Nuestra Promesa G!P

¿por qué me odias?

Pov Poche.

La estuve esperando y esperando, hasta que vi la hora y me di cuenta que quizá ya no iba a venir, me levanté de mi asiento decidida a irme hasta que vi su llamada entrante en mi celular. Después de que hablamos me quede más tranquila y también un rato más con sebas, ya que me quedaba más cerca mi ida al hospital.

-Pochas, ¿Y cuando vuelve Pepito?-Sebas me preguntó mientras terminaba de limpiar una de las mesas.

-Calle me dijo que dentro de una semana, ¿Te hace falta tu amorcito?-Le dije molestando y Sebas me tiró el pañuelo con el que estaba limpiando.

-No digas pendejadas, Poche. Pepe es mi mejor amigo-él me dijo y yo lo miré ofendida.

-O sea que ya me cambiaste-le reclamé y me hice la sentida.

-Claro que no, Poche. Tú eres mi mejor amiga y el mi mejor amigo, son dos cosas diferentes-Sebas me abrazó y despeino mi cabello.

-Más te vale, cara de lombriz-Le dije y él se rió.

-Pero te noto preocupada, ¿Qué te tiene así?-él me preguntó y yo bufé.

-Calle no vino por un contratiempo, pero me tiene preocupada que no sé cual es ese contratiempo, en estos días a ella no le ha ido muy bien, ha sido mala noticia tras mala noticia y eso me preocupa-Le dije a Sebas.

-Tienes razón, solo faltaría que su ex el innombrable se aparezca-Sebas me dijo y yo me reí.

-Ni que lo digas, que la boca se te haga chicharrón Sebas. Pero eso no puede ser ya que no tiene idea de dónde se encuentra Calle.

-Es cierto, entonces la otra cosa mala que le puede pasar es que vaya al baño a hacer del dos y que no haya papel-Sebas me dijo y le di un zape.

-Yo si creo que tu mamá te botó de la cuna cuando eras pequeño, Sebas-Le dije y el hizo un puchero.

-Fue solo una vez-Sebas bajo la cabeza y yo me reí.

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Llegue al hospital, saludé a la recepcionista y me dirigí a la sala de espera, ahí me di cuenta que estaba ella concentrada en su teléfono, se veía tan linda.

-Hola, te vi desde lejos y no quise perder la oportunidad de saludar a la mujer más hermosa que probablemente voy a ver en mi vida-Le dije a sus espaldas, ella se sobresalto pero al verme me abrazo rápidamente.

-Mi amor, necesitaba tanto verte-ella me dijo con su rostro escondido en mi cuello, yo la abracé de la cintura y besé la coronilla de su cabeza.

-Yo también a ti, estuve con sebas escuchando sus bobadas y creo que me duele la cara de reírme tanto-Le conté con una sonrisa, ella alzó su rostro y me regalo una hermosa sonrisa.

-Aun me siento mal por no llegar a nuestro almuerzo-ella me dijo apenada.

-Yo te esperaría toda la vida, mi amor-acaricie delicadamente su hermoso rostro-y sé que valdría la pena si al final tengo un beso tuyo.

Tomé sus labios con los míos en un beso lento, di un suspiro pesado al sentir sus suaves y carnosos labios, amaba besarla, estar cerca de ella, sentir todas estas emociones y vibraciones que ella me hace sentir.

Nos separamos lentamente, ambas sonreímos, la tomé de nuevo entre mis brazos y luego escuché que alguien nombró su nombre.

-Daniela-giré mi rostro y miré a un tipo alto, delgado, con el cabello largo y de un tono castaño claro.

-¿Qué haces aquí?-Calle le pregunto de forma grosera y la verdad yo no estaba entendiendo nada.

-Vine a ver si se te ofrecía algo-él le respondió.