Capítulo 57: Obviedades

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Aliviado, y no muy dispuesto a preguntarse a sí mismo por qué lo estaba, Harry aceleró el paso pasillo abajo, notando de paso lo vacío que estaba el castillo. Pasarían días antes de que los estudiantes regresaran de las vacaciones. No obstante, seguramente los trabajadores que debían trabajar en el campo de Quidditch empezarían a llegar mañana mismo. Si las pruebas nacionales iban a tener lugar en dos semanas, tendría que empezar cuanto antes. A Ron le encantaría la noticia, pero en cambio a Harry la posibilidad de un ataque le resultaba demasiado preocupante para disfrutar del acontecimiento.

Se encontró a Ron y Hermione en el gran comedor en compañía de GInny y, sorprendentemente, de Draco también. Charlie trabajaba durante el día y Draco se aburría si se quedaba solo, así que se había quedado jugando a ajedrez contra Ron mientras Ginny y Hermione observaban. Desde que Draco se casara, la relación con él había sido algo extraña: la primera conversación entre él y Ron, cuando éste último le diera la bienvenida a la familia, había asentado el precedente sobre el cuál fundaban su trato. Ninguno de los dos se sentía cómodo si se mostraban afecto o amistad, así que Ron todavía llamaba "hurón" a Draco, y Draco a Ron "comadreja", y todos se sentían mucho mejor así.

Draco y Ginny se trataban con educación, aunque Harry suponía que tenía mucho que ver con la forma en que un "sangre limpia" trataría a una fémina de su familia, pero con Hermione, Draco no sabía qué hacer. Parecía pensar que era parte de la familia Weasley en cierta manera, pero no tenía ni idea de cómo tratar a la hija de unos muggles. Sin duda, una vida entera de recibir como doctrina el que los muggles tenían algo fundamentalmente erróneo en su ser le llenaba de prejuicios, y no sabía muy bien cómo superarlos. Hermione, por su parte, no tenía intención de hacer borrón y cuenta nueva respecto a todos los insultos que había recibido. El concepto "sangre sucia" todavía resultaba una barrera entre ellos. Sin embargo, ambos intentaban mostrarse mínimamente civiles, pese a todo.

Por otro lado, Draco no parecía tener problema en aceptar a Harry como parte de su nuevo entorno, algo que Harry encontraba extremadamente raro, aunque sospechaba que se debía a que el Slytherin había sido criado para respetar el poder, y quisiera o no Harry sabía perfectamente que era más poderoso que sus compañeros de curso.

Los cuatro alzaron la mirada al entrar Harry, fijándose rápidamente en su poco habitual traje. Normalmente sólo le veían de uniforme. Harry no se sentía muy cómodo cuando se salía de sus hábitos. Hermione y Ginny le echaron un vistazo admirativo, Ron pareció vagamente deseoso de poder tener semejante ropaje, mientras que Draco pareció ligeramente impresionado e inclinó la cabeza, como haría con alguien de su rango.

– ¿Qué tal ha...? –empezó a decir Hermione, pero se detuvo bruscamente echando una mirada a Draco. No habían comentado las noticias de Remus con el Slytherin.

–Todo bien –dijo Harry, tomando asiento junto a ellos. Ron, Hermione y Ginny sonrieron, aliviados.

– ¿El profesor Lupin ha quedado libre de cargos, entonces? –preguntó Draco inesperadamente. Los otros le miraron sorprendidos. Él resopló– ¡Por favor! Sigo la actualidad, y sé que la vista tenía lugar hoy... y no es como si no estuviese yo implicado en el tema.

–No, desde luego –asintió Hermione– dado que fue tu padre quien realizó la acusación.

–Sea como sea, ¿debo entender que todo está bien? ¿Ha sido declarado inocente? –dijo Draco, sin molestarse por la acusación implícita.

–Se han retirado los cargos –respondió Harry– No tuvieron más remedio... pero mañana saldrá todo en detalle en los periódicos.

Draco asintió y movió uno de sus caballos en el tablero.

– ¿Y el profesor Lupin? –preguntó el rubio. Cuando nadie contestó, suspiró y miró a Harry– Está bien, ¿no? Quiero decir, no está... enfadado conmigo, ¿verdad?

La Piedra del MatrimonioWhere stories live. Discover now