Sin valor

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El hecho de que casi nadie supiera sobre su vida personal fue una gran ayuda para no tener a medio mundo preguntándole como se encontraba y dandole el pesame.

Claro, hubo pequeñas excepciones a ambas cosas. Quienes se preocuparon por él desde que se enteraron fueron Scott, Clara y obviamente Henry siendo estas tres personas las únicas que no mencionaron a sus padres aunque fueran el motivo de su curiosidad.

¿Por qué? Simple, no les agraban los padres de William. Al contrario, les parecían personas odiosas.

Y los que si llegaron a desearle el pesame fueron conocidos que tuvo en su pueblito y que aún conservaban su número u los que se enteraron porque las noticias vuelan.

"Ni siquiera se donde están enterrados"
Era lo único que pasaba por la cabeza de William al escuchar lo de "Debes de estar pasandola mal por lo de tus padres".

Si, le era indiferente el tema.

Lo único rescatable de todo eso es que recupero varias cosas que había dado por perdidas hace mucho tiempo y de paso papeles que en algún debieron de ser importantes pero para él ya solo eran hojas con su nombre en algún lugar.

En una noche donde no podia conciliar el sueño se puso a revisar las cosas que había traido pensando en si realmente tenian utilidad o no en su vida, no necesitaba papeles amontonandose en su casa.

Y lo que más llamo su atención fue una carpeta con los reconocimientos que había ganado por distintas cosas.

¿Se sentía orgulloso de ellos? Un poco. ¿Pensaba conservarlos? No, le recordaban lo bajo que podía caer un ser humano con tal de ver sus sueños cumplirse a través de sus hijos.

. . .
•25 años atrás•

"Si estan tan seguros de que voy a ganar ¿Por qué me obligan a estar aquí?"
William llevaba viendo su puerta media hora, más o menos, sin haber avanzado una sola página de su libro de texto.

Más obligatoriamente que de ganas tenia que participar en esos estupidos concursos de conocimiento donde el que tenga mejor calificación en el examen es el ganador y por ende su escuela gana. Generalmente mandan a los tres mejores alumnos y entre ellos estaba William.

Aunque el idiota era un grado menor que los otros dos.

Le habian quitado su celular, sus audífonos e incluso la pequeña libreta que solía usar para dibujar lo que se le viniera a la cabeza. Básicamente le quitaron todo lo que pudiera llegar a ser una distracción significativa para si mismo.

Pero para William el simple hecho de tener que leer las mismas páginas cuarenta veces ya era bastante aburrido. Cruzo sus brazos sobre el escritorio y el libro para después esconder su rostro entre sus brazos.

Termino quedándose dormido, no podía seguir leyendo si era incapaz de mantener los ojos abiertos.

Pero lo atraparon durmiendo, ahora como castigo tendria que pasar la noche entera estudiando. Y, si llegaba a sentir hambre, se quedaria sin comer porque perderia tiempo valioso de estudió.

"Tengo 14, si no como bien no me voy a desarrollar"
Fue algo que le repitió a sus padres varias veces pero lo ignoraron, incluso para alguien que no comia a sus horas el hecho de que realmente te privaran de cualquier alimento se volvia doloroso.

La cabeza y el estómago lo estaban matando, ya no sabía si la migraña era por el hambre o el hambre era su forma de querer enfocarse en otra cosa que no sea la migraña.

Desearia que solo hubiese sido un día, quizas un fin de semana, pero no. Si bien claramente no lo mataron de hambre una semana quizas llego a comer a lo mucho una vez al día y a dormir como dos horas y en pausas.

Pero lo importante era el 100 en la esquina del exámen, si eso estaba ahí entonces su estado de salud no importa.

Le agradeció a Dios en todoa los idiomas que conoce cuando vio ese 100, no lo iban a felicitar ni tampoco a decirle algún cumplido pero mínimo ya no lo obligarian a estar sentando delante de un escritorio durante horas.

•Fin del flashback•
. . .

Un suave escalofrío recorrió su espalda ante ese breve recuerdo. Se puso de pie, fue a la cocina y rebusco en los cajones hasta encontrar lo que necesitaba: Un encendedor.

Salio al patio trasero para evitar ocasionar algun accidente o que la casa apestara a papel quemado.

Giro el perno del encendedor observando la pequeña llama. Acerco la carpeta con todos aquellos reconocimientos y espero a que una esquina empezara a incendiarse.

Solto la carpeta cuando ya estaba a nada de quemarse los dedos, aplasto varias veces el pequeño fragmento de papel quemado hasta deshacerlo completamente.

De nada te sirve una hoja decorada con tu nombre y la firma del director, no tiene ningun valor y tampoco te garantiza que tendras el futuro brillante que todos dicen que mereces cuando lo recibes.

No vale sacrificar tu salud mental por calificaciones ni reconocimientos. Lo aprendió a la mala.

𝑨 𝒅𝒂𝒚 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑨𝒇𝒕𝒐𝒏 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒚 | 𝙁𝙉𝙖𝙁 𝘼𝙐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora