Capítulo 93: Los recién llegados

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Pasaron horas antes de que Albus Dumbledore se enterara de las explosiones en Londres ese sábado por la mañana.

El grupo que había viajado a Londres regresó a Hogwarts ileso y completamente inconsciente de la llamada cercana que acababan de recibir. Hermione tenía trabajo que ver con la señora Longbottom y se excusó para dirigirse a la habitación que la mujer mayor había adoptado como su oficina mientras residía en Hogwarts. Arthur quería compartir su experiencia con la fotocopiadora con Molly, y Ron acordó acompañarlo para ver a su madre. Kingsley tenía trabajo que hacer en la oficina anexa al Ministerio, en preparación para la llegada de las brujas y magos extranjeros al día siguiente.

–Tengo que devolver algunos de los documentos en Parsel a los gabinetes protegidos de la oficina del Director, Severus. ¿Te veo luego en las mazmorras? –Pregunto Harry.

–Te acompañare y veré si Albus necesita algo de mí antes de la llegada de nuestros invitados mañana –Harry le sonrió a Severus, contento por la compañía, y los dos se fueron amigablemente. Había sido una mañana interesante, incluso razonablemente productiva, si uno aceptaba que era valioso tener la gran pila de papel muggle que Harry había encogido y que llevaba en un bolsillo.

Harry y Severus fueron recibidos calurosamente por el Director cuando llegaron a su oficina.

– ¿Cómo estuvo Londres, mis muchachos? ¿Silencioso? –preguntó el mago mayor.

–Yo solo he estado allí unas pocas veces, señor, pero Hermione parecía bastante molesta por lo vacías y tranquilas que estaban las cosas. Ella conocía muy bien esa área, y sabía cómo sería normalmente un sábado por la mañana. La vi mirando por la ventana a la calle un par de veces, y se veía, no sé, ¿molesta? ¿Triste? Algo estaba claramente mal, en sus ojos –dijo Harry afligido.

–Encontramos una serie de muggles en las oficinas de los Granger, Albus. Harry y yo los movimos para acostarnos en las áreas alfombradas de la oficina; algunos todavía estaban tumbados en las sillas, o sobre algunos de los muebles especializados en las oficinas. Sospecho que el Ministerio se centró en los muggles en las calles o en las áreas de reunión pública, pero debemos estar seguros de que el Ministerio es consciente de que hay muchos muggles en lugares que no han encontrado y que es probable que no encuentren.

–Ah, buen punto, Severus. Le mencionaré esto a la Ministra Bones la próxima vez que hablemos. Estoy de acuerdo, no hay mucho que podamos hacer para recoger muggles de lugares como sus hogares y oficinas, pero el Ministerio al menos puede estar al tanto de lo que está sucediendo. ¿Pudiste hacer las copias que necesitabas, Harry?

Harry sacó la pila de papeles de su bolsillo y con un golpecito de su varita, los desenrolló. Albus tomo el montón y lo reviso, maravillado por la replicación exacta de las extrañas palabras en el papel endeble. Severus se unió a él mientras inspeccionaban este producto de tecnología muggle.

–Fue bastante notable, Albus. La señorita Granger acababa de poner el pergamino en la máquina, presionó un botón y, segundos después, apareció una copia del pergamino. De lo más interesante

Harry escuchó mientras regresaba los preciosos pergaminos al pequeño gabinete, y sonrió mientras los dos hombres mayores continuaban comentando sobre la tecnología que era tan común para cualquier muggle.

–Director, ¿cuál es el plan para que los invitados que llegan mañana? –Preguntó Harry, de repente luciendo un poco incómodo y nervioso.

–Se les ha pedido a todos que vayan a tu oficina, Harry. Eso nos permite mantener una distancia suficiente del Ministerio. Con solo una excepción, tú y Severus serán los que los saludarán tan pronto como atraviesen la chimenea. Puedes darles la bienvenida, presentarles a Severus como tu compañero vinculado. Por cierto, te recomiendo que uses el título de Lord en lugar de Profesor. Luego puedes presentarme y usar mi título como Director, en lugar de cualquier otro título del mundo mágico. Si tienes algo que decirle a alguien y quiere hablar con él, está bien, pero no habrá presión sobre ti; puedes avisarnos Severus o a mí –Harry pareció respirar aliviado ante la noticia– Tendremos elfos domésticos esperando para escoltar a cada recién llegado a su habitación y acomodarlos. La mayoría de ellos llegarán un poco antes de la cena, así que tendré la mesa principal ampliada para que nos acompañen en el Gran Comedor.

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