Mi primer beso.

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Pov Calle.

-Toma asiento, hija, y dime, ¿Qué es lo que sucede?

Me senté en la silla que estaba enfrente del escritorio de mi papá y solté un bufido, la verdad es que estaba preocupada y no era fácil procesar todo esto.

-No sé si ya sabes lo que pasó en la hacienda, pero estoy verdaderamente preocupada-Le dije sujetando mi cabello con desesperación.

-¿Lo de las reses?-Él me preguntó y yo asentí.

-Supongo que Juan Carlos te contó, pero lo que no sabes es que recibí un aviso de forma anónima hoy que decía que esto apenas empezaba y si este fue el comienzo no quiero saber el final, papá.

-Hija, no te preocupes, todo está bien.

-No lo está, papá, y ya no debes fingir conmigo...yo lo sé todo-Le dije haciendo contacto visual con él.

Mi papá tomo una bocanada de aire y luego siguió hablando.

-Quiero que sepas que todo estará bien, mi amor. No quiero que te preocupes, prometo cuidar de ti y de tu madre, ustedes dos son lo más importante que tengo y no dejaría que nadie me lo arrebate-Él me dijo sonriendo de una forma reconfortante.

-Lo sé papá, pero yo...tengo miedo-Admití sintiendo temor.

Mi papá se levantó de su asiento, se acercó a mí, tomo mi mano y yo me puse de pie. Cerré los ojos al sentir sus brazos rodear mi cuerpo. Me sentí de nuevo como una niña pequeña, los brazos de mi papá siempre serán el analgésico que necesito. Suspiré de manera profunda ante cada uno de los recuerdos que tenía de pequeña en donde me tiraba llorando a los brazos de mi papá cada vez que me sentía asustada o triste. Mi papá beso mi frente, nos separamos unos segundos y el tomo mis manos entre las suyas.

-Ya no quiero que estés preocupada, de momento no podemos denunciar a Raúl porque no tengo pruebas en su contra y ya sabes eso que dicen de que sin pruebas no hay delito, pero ten por seguro que lo haremos y por las reses no te preocupes, tengo un amigo que me venderá unas a cuotas, las cuales yo me encargaré de pagar...solo que la otra semana saldré de viaje por lo mismo, él vive en otro estado, así que te voy a pedir que cuides de tu mamá y sobre todo que te dejes cuidar de Poche, estoy segura que con ella siempre estarás segura-mi papá me dijo y yo asentí con una sonrisa.

-Esta bien, papá. Además yo te prometí que voy a sacar adelante la hacienda y lo haré cueste lo que me cueste-Le dije muy segura de mis palabras.

-Yo se que así será mi ratona-Él me respondió y me volvió abrazar.









Pov Poche.

Estaba en la panadería de Sebas fumando un cigarrillo, él ya había cerrado el local, así que no había ningún problema. Se que Calle se molesta si fumo, pero después de todo lo que pasó hoy necesito relajarme.

-¡Hola, bombones!-Pepe entro saludando en la panadería.

-¿Cómo entraste?-Sebas le pregunto confundido y Pepe tomo asiento.

-Mi suegra me dejo entrar.

Él hizo referencia a la mamá de Sebas y no pude evitar reírme.

-¿Dónde dejaste a mi gigantona?-Le pregunté a Pepe.

-La deje encerrada en su despacho con Laura.

Mi estómago se revolvió al escuchar eso y me levanté rápidamente de la silla. Miré a Sebas y también tenía mala cara.

-Siendo así, enseguida vuelvo-Dije tomando mi chaqueta para colocarmela e irme, hasta que escuche la risa de Pepe.

-Jajaja. Debiste ver tu cara Poche y la de Sebas también. Obviamente estoy mintiendo-Pepe dijo riéndose como olla de presión hasta que Sebas le tiró la gorra que tenía puesta.

Nuestra Promesa G!PWhere stories live. Discover now