XVIII

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

    Estuvieron hablando durante varios minutos, con el anciano explicando lo que había estado haciendo mientras la horas pasaban y esperaba un momento adecuado para poder entrar a hablar.

    La muchacha lo escuchaba tranquilamente.

    El ambiente estaba mucho más tranquilo, más sereno y más relajado, Lauren ya estaba mejor, más estable. Le habían costado bastantes horas para poderlo procesar todo, o al menos una mayoría, no era algo fácil y era obvio que necesitaba tiempo.

    Todavía seguía en todo un período bastante difícil, desde aquel día en el que el incidente con aquel joven cuyo nombre ya no tiene por qué ser recordado, había desencadenado una serie de eventos desafortunados, cuyo final había tomado un giro drástico, revirtiendo todas las cartas en el juego.

    Todo lo que había ocurrido, la bofetada del muchacho, el castigo de las Dhollen, los golpes de la correa y la quema de sus libros seguían en su memoria, e iban a seguir siempre. No era algo que pueda olvidarse, o ignorarse, más aún porque fue lo último que pasó antes de que se le haya brindado la oportunidad que ahora estaba entre sus manos. Había soportado muchas cosas, se había tragado demasiado sufrimiento desde pequeña, eso la había despertado, le había permitido actuar con más astucia, con más sabiduría, para no ser siempre esclava de sus propios impulsos, eso le había servido de mucho. Pero también, le había creado una gran barrera, una emocional más que todo.

    A pesar que su misterioso carácter lo había tenido toda su vida, aquella barrera había permitido que varios y específicos rasgos del mismo, salten más que los otros. Como no sonreír ni reírse de nada, que parezca que era la persona más amargada del mundo. Que se vea como si estuviese enojada en todo momento. Pero una buena muchacha, una gran mujer. No merecía todo lo que le habían hecho ni todo lo que tristemente había tenido que vivir, por más de que eso la haya hecho más fuerte. Tenía derecho a ser feliz, o al menos recordar cómo se sentía hacerlo.

[•••]

    Momentos de crisis, de apuro, de enojo, estrés y sufrimiento. Los conocía y los había tenido casi desde siempre. Y los seguiría teniendo, porque son parte de la vida, solo que esta vez probablemente en una bastante menor cantidad.

    Las Dhollen se habían encargado de meterle en la mente lo inútil que era, lo débil que era, lo sometida que la tenían y como siempre estaban un paso delante de ella.

    Y cuando era pequeña, se lo creyó completamente. Creyó que era débil, tonta e inútil, pero si no estuviera destinada a algo más grande como se lo había dicho el anciano, no hubiera podido superar algo como aquello. Su niñez y lo que le hicieron creer a tan corta edad, fueron motivo para que pueda haber luchado con algo tan fuerte como era la depresión infantil por sí misma. Y eso fue lo que le demostró que le estaban mintiendo, que no era ninguna inútil y mucho menos alguien débil. Porque luchar contra la mente propia, contra algo que parece consumir cada pedazo del alma de genuina y pura melancolía, era de las cosas más difíciles del mundo.

❛¹❜⸙ 𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍 | 𝔗𝔥𝔬𝔪𝔞𝔰 𝔅𝔯𝔬𝔡𝔦𝔢-𝔖𝔞𝔫𝔤𝔰𝔱𝔢𝔯 (✓)Where stories live. Discover now