XCII

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880— 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880— 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

—¿Estás bien?—preguntó el príncipe, y en su debilidad pareció recordar algo—Tu libreta. Está en mi saco—dijo nuevamente el príncipe sacando fuerza de donde no la tenía.

Sus ojos no podían estar abiertos por mucho tiempo. Era como si entrara en una especie de microsueños cada cierto tiempo. Por lo que permanecía con los párpados bastante caídos la mayoría del tiempo.

—Sí su majestad. Sí la tengo, me la dio Karoma, no se estrese por eso. No importa. Eso no importa—le respondió Lauren.

—Pensé que te fuiste, y no me había despedido—volvió a decir el joven—Porque no quería molestar desde que dijiste que no podíamos vernos.

—No, no pasa nada.—interrumpió Lauren que el príncipe no haga ningún esfuerzo hablando más—Lo siento, lo siento mucho. Pero—dijo trabándose en sus palabras al darse cuenta que se le iban a escapar confesiones que no podía hacer respecto a ese tema.—No supe usar mis palabras, por el estrés del trabajo.— decidió decir—No debí tratarlo así, lo siento.

El príncipe intentó negar—No pasa nada, lo entiendo—dijo, tomando un poco de fuerza para poder apretar la mano que Lauren le estaba sosteniendo.—Tus manos están frías.—le dijo bromeando un poco y cambiando de tema.

La sirvienta aún acunando la mano el príncipe en las suyas soltó un pequeño suspiro.—Siempre me pasa—susurró tratando de seguir la broma.

El príncipe pudo esbozar una pequeña sonrisa a través de sus ojos entrecerrados—Lo sé.—dijo, haciendo el esfuerzo de poner su otra mano encima de las manos Lauren. Creando una especie de lazo ya que ambos usaban las dos de sus manos para sostener las del otro.

El príncipe frotó el dorso de una de las manos de Lauren. Tratando de calentar la misma a pesar de que su fuerza era casi inexistente. Ese gesto por alguna razón le transmitió algo a la sirvienta que la hizo sentir una especie de falta de aire.

[•••]

Después de eso, no hubo conversación. No había por que tampoco. El príncipe estaba bastante débil como para hablar como si nada. Pero algo en que Lauren haya ido a visitarlo en esos momentos de lucidez, le habían traído las ganas de recuperarse que posiblemente le estaban faltando.

Debido a que no tuvo mucha fuerza para continuar, sacó la mano que tenía encima de las manos de Lauren, dejando la que tenía debajo, como a un inicio. Y a pesar de que solo de su voluntad hubiera dependido, no lo hubiera hecho. Pero la necesidad de su cuerpo de solamente descansar sin ningún esfuerzo, era mucho más fuerte.

Así que durante el resto del tiempo, hubo silencio. Uno necesario. En el que Lauren, no soltó en ningún momento la mano del príncipe. Y le hizo compañía sin importarle en calcular el tiempo que se lo permitirían.

❛¹❜⸙ 𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍 | 𝔗𝔥𝔬𝔪𝔞𝔰 𝔅𝔯𝔬𝔡𝔦𝔢-𝔖𝔞𝔫𝔤𝔰𝔱𝔢𝔯 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora