La Piedra del Matrimonio

Capítulo 142: El Campeón del Rey

La desconfianza entre los diferentes grupos que estaban preparados para defender a Harry se afirmó casi de inmediato.

Nitrocris habló con Harry sobre fortalecer las protecciones y agregar su magia a las piedras en Hogwarts, pero el director expresó su preocupación sobre si alguien podría hacer algo con las protecciones en este momento. Quedó claro en las sesiones informativas con el Ministerio que Madam Bones parecía asumir que el Ministerio, probablemente a través del Jefe de Aurores Maxwell Darmut, estaría a cargo de los asuntos. Los miembros de la Orden del Fénix habían sido convocados al castillo, y claramente buscaban la dirección del Director, la persistente sospecha mutua entre el Ministerio y la Orden era obvia. Asgeir Brand había hablado con Harry y Albus en privado, recordándoles que las Tierras de Invierno habían roto relaciones con el Ministerio de Magia y estaban preparados para luchar por Harry, no por el Ministerio.

Y Nitrocris fue solo la primera de una serie de poderosos magos y brujas de otros países que comenzaron a llegar a Hogwarts, muchos ofreciendo asistencia o apoyo específico para sus habilidades especiales. Si bien las Tierras de Invierno podrían haber sido las únicas en tener un rencor preexistente contra el Ministerio, los otros ciudadanos privados y los magos extranjeros tampoco sentían ninguna obligación particular hacia el Ministerio. Claramente todos estaban aquí por Harry, y las ofertas estaban dirigidas principalmente a él.

Harry pidió una pequeña reunión privada solo con él, Severus y el director a primera hora de la mañana, para hablar de todo esto.

Albus estaba encantado con la sugerencia y miró a Harry con cálida aprobación.

–Ah, mis muchachos, de hecho nos enfrentamos aquí con desafíos. Mi investigación sobre los reinados de magos anteriores me ha demostrado que el rey siempre ha sido el que lidera cualquier batalla que se libre. Los tiempos eran más simples entonces, los roles eran más claros, las batallas eran más pequeñas. Simplemente mirando a la tradición como guía, Harry sería el que lideraría su ejército contra las fuerzas de la Oscuridad.

Harry parecía horrorizado y Severus furioso. Antes de que ninguno de los dos pudiera ponerse nervioso y desviar la reunión a un discurso despotricado, continuó Albus.

–Eso claramente no es lo que se necesita en este momento. Estos tiempos son completamente diferentes, y esta situación es única. La batalla que se avecina no es un enfrentamiento simple y sencillo. Seguro que va a haber una batalla tradicional. Las visiones de Harry lo confirman, al igual que toda la evidencia de la cantidad de brujas, magos y otras criaturas que se concentran no muy lejos al norte de Hogwarts para atacarlo. Esa batalla va a ser grande, desordenada e importante.

Miró deliberadamente a los dos magos más jóvenes sentados alrededor de la mesa con él.

–Pero esa batalla palidece en comparación con la batalla muy específica que se librará cuando Harry y Voldemort se enfrenten. Ese es el enfrentamiento más importante. Nada puede interferir o perjudicar la batalla de Harry con Voldemort. Eso cambiará el destino de nuestro mundo.

Albus estaba seguro en su corazón que el Ministerio era necesario para la gran batalla, al igual que los guerreros de las Tierras de Invierno, los miembros de la Orden y al menos algunos de los invitados extranjeros. Lo más preocupante, especialmente a la luz de sus suposiciones en cuanto al liderazgo, es que el Ministerio no entendió ni apreció en qué se diferenciaba la batalla más grande de la personal.

–Director, no veo cómo vamos a lograr que todos cooperen, a menos que sea yo quien dirija –ofreció Harry nerviosamente, recibiendo una mirada de Severus– El Ministerio no ve el panorama general. No creo que podamos dejarles esto a ellos con seguridad –Esa idea ganó el asentimiento de Albus y la aprobación a regañadientes de Severus.