Capítulo 75: Valeroso mundo nuevo

5K 523 77
                                    


Remus le tendió a Severus una edición vespertina del periódico cuando se sentó a cenar. Severus lo ojeó rápidamente, pero sin dejar de vigilar la puerta del gran comedor, esperando que entrara Harry. No pudo menos que preguntarse cómo habría pasado el chico la tarde.

Junto a él, Sirius, Remus y Charlie estaban discutiendo las consecuencias de la súbita subida al poder en el Wizengamot de Lucius Malfoy. Draco, sentado en la mesa de Slytherin cerca de Pansy, les miraba intensamente. A juzgar por su expresión, estaba usando todo su autocontrol para no ir derecho hacia la mesa principal para escuchar de qué hablaban. Draco tenía un periódico también frente a él y lo ojeaba a menudo, analizando sin duda cada palabra de cada artículo que mencionara aunque fuese de pasada a su padre.

Severus se percató de la cantidad de miradas que el joven recibía por parte del resto de la casa Slytherin. El matrimonio de Draco con Charlie les había perturbado, pues aunque el joven se las había arreglado admirablemente para convertir aquel incidente en un aparente juego de poder -aunque cómo lo había logrado era una incógnita para Severus-, había dejado a muchos Slytherins confusos. La alianza de Draco con los Weasley y posteriormente con Harry Potter, como se había visto claramente cuando se había enfrentado con ellos al Demonio Antiguo en el campo de Quidditch, les había confundido aún más. Ya no estaban seguros de cuál era el adecuado orden social.

Vio a Harry entrar momentos después con Ron y Hermione; los tres se unieron a sus compañeros de curso a la mesa. Harry le dedicó una mirada breve, y Severus captó un sonrojo delator en su rostro. Sonrió de lado, divertido, adivinando la causa de su turbación. Se preguntaba si Harry estaría deseoso de que llegara su cita. La noche del viernes parecía muy lejana. Empezó a planear mentalmente qué necesitaría preparar antes de esa noche: cortejar a un Gryffindor sonaba a cosa compleja.

Observó cómo Harry empezaba a cenar mientras a su alrededor los Gryffindor leían ávidamente el periódico. Severus sabía que Harry no había desayunado y apenas había comido a mediodía, así que debía estar hambriento. Recordando las palabras de la señora Pomfrey sobre la salud de Harry, se sintió complacido al verle comer con apetito. Harry estaba usando demasiada magia, y más le valía recuperar fuerzas.

Y entonces Hermione Granger se acercó y le apartó el plato a Harry, tirando el periódico delante de él. Severus estrechó la mirada. ¿Es que la chica no veía que Harry necesitaba comer? Tras todo lo que le había ocurrido últimamente, necesitaba alimentarse debidamente para soportar el sobreesfuerzo al que estaba sometiéndose. Severus resistió el impulso de levantarse y dirigirse hacia allí como una exhalación para decirle cuatro cosas a la joven.

Parecía estar teniendo lugar una acalorada discusión en la mesa de los Gryffindor, y Severus sintió la tentación de sacar la varita y realizar un hechizo para escuchar lo que decían. Sin embargo, era fácil adivinar las líneas generales de lo que debían estar debatiendo: ninguno de ellos estaba satisfecho con la decisión de Harry de dar los escaños a Lucius Malfoy. Se preguntó si alguno de aquellos críos entendía realmente el tipo de responsabilidad que Harry estaba afrontando, y lo difícil que debía ser para él.

Y entonces sintió una extraña quemazón en el brazo, distinta de cuando Voldemort usaba la Marca Oscura para llamar a sus seguidores. Frunció el ceño, tocando las bandas de plata por encima de la ropa de la túnica. Lupin notó aquel gesto y se volvió hacia él.

– ¿Todo bien, Severus? –preguntó, preocupado. Severus hizo una mueca: el ardor empeoraba y se estaba haciendo más agudo. Un repentino incidente en la mesa de Gryffindor le hizo levantar la mirada: Harry estaba alejándose de la mesa, trastabillando.

– ¿Era eso? ¡Ése era el secreto! –gritó asombrado el joven Gryffindor. Todos notaron el horror que sentía por su tono de voz. Todos los profesores se levantaron al unísono, comprendiendo instintivamente que algo iba muy, muy mal.

La Piedra del MatrimonioWhere stories live. Discover now