Videollamada.

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Pov Poche

Estaba sentada en mi pequeño comedor al lado de mi papá mientras ambos disfrutábamos de una deliciosa taza de café, yo puedo decir que vivo por el café, su aroma es una de mis cosas favoritas, pero su sabor ¡Oh Dios, es tan delicioso!, Aún no entiendo cómo hay personas que dicen que no les gusta el café, me preguntó si ellos sabrán de la maravilla que se están perdiendo.

Miré a mi papá y me di cuenta que el estaba leyendo una novela romántica llamada "mundos diferentes",¿ suena cursi?...sí...¿Mi papá es un hombre romántico?...también. De alguien tuve que heredar estos dotes de conquista, ¿No creen?

-¿Por qué tendrán que existir los prejuicios y las clases sociales?, Todo sería más fácil si nadie juzga a nadie y todos se ocupan únicamente de sus vidas-Le pregunté a mi papá dando un soplo a mi taza para poder beber del líquido caliente. Mi pregunta surgió en base a el título y la portada de la novela.

-No lo sé hija, pero lo que si te puedo decir es que siempre debes luchar por el amor, si amas a alguien jamás lo debes dejar ir, porque es de valientes luchar hasta el último momento-Mi papá me respondió dejando a un lado su novela y me sonrió de lado.

-Tu eres muy afortunado, jamás tuviste que pasar por algo así con mi mamá-Le dije y él me sonrió con nostalgia-digo aunque mis abuelos están muertos estoy segura de que siempre te hubieran apoyado y que jamás te hubieran dado la espalda, al igual que los papás de mi mamá. En parte es triste ¿Sabés?, Jamás pude saber que se siente tener abuelos y que te consientan-hice una mueca de tristeza al pensar que jamás pude conocer a mis abuelos.

Mi papá se acercó a mí, me abrazó y beso mi frente.

-Ya no pienses cosas tristes, mejor date prisa y ve a cambiarte porque en cualquier momento llegará Sebas por ti. Además yo te amo y siempre has sido mi niña consentida-Mi papá alboroto mi cabello y me hizo sonreír.

-¿Sabes que papá?, Tienes razón, por eso te prohíbo dejarme, debes prometerme que estarás conmigo al menos por 2 siglos más-Le dije aferrándome a su torso así como cuando era pequeña.

-Esta bien, hija. Siempre estaré contigo.

-¿Me lo prometes?-Le dije con un puchero en mis labios. Derrepente sentí un nudo en la garganta, me estaba poniendo demasiado sensible.

-Es una promesa-Él me dijo y no pude contener que una lágrima que resbalaba por mi mejilla.



-¡Mueve ese gran trozo de pastel, Poche! ¡Hoy habrá postre para todas!

Sebas me dijo desde su auto sin dejar de tocar la bocina.

-¡Deja de hacer ruido! ¿Quieres que todos sepan a dónde vamos?-Le dije en cuanto subí a su auto y lo silencie.

-¡Perdón, mi querida Pochas!, pero es que me siento feliz de que hoy te hayan soltado la correa-Él me dijo riéndose.

-Ja, ja, ja. ¿Ya me puedo reír?-Le dije sarcástica, cruzando los brazos y alzando una ceja.

-No seas así mi Pochas, estaba bromeando. Pero la realidad de todo esto es que te extraño, no es que este celoso o que te esté reclamando, pero desde que eres novia de Calle ya ni siquiera vas a verme tan seguido a la panadería como antes, ya no me llamás, ya no me escribes, ¡Ya no siquiera me tocas!-Sebas estalló de la risa con lo último que dijo.

Me reí y le di un zape en la frente a Sebas para que se compusiera su sistema.

-Sebas, no seas exagerado, tú lo que necesitas es una novia, te prometo conseguirte una...¿Sabés qué?, Voy a decirle a Calle que tengamos una cita doble, Ella y yo, y tú y Laura-Le dije orgullosa de mi gran idea porque así podría matar dos pájaros de un tiró, por una parte le conseguiría pareja a Sebastián y por el otro lado lograría que Laura se enamore de Sebastián y que deje en paz a Calle de una vez por todas, ya que no me gusta que esté enamorada de mi castaña.

Nuestra Promesa G!PWhere stories live. Discover now