Hicimos una promesa cuando éramos niñas, la promesa que siempre íbamos a ser mejores amigas y a estar juntas. La promesa que nos impidieron cumplir el día que te separaron de mí.
...
A María José Garzón y a Daniela Calle, la desgraciada de pertenece...
Desperté rodeada de sus confortables brazos, sintiendo el calor que me proporcionaba su cuerpo. Podía sentir su respiración, era tranquila, serena...podría comparar esta misma sensación con la que me da estar enfrente del mar, escuchando las olas del mar y sintiendo la brisa fresca chocar contra mi rostro...esa misma sensación es la que me da estar con Poche, esa misma paz es la que siento con ella.
Ella se removió en la cama, estiro su cuerpo, soltó un bostezo y fue abriendo lentamente sus ojos. Ella al verme sonrió y beso rápidamente mi frente.
-¡Buenos días, hermosa!, Que lindo es despertar y ver tu hermoso rostro-Ella me dijo acariciando mi mejilla con el dorso de su mano.
Yo besé su pecho y sonreí como boba.
-Me gusta estar así contigo, es más, hasta ni ganas de ir a trabajar hoy me dan-Admiti con un puchero, ella colocó un mechón detrás de mí oreja y me sonrió de nuevo.
Me encanta verla cada vez que sonríe, porque mi corazón se acelera al ver su perfecta sonrisa.
-No vayamos-ella me dijo escondiendo su rostro en mi cuello y abrazándome con más fuerza.
-¿Quién se va a encargar de la hacienda si no somos nosotros?-Le dije y escuché como emitió un sonido de niña consentida.
-Tienes razón...pero después de lo que pasó ayer entre tú y yo me siento...diferente-Ella me confesó y se de que estaba hablando porque yo me sentía igual.
-Yo también...jamás creí que fuera tan maravilloso hacer el amor, ya veo porque le gusta tanto a las personas-Me reí apenada y ella rodó los ojos.
Poche, beso mi hombro y acarició mis brazos lentamente.
-Quiero luchar por ti...por lo nuestro, por lo que tenemos, Calle. No quiero que ni tu mamá, ni Fernanda, ni Laura o cualquier otra persona me robe tu amor, así que créeme que hablo enserio cuando te digo que contigo lo quiero todo y por ti lo doy todo-Ella me dijo hablando de una forma sincera y segura de si misma.
-¿También tu goma de mascar favorita?-Le pregunté y ella puso su mano en la barbilla para pensar.
-Bueno...creó que siempre hay excepciones, la goma de mascar es la goma de mascar-Ella me respondió, yo tomé una almohada y le di un almohadazo en la cabeza.
-¡Boba!-Le reclamé y ella se empezó a reír-quedate entonces con tu goma de mascar-fingí decirle molesta mientras le daba almohadazos.
-¡Ya, Calle! ¡Para, porfavor!, Me voy hacer pipí, te lo advierto, ¡Calle...!-Ella lloriqueaba como un bebé.
Caí encima de ella y ambas nos quedamos viéndonos a los ojos por unos segundos, sentí una corriente eléctrica viajar por mi espina dorsal en el momento en el que ella empezó acariciar mi espalda de arriba hacia abajo.
-Poche...-dije seguido de un suspiro pesado al sentir algo duro chocar contra mi pelvis.
-Es hora de desayunar...¿Quieres?-Ella me preguntó mordiendo su labio inferior despacio.
Yo alcé una ceja y me acerque más a su rostro.
-Te necesito-Susurré contra sus labios y eso basto para que ella me diera vuelta en la cama y quedará encima de mí.
-bon appétit-Ella me dijo colocando mis manos a la altura de mi cabeza y me hizo un gesto pícaro.
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