105

712 68 37
                                    

Tzuyu era una persona tranquila, simple y cerrada. No veía nada malo en no compartir sus pensamientos y hablar de sus cosas, era buena escuchando pero prefería mantener lo suyo para ella. Quizás por eso se le dificulte muchas veces entender que pasa con ella, pero, la diferencia en esta ocasión es que estaba muy segura de lo que sentía.

Choi Hak-Kun era un alfa un tanto inusual, y muy distinto a ella, al chico no tenía pelos en la lengua para decir lo que le molestaba, si algo no le parecía correcto hacia algo para arreglarlo, si podía ayudar a una persona lo haría, no era nada tímido y siempre mantenía una sonrisa en su rostro. Lo último, posiblemente, fue lo que más llamó su atención.

Nunca dejó de asistir a sus clases de pintura, Dahyun lo habia hecho hace ya un tiempo cuando toda la situación empeoro, pero para Tzuyu era una manera de distraerse. Ser la menor en el grupo nunca fue un trabajo fácil, o tendían a darle demasiada atención o se olvidaban de ella en situación como esa. Habían pasado años desde que estaba en Corea, pero el lenguaje seguía siendo una barrera que aún no podía derribar del todo, a veces estaba lo suficientemente agotada como para procesar lo que sucedía a su alrededor.

Por eso cuando se encontró a si misma hablando abiertamente sobre sus sentimientos con el alfa, se sorprendió, ella ni siquiera hacia eso con sus amigas. Habían salido a tomar un café luego de una de las clases, el chico nunca la interrumpió, ni hizo nada que la incomodara, solo la escucho atentamente y luego le dio algunos consejos.

—Sabes, ahora que se un poco de lo que te preocupa, no está mal que te sientas abrumada. Es mucho, después de todo. —La sonrisa del alfa tenía algo que la tranquilizaba, no sabía que era, pero le gustaba. —Está bien hablar de cómo te sientes, quizás no seas de compartir mucho, pero creo que ayudaría conversar un poco con tus amigas. Después de todo son un grupo muy unido.

— ¿Conoces a Twice?

El chico negó. —No, pero, tengo a dos hermanas menores que las aman y me hacen ver todos sus videos cada vez que pueden, son solo grabaciones pero se puede notar a simple vista que son una familia.

Desde esa noche comenzaron a salir más, se dio la tarea de conocer al chico en profundidad y luego se dio la oportunidad de darse a conocer.

—Trabajo en la empresa de un tío, me gradué con honores de la universidad en la carrera de administración de empresas y desde entonces estoy ahí. Tengo cinco hermanos y yo soy el mayor, aunque solo soy dos años mayor que tú. No conozco a mi madre, mis hermanos son hijos de la esposa actual de mi padre, y crecí con mis abuelos porque mi papá se pasaba todo el día trabajando para que yo pudiese ir a la escuela.

—Oh, yo...

—Nah, no tienes que decir nada, estoy bien con la vida tengo, soy feliz y eso lo que cuenta. —Y Tzuyu habia comenzado a sentir cosquillas en su estómago desde esa vez.

Cuando se encontró a si misma mirando más tiempo de lo debido al chico durante las clases, se preguntó si se estaba enamorando.

Cada vez que veo a Sana mi corazón late con fuerza, estoy demasiado enamorada de ella. —Era lo que alguna vez oyó de Jihyo, entonces comenzó a prestar atención a los latidos de su corazón.

— ¡Hola Chewi! Mira, mi hermanita hizo galletas y te guarde algunas para que las pruebes. —La beta se sonrojo y miro fijamente la cajita.

—Muchas gracias, las probaré en casa.

Pudo darse cuenta mejor de lo que sentía cuando el chico la invito a una cita, la primera de ambos, y no paró de sonreír en toda la noche, tanto que al día siguiente le dolían las mejillas pero fue por una buena causa.

Las citas continuaron, perdió la cuenta después de la quinta, se sintió de la misma manera que la primera cada vez.

La confirmación llegó cuando estaban caminando hacia el dormitorio de la chica, luego de una sus tantas citas, y no pudo evitar enrollar sus brazos en el cuello contrario y unir sus labios con los del alfa. Las manos de este en su cintura la hicieron sentir cómoda, su toque era cálido y no tenía otras intenciones encima.

¡Hola cariño! Llamaba para preguntar cómo está mi linda beta. —Tzuyu sonrió, saliendo de la sala de prácticas y dirigiéndose hacia una máquina expendedora.

—Hola...estoy bien, solo agotada por la agenda. —Era tímida aún para utilizar apodos amorosos con el chico. — ¿Cómo va tu día?

Amor mío, descansa cada vez que puedas o también puedo invitarte a una tarde de películas en mi casa para relajarte. —La beta rio por lo bajo, el chico era demasiado tierno para ella. —Mi día va normal, el calor de Seúl me está matando y hoy solo tengo reuniones fuera de la empresa, espero no tener un golpe de calor.

Tzuyu se preocupó un poco. —Por favor, asegúrate de protegerte, ponte bloqueador solar y usa una gorra.

Lo haré, no te preocupes ¿Nos veremos este fin de semana?

—Lo siento, no podrá ser, tengo que viajar a Filipinas por una pasarela de una marca que represento, viajaré el viernes y volveré el martes. —Esto era lo difícil de su relación, que aún no tenía una etiqueta, la vida de un idol no era estática, siempre estaban de un lado para el otro pero el chico nunca se quejaba y esperaba por ella.

No importa, es tu trabajo y lo entiendo ¿Puedo verte antes de que te vayas?

—Claro, podremos vernos mañana, luego de eso ya no tendré tiempo.

¡Perfecto! Entonces te llevare a una bonita cita por la ciudad para que tengas un buen viaje.

Cuando se los contó a sus amigas, en aquel almuerzo, se sintió feliz de poder compartir algo de ella y supo que las chicas prestaban atención con real interés hacia lo que ella estaba diciendo, así que no tenia de que temer. Habia conversado con sus padres acerca del chico, ambos queriendo conocerlo pronto.

Quizásesto del amor era bueno después de todo.

Mint and Roses - DahMoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora