La Piedra del Matrimonio

Capítulo 105: Verdadera naturaleza

La tarde de Harry tuvo un comienzo difícil en el almuerzo, porque Neville les había contado a sus amigos sobre la visita de Harry con su tía.

– ¿Por qué, en nombre de Merlín, hablaste con esa mujer? –Ron se enfureció, la comida en su boca amenazaba con aterrizar en la mesa con cada palabra– Te das cuenta, por supuesto, de que puedes usar magia aquí, de ninguna manera el Ministerio podría perseguirte por hechicería de menores. ¿Planeabas hechizarla, tal vez? –agregó, animándose cuando se dio cuenta de que podría haber un resultado apropiado y tal vez su ira era un poco prematura. Se había sentido excesivamente orgulloso de su padre después de que su madre le contó de su gancho derecho en la barbilla de la mujer vil, aunque su padre parecía muy avergonzado por todo el asunto y lo había jurado callar.

La respuesta de Harry no era lo que él, o Neville o Seamus, habían querido escuchar.

–No la había visto en mucho tiempo, y solo quería ver si estaba bien. Charlamos un par de minutos, muchachos. Está ansiosa por irse, le dije que pasaría un mes más antes de que despertaran los muggles, pero si realmente quería llevarse al tío Vernon y Dudley y esperar con ellos en casa, le dije que lo arreglaría.

Mientras los chicos especulaban maliciosamente sobre los horrores que podrían ocurrirle a esa solitaria squib que cuidaba a dos muggles dormidos, Hermione miró muy pensativa a Harry. No es que ella dijera nada frente a este grupito, pero sospechaba que había algo más que eso. Tendría que tratar de tener a Harry solo más tarde para obtener la historia completa.

A Harry recordó que Petunia había hecho una pregunta sobre las finanzas, y tal vez este grupo, o más probablemente Hermione, lo sabría.

–Una cosa que preguntó fue: ¿Hogwarts cobra a las personas que se quedan aquí? ¿Cómo funciona eso?

Ron miró a punto de decir algo, pero se sonrojó un poco. Hermione, por supuesto, intervino.

–Los Fundadores dotaron a Hogwarts con la mayoría de sus fortunas, y muchas familias ricas han hecho obsequios y donaciones a lo largo de los años. La escuela no ha cobrado a los estudiantes por asistir durante siglos. Si aparece un nombre en el Libro de inscripción porque un niño tiene magia lo suficientemente fuerte, se les invita aquí, y todo lo que tienen que pagar son sus libros, materiales y ropa. ¿Creía que estabas pagando la matrícula?

Harry sacudió la cabeza encogiéndose de hombros.

–No tengo idea. Supongo que supuse que el profesor Dumbledore tomó lo que tenía que pagar directamente de mi bóveda –Por eso recibió miradas de sus amigos. Los detalles de las finanzas de Harry eran desconocidos para ellos, pero si ni siquiera sabía algo tan importante como la matrícula, tal vez tenía más en su bóveda de Gringott de lo que habían supuesto– De todos modos, ¿qué pasa con los invitados? ¿Y las personas en la enfermería?

–Lo mismo, Harry. Hogwarts hizo espacio para las personas invitadas aquí, y no hay cargo, por habitaciones, comida o incluso estar en la enfermería. Nadie aquí recibirá una factura cuando esté listo para partir.

A Harry le pareció extremadamente generoso. Sin duda, había algo involucrado aquí sobre el mundo mágico que había escapado a su atención hasta este punto, pero podría descubrirlo en algún momento. Al menos era un problema menos que resolver con los muggles como tío Vernon cuando era hora de que se fueran.

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Los cuervos lo estaban distrayendo con sus continuos susurros, y Harry estaba frustrado porque realmente no podía entender lo que estaban tratando de decirle. Era solo un ruido suave y persistente, pero con la inflexión suficiente para estar seguro de que si se concentraba más, encontraría las palabras distintas. Pero incluso cuando se concentró tanto como pudo, no pudo distinguir cuáles eran esas palabras. Al final de la tarde, cuando finalmente regresó a sus habitaciones, tenía un fuerte dolor de cabeza.