★ Epílogo ★

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La tarde no era tan calurosa a pesar de que el sol llevaba un rato adornando el cielo, Henry estaba acomodando los platos en la mesa de jardín que habían comprado especialmente para los almuerzos familiares que ya eran algo que se daba cada fin de semana.

Elizabeth y Chris estaban ayudando en la cocina a terminar de preparar el almuerzo mientras se ponian al tanto de lo que habia ocurrido en la semana.

Y William, bueno, el se estaba riendo de ver como Michael y Charlie estaban tratando de atrapar a dos pulgas, dos pequeñas pulgas de cuatro años que estaban jugando con su padre y madre.

—Te tengo— Exclamo el ojiazul atrapando a su hijo. Un pequeño que, al igual que él, era una copia de William. —Perdiste Sirius— Pronuncio burlon dejando un pequeño beso sobre la mejilla del infante.

El otro niño se detuvo un momento para reir, lapso que le basto para ser atrapado por su madre. Charlotte tambien habia tenido que pagar karmas que desconocía, su pequeño resulto tener algunos ragos similares a los de Henry: Cabello naranja, ojos verdes y la misma forma de la nariz y los labios.

—Adam, eres un tonto— Regaño el pequeño Sirius a su primo a la vez que hacía un puchero con sus labios.

—Tú eres un tonto— Respondio el pelinaranjo menor. —A ti te atraparon primero

Michael y Charlie se voltearon a ver unos segundos, ya sabian a donde iba eso y que lo mejor que podian hacer eran distraerlo.

—Oigan ¿Y si juegan a los piratas?— Sugirio Michael al tiempo que bajaba a su hijo. —Si encuentran una piedra color rojo y un centavo les compramos un chocolate

Los infantes se voltearon a ver unos segundos y después fueron a empezar su busqueda olvidando que hacía unos segundos se habian “insultado” por perder un juego.

—Que feos son con mis nietos— Se quejo William cubriendo su boca con su dorso para esconder su sonrisa.

—Tú hacias lo mismo— Recrimino Michael acercandose a su padre acompañado de Charlie. —Pero hey, funciono

—Veremos por cuanto— Charlie observo de reojo a los pequeños quienes buscaban entre el pasto alguno de los objetos que Michael señalo como “el tesoro”.

William ciertamente no se imaginaba como abuelo pero cuando Adam nacio tuvo dos ideas principales: Lo iba a malcriar como cualquier abuelo y la edad lo golpeo.

Según él no estaba tan viejo como para ser abuelo pero sabía que eso era una mentira. Su cabello castaño empezaba a tener pequeños destellos de blanco producto de las canas y algunas arrugas había empezado a marcarse, aunque fuera de eso seguía viendose bien.

Mientras que Henry de igual manera había tenido la suerte de conservarse en él, en su casos las canas eran un poco más evidentes pero no le molestaba, al contrario, le gustaba como se veía su cabello ahora. Hacía tiempo tuvo que cambiar sus lentes pero fuera de ello no habia notado gran cambio. Aunque a él también el ser abuelo le dijo “ya eres un señor”.

Hen se emociono al ver que su nieto se parecia a él, sabia que las posibilidades eran pocas pero había pasado. Pero cuando Sirius nació lo único que pudo hacer fue no reirse al escuchar un “¿Qué karma estoy pagando?” de parte de Michael.

—Nosotros cuidamos a los niños, vayan con sus hermanos— Menciono Emily, seria buena persona y les daria un pequeño descanso.

“Gracias”
Pronunciaron Charlie y Michael al unisono antes de entrar a casa, los niños tenian demasiada energía.

Emily se acerco a su pareja recargandose a su lado. Le traía recuerdos bastante bonitos el ver a los niños jugar y pasar a otro juego porque encontraron dos ramas que servian como espadas.

—Son adorables— Pronuncio Emily con una pequeña sonrisa sobre sus labios. —Muchos años insististe en que querías otro hijo, ahora tienes dos nietos

—Y otro en camino— Y él que penso que solo Chris le daria nietos y, de momento, solo esta un “si quiero hijos” sobre la mesa. —Se que dije que queria otro hijo, pero era broma

—Bueno, tú lo manifestaste y ahí esta el resultado— Señalo con la cabeza a los pequeños que habían retomado su busqueda.

—Me encanto el resultado— No lo iba a negar. 

Ambos estaban encantados con los niños y, tal como con sus hijos, no tenian favoritismos hacía ninguno pues no le veían el caso a hacer alguna distinción entre ellos.

—Me sorprende un poco el hecho de que es como vernos en miniatura— Porque no lo iba a negar, los dos infantes era Henry y él pero versión llavero por ahora. —Es gracioso cuando se portan como nosotros, pobre de los chicos

—Algo habran hecho— Lo admite, Emily les dijo a sus hijos varias veces les dijo que los niños eran el karma por como fueron en la adolescencia pero eso se desmiente rapido ya que no fueron problemáticos a una medida insoportable.

...
Despues de almorzar los infantes se les habian pegado a sus abuelos como casi siempre, si eran demasiado cercanos a ellos y los querian bastante.

Al igual que siempre los niños estaban sentados en el piso escuchando algún cuento que Henry les inventaba mientras que William terminaba de acomodar los platos en su lugar y los ratones Afton terminaban de limpiar el patio y la mesa.

—Entonces el pirata Foxy salto de su barco para acercarse al cofre del tesoro— Relato Henry viendo la cara de los pequeños quienes estaban bastante emocionado. —Abrio el pesado cofre y ¿Qué creen que encontro?

—¿Monedas?— Interrogo el pequeño ojiverde con una pequeña sonrisa sobre los labios.

—¿Joyas?— Le siguio el castaño. Que aburrido que fuesen joyas.

—El pirata Foxy abrio el cofre, este estaba lleno de monedas— Mientras que Adam se emociono Sirius puso cara de pocos amigos. —Pero no eran monedas de oro, eran monedas de chocolate. El tesoro era un monton de dulces de todos sabores

Y con eso logro ganarse la atención de ambos niños, no hizo falta que terminara la historia para que ambos se emocionaran y empezaran a hablar entre si de que harian en el lugar del capitan Foxy.

Las cosas habian cambiado, el tiempo transcurrió, aunque a nadie le gustara admitir que habian envejecido desde que su historia comenzo hasta el punto en el que estaban.

William y Henry eran conscientes de que, incluso si su historia no fue color de rosa en todo momento, no cambiarian uno solo de esos días por nada en el mundo.

𝑨 𝒅𝒂𝒚 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑨𝒇𝒕𝒐𝒏 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒚 | 𝙁𝙉𝙖𝙁 𝘼𝙐Where stories live. Discover now