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Luego de que la llamada finalizo, el ambiente se había vuelto incómodo. Momo no entendía porque ella debía decidir por Dahyun, si bien la chica había hecho algo que era muy grave, sentía que aun podía tomar decisiones por su cuenta.

Debía hablar con Dahyun antes, aclarar varias cosas y luego pensar un poco en que haría.

Como si fuera alguna señal, una de las enfermeras del equipo de Dr. Hwang se había acercado a su mesa. —Buenas noches, lo siento por molestar pero estoy buscando a la señorita Hirai Momo. —la nombrada levanto levemente su mano para llamar la atención de la mujer. —Oh, el Dr. Hwang me pidió que me acompañes, Dahyun quiere hablar contigo.

Antes de que su boca pudiese responder, ya estaba de pie a un lado de la enfermera. — ¿Enserio? ¿Hyunie quiere hablar conmigo? —la mujer asintió con una leve sonrisa.

—Acompáñeme, por favor. —La japonesa no dudo dos segundos en hacerlo pero antes giro para despedirse de sus amigas, quienes le desearon buena suerte y que les informe todo lo que pudiera.

Se dirigieron en silencio de vuelta a la habitación de la omega, unos minutos después se encontraban delante de dicho lugar. —Bien, puedes pasar, ella está esperando por ti.

— ¿El Dr. Hwang esta dentro?

—No, no lo está. Se retiró del hospital hace unas horas, me dejo a cargo de Dahyun y ustedes mientras él no se encuentra aquí. —Vio la inseguridad en los ojos de la chica. —Tranquila, sé que lo que paso en la tarde fue algo chocante para ti, pero, ella misma pidió verte. Estoy segura de que no pasara lo mismo.

Momo asintió, llenándose de valor por su omega. Si Dahyun quería verla, no era nadie para negarle aquello. Debía ser su soporte en este momento, era su preciosa omega, no la dejaría sola. —Bien, muchas gracias. —con una leve reverencia se despidió de la mujer y avanzo hacia la puerta, una vez estuvo dentro cerro detrás de si la misma, avanzando hasta la cama donde estaba la chica.

Dahyun se encontraba observando el panorama nocturno a través de la gran ventana del cuarto, no tenía necesidad de levantarse de la cama y acercarse debido a esta característica. No se había percatado de la presencia de la alfa hasta que sintió su aroma llenar el sitio, rápidamente dirigió su mirada a ella.

Momo se congelo en su lugar, esperando inconscientemente que la omega la corriera de la habitación, pero eso no paso. En cambio, Momo observo como la omega levantaba sus brazos en su dirección. No entendía muy bien que era lo que quería pero su lobo la ayudo.

Momo, abraza a Hyunie ¡Apúrate!

Se acercó, dando grandes zancadas, pasando sus brazos por la cintura de la chica y atrayéndola a su cuerpo. Pronto sintió los brazos contrarios rodear su cuello, el rostro de la omega escondiéndose en su cuello y su aroma rodearla. Momo se sentía como en casa.

Se quedaron en esa posición por varios minutos, simplemente disfrutando de la otra, hasta que la japonesa comenzó a sentir calambre en sus extremidades, la posición tampoco era la más recomendable de hecho. Se separó un poco, solo para mirar a la omega.

—Hyunie, voy a soltarte un momento, me sacare los zapatos para poder acostarme contigo ¿Quieres eso? —la omega asintió y aflojo su agarre lo suficiente como para que esta pudiera separarse. Una vez realizado lo dicho, se subió a la cama, sentándose a un lado de la omega para abrazarla de vuelta. La chica volvió a hundir su rostro en su cuello y Momo la dejo, soltando feromonas que hicieron que se relajara un poco.

Estuvieron en silencio, Momo simplemente acariciando el cabello de Dahyun, dejando pequeños besos donde podía, simplemente haciéndole saber que estaba allí para ella. —Momo-ssi. —el susurro la había sacado de su ensoñación, quiso separarse para mirar a la chica pero esta se lo impidió. —No, no te alejes, quédate así por favor. —La mayor obedeció, no quería alterar a la omega ni hacerle mal.

—Está bien, Hyunie. No me voy a mover. —Sintió como esta se acomodaba en su pecho.

—Lo siento, lo siento tanto. —El tono lastimero que Dahyun había usado le rompió el corazón, sintió sus ojos aguarse pero no dejo ir ninguna lagrima. —Todas esas veces que te preocupabas por mí y me preguntabas si estaba bien, yo te decía que si cuando no era cierto. Confiaste en mis palabras y yo te mentí. —El agarre de la omega en su cuerpo se hizo un poco más fuerte. —Lo siento tanto, unnie, lo siento, lo siento.

—Está bien, está bien. Hyunie, te perdono, sé que tuviste tus razones y lo entiendo. —poso su mano en la mejilla de la chica, haciendo así que la mirase. —Estoy feliz de que estés aquí, prometo a estar a tu lado el tiempo que necesites para recuperarte, decidí tomar tu mano hace un tiempo y no pienso soltarte. —Acerco su rostro al de la menor y junto sus labios en un corto toque.

Dahyun sonrió levemente. Aunque había intentado estar sin la presencia de la alfa, luego de que la vio, no pudo hacerlo. Su loba aullaba lastimeramente por la presencia de la alfa y ella quería lo mismo, así que pidió que llamaran a Momo. Ahora que estaba entre sus brazos, con ella observándola con tanto amor, se dio cuenta de que no podría estar con otra persona. Momo la conocía perfectamente, habían pasado tantas cosas juntas, sabían secretos de la otra, tenían su manera de comunicarse y constantemente se perdían en su propio mundo donde solo eran ellas dos. Con todo esto en mente solo dos palabras pudieron salir de sus labios. —Te amo.

La japonesa abrió por completo sus ojos, sorprendida por completo con la declaración de la chica entre sus brazos. Pronto su expresión se relajó y una gran sonrisa adorno su rostro, se acercó a dejar pequeños besos en los labios de la contraria. —Yo también te amo mucho, Hyunie. —Dejo un beso mas largo. —Muchísimo. —Junto una vez más sus labios, en un toque más íntimo y duradero, disfrutando como los labios de la coreana se amoldaban perfectamente a los de ella.

Le encantaba saber de qué encajaban tan bien porque habían sido creados solo para ella, Dahyun era su predestinada, por lo cual era la chica perfecta para pasar el resto de su vida.

Durante su estadía en Japón había visitado a sus padres y decidió contarles la situación, siendo lo más sincera posible con ambos. Aunque en un principio tuvo que esquivar varias ollas que su mama le había lanzado, terminaron hablando tranquilamente y sus padres se habían puesto felices de que, a pesar de la rara situación, haya encontrado una omega como Dahyun. Cabe destacar que esta última siempre fue la favorita de ambos, y de su hermana también, la visita había terminado con un aviso de que la próxima vez debía acompañarla la omega, ella gustosa había aceptado.

Se separó de los labios de la omega, descendió dejando besos en su mejilla y luego se dirige hasta la marca. Se encargó de besar todo lo que pudo en esa zona, mientras Dahyun suspiraba levemente.

—Momorin.

—Dime, mi amor. —La menor se sonrojo levemente por el apodo, pero decidió no decir nada al respecto porque le había gustado.

—Tengo sueño ¿Podemos dormir? —sus ojos se cerraban por momentos, estaba agotada, solo se había mantenido despierta para hablar con la mayor y ahora que lo había hecho, teniendo el aroma de Momo rodeándola, el sueño había regresado.

—Claro, nos cubriré con las mantas. —Se separó un poco, para meterse debajo de estas y poder estar más cerca de la menor sin ningún tipo de restricción. Tomo el control de la cama, apretó uno de los botones, haciendo que el respaldar baje lentamente hasta quedar como una cama normal de vuelta. — ¿Quieres que apague la luz? —Dahyun asintió, la alfa se estiro un poco para lograr alcanzar el regulador, bajando de a poco la intensidad en todo el cuarto hasta quedar una tenue luz que no era molesta.

Finalmente se acostó al lado de la omega, quien apenas sintió su presencia de vuelta se acercó para acurrucarse en su pecho. Momo la abrazo, se sentía completa al estar así, no tenía nada de sueño o eso pensaba porque cuando sintió a la omega respirar lentamente, dando a entender que ya había caído en un profundo sueño, ella también lo había hecho.

Simplemente dos chicas enamoradas, disfrutando de la presencia de la otra en ese momento. Se enfrentarían al mundo luego, aunque ambas pueden salir lastimadas en el proceso.

Mint and Roses - DahMoWhere stories live. Discover now