Capítulo 54: Despertando a Lunático

5.6K 590 52
                                    


Por pascuas Severus anunció que había completado la poción para Lupin. Harry había recibido la noticia con entusiasmo, mandando carta de inmediato a Sirius y dando un apretado abrazo a Severus que hizo bien poco favor a las alborotadas hormonas del hombre. Las cosas habían estado algo tensas entre ellos últimamente, desde aquel arranque de celos y el beso posterior. Severus estaba contento de poder ofrecer algo positivo a Harry, algo que le recordara que estar casado con el Maestro de Pociones tampoco estaba tan mal; pues aunque el chico no se había mostrado distante o enfadado, sí que parecía inquieto y nervioso, repentinamente consciente de una nueva dimensión de la relación entre ambos que no sabía muy bien cómo tomarse. Se escabullía de todo asomo de coqueteo y evitaba las conversaciones demasiado íntimas. Todo ello había puesto a Severus tenso a su vez, y se alegraba de que las cosas se calmaran, aunque fuese momentáneamente.

La mayoría de estudiantes se fueron de vacaciones a sus casas, dejando camino libre para que Sirius pudiese regresar más o menos a salvo. Tanto Hermione como los dos Weasley más jóvenes se quedaron. Draco rehusó dejar la escuela pese a que su madre le insistía para que viniera a verla. Tras su breve luna de miel, Charlie había vuelto al trabajo en Rumanía, reapareciendo tan sólo los fines de semana cuando venía a través de la red Flu a visitar las habitaciones privadas que Draco poseía ahora. Como McGonagall ya había indicado, los estudiantes casados no estaban permitidos en los dormitorios comunitarios, y como hubiese sido arriesgado que Draco viviera solo en Hogsmeade, Dumbledore le había encontrado una habitación para él sólo, que podía compartir los fines de semana con Charlie. Draco se tomaba aquello como un privilegio denegado a los seres inferiores, algo que hacía bastante gracia a Severus.

Sirius llegó con Dumbledore el primer día de vacaciones, entrando a las habitaciones de Severus como Canuto. En el momento en que la puerta se cerró a sus espaldas, no obstante, cambió de forma y Harry se echó a sus brazos para darle un intenso abrazo de bienvenida. Severus miró todo el proceso algo molesto. ¿Quién hubiera pensado que llegaría el día en que tener a Sirius Black rondando por sus estancias se volvería algo normal?

Black estaba cansado pero emocionado, con los ojos azules llenos de entusiasmo que en su infancia indicaba que estaba planeando alguna broma. Severus tuvo que contener una oleada de desconfianza: era más bien improbable que Black pensara en nada que no fuese el hombre lobo, en aquellos momentos. Por el brillo de los ojos de Dumbledore, sospechaba que la excitación de Black y Harry era contagiosa. Al ver a Severus, Black le saludó con una ligera inclinación, recordando por una vez sus modales:

–Snape. ¿La poción está lista? –la emoción en su voz era casi dolorosa de escuchar. ¿Por qué los Gryffindor tenían siempre sus emociones tan a flor de piel?

Severus asintió, echando una ojeada a Harry que estaba pegado a Black, un brazo aún por sus hombros y una sonrisa brillante en los labios. ¡Ojalá se mostrara tan entusiasta por darle la bienvenida cuando llegara por las tardes...!

–Aún hay cosas que tenemos que acabar de perfilar –avisó a Black, indicándole que se sentara. Black, Harry y el director se sentaron en torno al fuego siguiendo el ejemplo de Severus– Uno de los requisitos del proceso es que Lupin conozca Animagia –empezó a explicar– Sé que no tuvisteis mucho tiempo de practicar antes de que se volviera salvaje.

–Remus ya conocía los hechizos necesarios de sobras, aunque no los hubiese realizado antes –repuso Sirius, sacudiendo la cabeza– James y yo conseguimos transformarnos en quinto, pero Peter tuvo que estudiar más. Remus le ayudó a completar la transformación. Probablemente conozca la teoría y los hechizos mejor que yo. Lo único que necesita es la práctica. En tiempos tuvimos la idea de que, si Remus se convertía en Animago, aquella transformación impediría su transformación en hombre lobo, curándole. Pero pronto descubrimos que la magia de los Animagos no funciona con un hombre lobo.

La Piedra del MatrimonioNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ