𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍 | ❝ El príncipe al fin regresa a Inglaterra después de su largo viaje. El Reino goza de su presencia nuevamente y contamos con ella ¡Alabado sea el príncipe! ❞
╰─¹⁸⁸⁰─𝐀𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐝𝐚 𝐚𝐥 𝐬𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗
...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880—𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨
No quiso estar muy consciente del tiempo que pasó así, ya que eso podía influenciar en que su cuerpo desee alejarse bruscamente, y en esos momentos esa era la reacción que quería evitar.
El príncipe se separó despacio, retorciendo un poco después de hacerlo. Volviendo a quedar frente a frente. El joven suspiró con alivio.
—Gracias—dijo Lauren de repente—por el abrazo.
—De nada— contestó dulcemente Thomas—¿Quieres que te acompañe hasta la cocina?
—Disculpe, si sueno descortés. Pero pienso yo que es mucho más importante ir a su oficina que acompañarme.
Thomas se encogió de hombros con gracia.
—Tal vez, porque tengo trabajo y esas cosas. Pero me gusta estar contigo—dijo, para luego darse cuenta que tal vez no había escogido lo mejor para decir al último— Es decir, disfruto tu compañía—dijo e hizo silencio unos segundos—Es lo mismo pero suena más bonito.—aclaro al final con gracia.
Lauren pudo esbozar una pequeña sonrisa en sus labios. Y con más naturalidad, pudieron volver a caminar al lado del otro.
[•••]
Durante aquel trayecto silencioso pero cómodo. La sirvienta no pudo evitar pensar en su propia evolución. Tal vez de alguna manera a partir de los 21, de su mayoría de edad, estaba pasando por todas esas cosas por algo.
Era obvio, que desde su niñez, había madurado de una manera rápida, y que ni de lejos había podido sentirse como un adolescente o un joven en si. Que tenía sus propias barreras, comportamientos. Y muchas emociones de ella misma que no entendía, que no sabía expresar, no de la manera en la que supuestamente se esperaba que lo haga.
Por otra parte, era obvio que su personalidad y su carácter, siempre serían los mismos. Aquello era algo muy suyo. Pero eso no significaba que pueda mejorar, y ver desde más adentro por que era así.
Pensaba, pensaba mucho, demasiado, y hablaba poco. Estaba acostumbrada a eso inconscientemente, y se dio cuenta de ello.
Su tiempo en castillo había sido una gran luz en su vida, dejando de lado todas sus historias y pequeños problemas. Había conocido gente maravillosa, amistades sanas, respetuosas. Que le habían permitido ver su vida desde un punto de vista donde ella misma podía motivarse a ser mejor, a sentirse mejor. A encontrar, o más bien a conectarse nuevamente con ese lado dulce, suave y tierno que siempre tuvo, el cual siempre se esforzaron en arrebatar, pero que gracias a Dios nunca se fue, más bien solo permaneció oculto, durante tanto tiempo.