❛¹❜⸙ 𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍 | 𝔗𝔥𝔬𝔪𝔞𝔰 𝔅𝔯𝔬𝔡𝔦𝔢-𝔖𝔞𝔫𝔤𝔰𝔱𝔢𝔯 (✓)

LXIX

𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880—𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

—Solo soy honesta con lo que pienso. Su majestad—respondió la muchacha con tranquilidad.

Al príncipe le salió una risa algo atontada. Y siguió evitando mirarla.

—Bueno, gracias entonces—dijo, pero con una voz algo más baja por sus nervios. Aclaró su garganta segundos después y se quedó sin idea de que decir.

Lauren que había vuelto a dejar un libro en una de las repisas. Dejó de mirarlo, y eso pareció aliviar los nervios del príncipe un poco.

No le molestó el silencio que apareció de repente.

[•••]

La biblioteca era un lugar muy tranquilo y vacío. Pero también tenía una especie de energía difícil si describir. Una de la que Lauren no se había percatado antes, y no sabía si era diferente porque ahora estaba con quien estaba, o si esa sensación siempre estuvo ahí y no se daba cuenta.

Era como olvidar todo lo que estaba pasando, dejarlo a un lado, en otra realidad. Como si durante al menos el tiempo que dure ahí, todos sus problemas se fueran, desaparecen, todo lo que sucedía quede pausado durante un momento. Al menos uno corto.

La sensación de la compañía de príncipe, la hacía sentir algo que no conocía. De alguna manera siempre lo había hecho, solo que por todo lo que estuvo pasando por su vida, tal vez no se había dado cuenta.

Sabiendo el inocente interés que el príncipe tenía en ella, le seguía provocando ese mismo frío en la espina dorsal que le provocó desde el día que se enteró. Pero algo más fuerte, y era extraño.

Tal vez era porque literalmente le habían salvado la vida, porque en esos instantes, en ese ambiente, se había olvidado de todos aquellos problemas, de todo lo que se le estaba avecinando, de todo a lo que se enfrentaría pronto.

En ese entender ¿Era verdaderamente el ambiente lo que le daba esa sensación de olvido? De transporte, al menos temporal a lo más cercano a otro universo. O era, en realidad la persona a su lado.

No lo sabía, probablemente los dos. No lo entendía, probablemente tendría que pensarlo, pero si lo hacía tenía miedo de cual sería la respuesta que encontraría. Porque, esa parte de su humanidad, no la entendía.

[•••]

—Lauren—llamó de repente el príncipe, como si hubiera recordado algo. Girando su cuerpo hacia ella.

La muchacha también giró su rostro para escucharlo.

—Sabes que en poco me iré a Francia, cada vez faltan menos semanas. Pero tranquila porque sí estaré en lo del juicio. Solo recordé que me pediste una libreta, pero que no te pregunte si querías algún modelo en específico.