella sabía.
Me contó que la noche anterior, ella había visto salir a Drogo de la mansión y que lo había seguido. Había tenido una actitud sumamente sospechosa, quemando ropa y documentos que llevaba en una mochila. El evento de la salida coincidía con la desaparición de Drogo, por lo que quizás usó la conmoción del problema de la cabaña para escapar, lo que implicaba que él sabía lo que estaba ocurriendo, aunque no estuviera presente.
—Entonces, ¿Por qué viniste corriendo al dormitorio de Catherine? ¿Crees que ella se ha ido en su busca?
—No solo eso, sino que encontré algo en la grabación que me hizo sentir terriblemente culpable. Si algo le ha pasado por no saber mantener mi boca cerrada...
—¿Qué has visto?¡Por lo que más quieras Maddy, dime algo!
Mis gritos alertaron a todos los miembros de la mansión, acudiendo al pasillo donde ambas estábamos contando un enorme escándalo. El tiempo parecía viajar más lento de lo normal mientras esperaba que ella me contara qué demonios estaba pasando. Sus llantos y convulsiones eran más fuertes, por lo que Peter se acercó a ella para abrazarla y consolarla. Sus palabras fueron de gran ayuda.
—Maddy amor, debes de contarnos lo que has visto. No es culpa tuya que le contaras lo de Drogo a Catherine, tan solo deseabas informarla de lo que estaba sucediendo a su alrededor porque saber que ella odia que se le oculten cosas. Pero debes ser fuerte y decirnos lo que sabes.
Ella se puso en pie, mirándome directamente con sus ojos cubiertos en lágrimas. Me preparé para lo que iba a decirme.
—En la grabación había alguien más que no has visto. Pude reconocer una capa en una parte del bosque en la que había mucha oscuridad además de unos brillantes ojos. La capa la reconocí en seguida pues es como las que los miembros del Exilio solían llevar, eso es algo que creo que jamás voy a olvidar. Y esos ojos brillantes deben pertenecer a un hombre lobo pues a los vampiros no les brillan los ojos en la oscuridad.
—Quizás se trata de Sebastián, recordad que llegó a escena tras varios minutos en los que Beth fue dejada en la cabaña—Expliqué.
Pero Madeline negó con la cabeza, explicando que había razones aplastantes para creer que, durante todo el rato de la grabación, fueron vigilados en las sombras.
Y es que esos ojos brillantes estuvieron presentes durante el rato que Sebastián salía en cámara y mientas discutíamos antes de llevarnos de nuevo a Beth a la mansión.
