Buscando pruebas

3.2K 372 149
                                    

Pov Calle.

Estaba terminando de arreglar mi nueva cama. Las antiguas sábanas las tire y tuve que comprar otras, quizá les parece una exageración pero el solo hecho de pensar que Fernanda se acostó precisamente sobre esas sábanas me causa náuseas.

Escuché que tocaron mi puerta y pedí que pasarán adelante.

—¡Hola, Callesita!—Pepe entro a mi habitación.

—Pepe—Lo saludé con una sonrisa.

—Vine asegurarme de que ya no estás llorando y además a decirte que me iré al hotel—Él me dijo y yo fruncí el ceño.

—¿Por qué te vas?, Tú debes estar aquí conmigo, así que vamos, te voy acompañar por tus cosas y te vas a instalar aquí—Le dije poniéndome de pie para buscar mis zapatillas por debajo de la cama.

—Esta bien, pero, Calle…el taxi ya me está esperando afuera, así que no te preocupes yo voy solo.

—¡No!, Mario nos puede llevar por tus cosas, yo te voy acompañar porque te puedes perder—Le dije y el rodó los ojos.

—Callesita, no soy tan gilipollas como para perderme, este pueblo no es Nueva York ¿Sabes?—Él me dijo provocando que me riera.

—Supongo que tienes razón. Pero por favor ten mucho cuidado—Le pedí, él tomo mis manos y me sonrió.

—Lo haré guapa, no debes de preocuparte por eso, pero si me tardo un poco es porque quizá me quedé comprando más de algo o ligando con algún chico guapo —entrecerre los ojos y lo vi sospechosa.

—¿Qué me estás ocultando?—Le pregunté y él se puso nervioso.

—Nada, Callesita, es más me iré en este momento para no tardar. ¡Te amo Perris!

Pepe salió de mi habitación y me dejó pensativa.

Decidí ir a buscar a mi papá al despacho, ya que él y yo tenemos una conversación pendiente. Toqué la puerta y al término de algunos segundos él me pidió que entrara.

—Papá—Le dije en forma de saludo. Él alzó su cabeza, ajusto sus lentes de lectura y me saludo.

—Mi ratona, pasa adelante y siéntate—él me pidió señalando la silla que estaba enfrente de su escritorio.

—¿De que quieres hablar, papá?—Le pregunté, él cerro la laptop, me miró y soltó un respiro profundo.

—Me duele lo que te ha pasado, eres mi niña, mi vida entera y siento que te falle por segunda vez al no protegerte y dejar que te lastimaran—Él trago en seco y tomo mi mano dando una suave caricia con su dedo pulgar.

—Papá…no es tu culpa, quizá yo no debí haber confundido mi amistad con Poche con algo más—Le dije bajando la mirada.

—Sin embargo, quisiera poder meterte en una cajita y protegerte de todo y de todos y eso incluye a tu madre aunque en el momento no logré cuidarte de ella, deje que te enviará a un internado y eso jamás me lo voy a poder perdonar—Los ojos de mi papá estaban vidriosos, se que él me ama y que jamás quiso estar lejos de mi.

—Papá, las cosas suceden por algo y ya no podemos seguir lamentando el pasado.

—Tienes razón hija, pero…¿Vas a despedir a Poche?—Él me preguntó con temor y yo negué.

—Eso no sería profesional de mi parte, papá. Yo la necesito a mi lado—Le dije confesando que apesar de todo la quiero tener cerca.

—No sé lo que le pasó a esta niña, ella es muy buena persona, pero sea lo que haya sido ojalá que se logre arreglar.

Nuestra Promesa G!PWhere stories live. Discover now