Náuseas, mareos y un retraso.

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Pov Calle.

Ya han pasado dos semanas desde que mi mamá se fue de la casa, no puedo evitar estar nostálgica al pensar en eso, apesar de todo es mi madre y además me duele ver a mi papá tan deprimido, él se distrae en la hacienda, pero aún así yo sé que no es suficiente. No me imagino lo horrible que debe de ser compartir varios años con alguien de matrimonio y que de la noche a la mañana eso se destruya por un desliz estúpido. Pero razonando en la situación de mis padres ahora me doy cuenta del porque Raúl le tenía tanto rencor a mi papá, el porque se empeño en destruirlo y en destruir la hacienda. Quizá...solo quizás si mamá hubiera sido honesta y le hubiera contado a mi papá lo que sucedió él la hubiera perdonado, aunque una infidelidad no es fácil de perdonar, se destruye la confianza y también afecta tu autoestima, yo no creo poder ser capaz de perdonar una infidelidad, porque la infidelidad no es solamente un error es una decisión, los seres humanos tenemos la capacidad de razonar y diferenciar lo bueno de lo malo, agg, es tan frustrante la situación de mis padres.

-Mi niña Daniela, Poche y tu papá te están esperando en el comedor para desayunar-Escuche a mi Tita decirme detrás de la puerta.

-¡Gracias, mi Tita!, enseguida bajo-Le respondí y me di prisa para maquillarme.

Saludé a mi papá y a Poche con un buenos días y luego me senté al lado de Poche quien me dio un casto beso en los labios.

-He estado revisado los balances de estas últimas semanas y los números de las ventas cada vez van subiendo más-mi papá nos contó con una gran sonrisa en el rostro, sonreí al verlo animado por la hacienda.

-Mi tío José también me llamó ayer y me dijo que las ventas están siendo un éxito-Poche nos dijo y paso su brazo por mis hombros para abrazarme-tengo muchas ganas de llevarte a la ciudad, mi amor, para mostrarte la empresa y también nuestra casa-ella me dijo y la miré extrañada pero a la vez con una sonrisa al escucharla decir nuestra casa.

-¿Nuestra casa?-Le pregunté y ella asintió con una sonrisa.

-Claro que si, mi amor, lo mío es nuestro, así que nuestra casa.

Sonreí como boba y sentí un calambre placentero en mi estómago al escuchar a Poche, no por el hecho de lo material, si no por el hecho de pensar en lo nuestro.

-Te amo-Le respondí y ella sonrió.

-Bueno niñas, debemos desayunar antes de que la comida se enfríe-mi papá nos dijo llevando un bocado a su boca.

Lleve una cucharada de huevo a mi boca y luego mordí mi rebanada de pan tostado íntegral, pero como que si me cayó mal porque sentí náusea.

-Hay no, no puedo seguir comiendo, me dio náuseas-dije asqueada-creo que el desayuno tiene mucho condimento-les dije y ellos me miraron raro.

-¿Demasiado condimento? Amor, es un huevo, pan y fruta, eso no tiene condimentos-Poche me dijo con una sonrisa.

-Quizá fue porque no habías comido nada, hija, prueba comer ahora-mi papá me dijo y yo asentí.

Lleve un trozo de sandía a mi boca y no...definitivamente no podía comer, si sigo
así voy a vomitar.

-Amor, ¿Te sientes mal?, Toma solo tu jugo de naranja si no quieres comer-Poche me dijo preocupada.

-No, no quiero llegar a vomitar, mejor iré a la ofi...

Me pare de mi asiento y al mismo tiempo me volví a sentar porque sentí un mareo horrible.

-Amor, me estás preocupando, hoy no irás a la oficina.

-Pero...-trate de objetar pero Poche no me dejó.

Nuestra Promesa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora