La Piedra del Matrimonio

Capítulo 109: Reescribiendo la historia

Antes de iniciar el capitulo, les pido que lean HASTA EL FINAL INCLUYENDO MIS NOTAS

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Harry y Severus siguieron a Albus a través del flú desde la oficina del Director hasta la oficina de Remus en el Ministerio justo después del desayuno el jueves por la mañana. Severus salió de la red flú en su habitual manera elegante, quitando el extraño pedazo de hollín de la manga de su túnica, y se dio la vuelta justo a tiempo para atrapar a Harry, tropezando como siempre, cuando salió de la gran chimenea. Con una sonrisa dirigida a Harry, ayudó a Harry a ponerse de pie a su lado en la alfombra, y le dio un rápido roce a su túnica.

–Me acostumbraré a esto algún día –murmuro Harry.

Llegaron un poco tarde, debido al hecho de que Harry había insistido en usar ropa apropiada para la escuela en el Gran Comedor para el desayuno, y luego regresar a sus habitaciones para cambiarse a lo que sea que usara para las sesiones de Wizengamot. De ninguna manera iba a aparecer en el desayuno tan arreglado. Severus tuvo que estar de acuerdo con él en ese punto. A pesar de que Severus había seleccionado su ropa y la de Harry y las había colocado en la cama antes de que se fueran, y aunque fueron directamente desde su habitación hasta la oficina del Director, el ponerse pantalones y camisas de lino, y dobletes de verano, y todo lo demás, tomaba tiempo.

Remus ya estaba vestido con la túnica y el sombrero distintivos que lo identificaban como miembro del Wizengamot, y solo estaba ayudando a Sirius a ponerse la túnica. Albus había rechazado el uniforme y llevaba en cambio una túnica turquesa con estrellas fugaces plateadas y doradas y adornos morados, junto con un sombrero puntiagudo morado y verde. Las cejas de Sirius se alzaron ante el colorido conjunto. Harry estaba razonablemente seguro de que estaba considerando qué atuendo alternativo podría seleccionar para la próxima reunión. Aparentemente, había espacio para la elección individual de vestimenta en estas cosas, contrario a lo que la Ministra Bones le había dicho.

Harry saludó a Sirius con un abrazo y le susurró al oído mientras lo hacía.

–Ni siquiera pienses en ponerte una túnica así, ¡no te saldrás con la tuya! –Sirius parecía sorprendido de que Harry hubiera leído su mente, y se río entre dientes mientras sacudía su cabeza hacia Harry. James siempre podía leerlo como un libro, y habría dicho exactamente lo mismo. Otra forma en la que Harry ahora le recordaba a James.

Harry acababa de darle un rápido abrazo a Remus como saludo, cuando llamaron a la puerta, seguido de la entrada del Auror Stark.

–Señores, la señora Ministra me pidió que los escoltara a todos a la Cámara, ya que la sesión de Wizengamot comenzará tan pronto como puedan sentarse. Por favor síganme.

Albus lo siguió de inmediato, y hubo un poco de agitación justo detrás de él mientras los otros cuatro resolvían cómo iban a seguir. Sirius parecía decidido a caminar con Harry, aunque Remus quería caminar con Sirius, y Severus no tenía intención de caminar con nadie más que Harry, sin Sirius. Con una rápida mirada compartida entre Severus y Remus, Remus tomó a Sirius firmemente del brazo y lo acompañó por detrás de Albus, y Severus colocó su mano sobre el hombro de Harry para detenerlo un segundo antes de seguirlos.

–Permite que los demás entren, solo un segundo o dos, antes de que entremos. Nada va a suceder hasta que llegues, estoy seguro, por lo que de esta manera no pareceremos ser los últimos en llegar –él explicó.

Harry sonrió ante la muestra de preocupación por los demás que no era de Slytherin, mientras se apresuraban a ponerse al día con el pequeño desfile dirigido por el Auror Stark por los relucientes pasillos pavimentados de mármol negro que conducían a la cámara del Wizengamot.