"Jefe, me dieron baje"

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Para Michael las prácticas profesionales eran una forma bastante bonita de decir “estas trabajando sin paga” solo para ver si terminaban por darte la plaza en la empresa en la que realizabas tus prácticas.

En su caso, como sabia de antemano que ya tenia su lugar, por no decir que la empresa ya hasta tenia su nombre, su padre decidio que sus practicas serian que dejara de posponer sus proyectos laborales.

O en términos más simples: Que empezara a trabajar en arreglar a Spring Bonnie y Fredbear.

Mike no terminaba de entender los planos de su padre y meterle mano a algo que no comprendes significa que es bastante probable que lo arruines. Así que decidio seguir los planos de su padre pero hacer algo a una escala más pequeña.

Era una versión más pequeña de Spring Bonnie, a lo mucho serian unos 45 centímetros de altura.

Modelarlo y volverlo realidad fue más sencillo, extrañamente, que lo que estaba siendo el programarlo para que funcionara.

—Habla— Se quejo a lo bajo volviendo a pelear con la programación de la pequeña criatura que a ojos de Michael parecia un perro. Seguía sin conseguir que emititiera un sonido. —Bueno, haz lo que te plazca puto furro de bolsillo

Si, ya se estreso.

—Te odio pero equivales a 480 horas de prácticas profesionales que necesito para titularme— Golpeo suavemente la nariz del pequeño robot con ayuda de su pluma.

Se quedo como idiota unos segundos viendo su proyecto hasta que un detallito le llamo la atención. Llevo su vista a Fredbear quien estaba en el piso, tirado como si hubiese salido de una fiesta hasta el pito en alcohol, regreso su vista a la cosa sin nombre que de igual forma parecia estar inconsciente.

—Michael eres pendejo— Se regaño así mismo, volteo al pequeño conejo y en ese momento le dieron ganas de insultarse hasta cansarse. —Esto nunca paso

Lo bueno es que nadie lo estaba viendo. Movio el switch para encender al conejo quien reacciono casi de inmediato.

—¿Algo que quieras decir?— Extendio su mano para tomar una lampara. Funciona o lo golpea pero para algo le dara uso.

—Juega conmigo— Pronuncio el conejo dando un pequeño salto.

—¡Gracias Dios!— Exclamo baatante feliz, empezaba a considerar que tenia que empezar desde cero. —Bien, cosa sin nombre— Tendria que darle uno. —Vamos a jugar al escondite

Si, hizo un juguete.

—Te toca esconderte— La voz del animatronico era aguda, no tanto como la de un niño pero tampoco era molesta.

El pequeño se tapo los ojos, cosa que a Michael le dio bastante risa. No se movio solo apunto la linterna al robot, cuando este termino de contar dio un paso antes de que Afton encendiera la linterna.

Lo flasheo tres segundos y después apago la linterna.

La programación del conejo era más fácil explicar que realizarla:
Si te tocaba esconderte ganabas al iluminarlo, era un tipo de “salvacion”.
Si te atrapaba de sorpresa entonces él ganaba pues, reiterando, te atrapo.
El juego termina si en cinco minutos no lo encuentras o te encuentra. 

—Ganaste— Pronuncio el robot. —Ahora voy yo, tapa tus ojos y cuenta hasta diez

Afton dejo su linterna sobre la mesa.
Cubrio sus ojos y empezo a contar de forma lenta hasta el quince. Escucho un golpe seco contra el piso, asumio que el pequeño furro habia bajado de la mesa.

Al llegar a quince abrio los ojos, no era un lugar muy grande así que podia encontrarlo sin problema.

Cosa que hizo, lo encontro adentro de una caja. Lo saco con cuidado, no era tan pesado como pudiese parece, pesaba lo mismo que un perro de raza pequeña.

𝑨 𝒅𝒂𝒚 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑨𝒇𝒕𝒐𝒏 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒚 | 𝙁𝙉𝙖𝙁 𝘼𝙐Where stories live. Discover now