Descansa en el abrazo de un demonio

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Jiang Yao no pudo evitar sentirse algo agradecido hacia Cao Haolong cuando dijo estas palabras.

Entendió que Cao Lanying podía influir en muchas de las opiniones de la audiencia con sus palabras, y no estaba dispuesto a tener ningún rumor con una mujer así.

Si Luo Xiao no estuviera a su lado, felizmente habría ejecutado a todos hasta que no se atrevieran a mencionar este asunto nuevamente, pero hoy era un día especial, y cubrir el suelo con sangre no sería tan beneficioso para su subasta.

La audiencia también se tranquilizó un poco después de escuchar las palabras de Cao Haolong. Aunque sabían que, en teoría, podía mentir, sabían que sería muy perjudicial para él mentir sobre tales asuntos si realmente hubiera logrado relacionarse con el Séptimo Príncipe Demonio.

Cao Lanying estaba furiosa al escuchar las palabras de su hermano, y sus ojos estaban rojos de ira. Actualmente estaba siendo retenida por un grupo de expertos, pero su cuerpo tembloroso estaba al borde de la explosión.

Jiang Yao miró a la mujer y sus ojos se volvieron profundos mientras hacía un gesto secreto a los guardias que la sujetaban.

De repente, Cao Lanying sintió que su cuerpo estaba libre y corrió hacia Luo Xiao con las uñas blandiendo, claramente con la intención de hacerle daño.

Mientras avanzaba, la multitud no pudo evitar jadear y contener la respiración al presenciar la expresión maliciosa en el rostro de la mujer.

Sin embargo, los más inteligentes entre la audiencia notaron cómo los guardias tenían la capacidad de detener el acercamiento pero no lo hicieron, y un pensamiento se formó en sus mentes.

Justo cuando Cao Lanying llegó al lado de Luo Xiao, su suposición fue respondida cuando cientos de fragmentos de hielo se hundieron repentinamente en el cuerpo de la mujer, haciéndola parecer un cojín de agujas.

Cao Haolong frunció el ceño ligeramente, pero pronto aflojó las cejas al aceptar el resultado.

Aunque veía a Cao Lanying como un miembro de su familia, no estaba dispuesto a aprobar ciegamente su comportamiento. Él había tratado de ayudarla muchas veces, pero ella seguía haciendo oídos sordos a sus buenas intenciones, por lo que ahora no iba a ser un santo y tratar de arriesgarse por ella.

La brutalidad de Jiang Yao hizo que todos los ciudadanos presentes sintieran un escalofrío en la espalda.

Recordaron cómo se habían preguntado anteriormente si este joven era o no realmente el despiadado Séptimo Príncipe Demonio, pero al ver a la Dama Mayor de la familia Cao morir congelada lentamente, se dieron cuenta de lo estúpida que había sido su suposición.

Aunque se había convertido en un lindo cachorro frente a su amante, eso no cambiaba el hecho de que, de hecho, era un lobo feroz frente a todos los demás.

Cao Lanying no pudo quejarse. Su cuerpo se había congelado, e incluso la sangre que brotaba de los agujeros de punción se había congelado. Su apariencia era algo horrible, pero debido a la escarcha, el olor a sangre no era abrumador ni sangriento.

Aun así, Jiang Yao no tenía intención de mantener a esta dama aquí para causar problemas, por lo que le hizo un gesto a Cao Haolong y le obligó a lidiar con eso, antes de agarrar la mano de Luo Xiao y llevarlo a la casa de subastas con cierta actitud dominante que hizo que los demás presentes suspiran de admiración.

Cao Haolong miró molesto a su hermana, pero aún consideraba los lazos familiares e hizo que uno de sus guardias la llevara a un médico.

Aunque deseaba ver si había una manera de salvarla, no tenía muchas esperanzas. Jiang Yao la había perdonado una y otra vez, pero ella siguió desafiando su línea de fondo. Sería extraño si sobreviviera.

Incluso si, de alguna manera, lograra sobrevivir, el costo sería grande y la secuela definitivamente no sería fácil de manejar.

Cao Haolong dedicó unos momentos a considerar sus próximos movimientos, pero al final decidió continuar con la subasta. Aunque el destino de su hermana era cuestionable, entendió que esta mujer solo había cosechado lo que sembró, y no era su posición entrometerse en su asunto.

Como tal, ingresó a la casa de subastas, con la esperanza de poder hacer algo para mejorar la impresión de Jiang Yao en su familia. Después de todo, estaba conectado con Cao Lanying, lo quisiera o no.

La audiencia también descubrió rápidamente que el drama había terminado y, por lo tanto, comenzaron a enfocarse nuevamente en las personas que intentaban ingresar a la casa de subastas nuevamente.

El episodio no causó gran revuelo, y los que ya habían entrado ni se dieron cuenta de lo que había pasado; sin embargo, hubo dos expertos que conocieron la escena de inmediato y sus reacciones fueron muy diferentes.

El primero fue el Cuarto Príncipe Demonio, pero inesperadamente, no se enojó, sino que comenzó a sonreír siniestramente.

Él ya sabía que esta mujer inútil fracasaría, y por eso se había preparado para que otros hicieran uso del caos que ella creó para hacer ciertas cosas, lo que terminaría causando un gran desastre más tarde hoy.

Si bien entendió que este desastre podría traerle un futuro brillante, también estaba muy nervioso al comprender las consecuencias si fallaba.

"Cálmate. Ya llegamos a un acuerdo, y mientras nos des lo que prometiste, te ayudaremos a ganar el trono a cambio".

Sonó la voz de una mujer joven, y el Cuarto Príncipe Demonio miró hacia la figura seductora que estaba vestida con un vestido rojo que abrazaba la figura. Estaba lánguidamente apoyada en una silla, mientras hacía girar una copa de vino en su mano.

Parecía hermosa como una rosa, pero el Cuarto Príncipe Demonio era muy consciente de cuán letal era el veneno que estaba escondido debajo de la atractiva superficie.