Las cosas de tu lista.

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Pov Poche

Estábamos en su balcón mirando el cielo estrellado cuando se me ocurrió la idea de proponerle algo.

-Mi amor...-Llame su atención, ella giro su rostro y me miró.

-¿Dime?-ella me preguntó uniendo sus cejas en señal de duda.

Me apoye sobre mi codo y tome su mano.

-Quiero proponerte algo-Le dije un tanto nerviosa, ella sonrió y mordió lentamente su labio inferior.

-Sí es de matrimonio creó que debería ser de una manera más romántica -ella me dijo bromeando y yo negué mordiendo mi lengua.

-Ese es uno de los planes que tengo a futuro, mi amor. Pero no ahora, por que apesar de que a ti no te importa los estándares y las clases sociales, yo quiero poderte ofrecer una vida digna, quiero apoyarte y poder darte lo que tanto mereces, mi amor. -Le dije mientras jugaba con los dedos de su mano.

-A mi no me importa que nos tengamos que casar debajo de un puente y que el anillo que me des este hecho de tu goma de mascar favorita, lo que quiero es poder estar el resto de mi vida contigo, formar una hermosa familia-Ella miró hacia la nada y sonrió, parecía que se estaba imaginando todo lo que me estaba diciendo-no hay nada que desee tanto como el tener una hermosa familia contigo.

Yo no pude evitar contagiarme de su ilusión, pensaba en la idea y me encantaba imaginarme ver a una mini Daniela corriendo por toda la hacienda o enseñándole a montar a caballo. La veo a ella y sostengo la ilusión de poderla llamar mi esposa, Daniela de Garzón, eso se escucha demasiado lindo.

-Yo también lo anhelo, mi amor.

Le respondí, ella se acercó a mí, rodeó mi cuello con sus brazos y yo sujete su cintura.

-Pero quiero saber cuál era la verdadera propuesta-Ella me preguntó ladeando su cabeza mientras miraba disimuladamente mis labios.

-Quiero proponerte que nos vayamos mañana a Cartagena, será únicamente un día mi amor-Le dije y pude notar que la idea no le había gustado del todo-sé que quieres estar cerca de tu papá, pero necesitas distraerte un rato de los problemas, ya luego podemos resolverlos -Le dije acariciando su espalda baja.

-No lo sé...

-Solo un día, te lo pido porfavor, solo uno.

-Poche...

-un día o una semana, elige.

Fui sería al momento de decir mi propuesta y la hice reír.

-¡Eres tan terca!, y está bien, creo que quizá necesito recargar las pilas.

Ella me respondió y yo célebre alzandola en mis brazos.

-¡Sii!, Sabía que te iba a convencer -Le dije de manera engreída y ella negó.

-Mmm, creó que en realidad me convenciste un noventa y nueve por ciento-Ella me dijo mirando fijamente mis labios.

Me acerque cautelosamente a sus labios y sonreí al escuchar su corazón delatarla.

Tomé su labio inferior en un beso corto y la dejé con ganas de más.

-¿Y ahora?-Le pregunté y ella pensó su respuesta.

-Noventa y nueve punto uno (la besé de nuevo) noventa y nueve punto tres (la besé de nuevo), noventa y nueve punto...(no la dejé terminar porque está vez la besé de una forma más larga y pasional, era uno de esos besos que te dejan sin aliento.

-¿Y ahora?-Le pregunté de nuevo sin alejarme de sus labios.

-cien-ella susurró en mis labios y sonreí.


Nuestra Promesa G!PWhere stories live. Discover now