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Las nueve estaban reunidas en la sala de su dormitorio, su jefe prohibiéndoles salir por el momento. Jihyo sostenía la mano de Sana entre la suya, moviendo su pierna nerviosamente, estaba enloqueciendo a ese punto.

Ambas habían pensado en revelar su relación, pero pensaron que era mejor mantener todo en secreto por el momento. Sabían que revelarlo al conocimiento público iba a traer comentarios bueno y malos, personas que las apoyen y quienes estén en contra, además de la represalia por ser dos integrantes de un mismo grupo en una relación más allá de una amistad.

Y Jihyo tenía miedo, no por lo que podrían decir de ella, por Sana. Había vivido en carne propia lo crueles que pueden ser las personas cuando dos artistas de esa industria confirman su relación, aún recuerda con toda la culpa que había tenido que cargar durante meses, intentando entender de que esa relación no había sido un fiasco por su culpa sino por la circunstancias. Pero las personas se encargaron de hacerle sentir completamente lo contrario. Había llorado durante días y noches, su rendimientos había bajado y en lugar de ser ella quien cuide de las miembros, estas habían cuidado de ella.

Simplemente no soportaría que Sana saliera herida de la misma manera que ella.

Las fotos que la página de noticias había publicado eran demasiado claras, era muy obvio que se trataba de la pareja. Las citas a altas horas de la noche, luego de los ensayos, simplemente queriendo pasar tiempo de calidad con la otra y hablar de cualquier tema que se presentase ahora se veían muy lejanas. Pensaron que nadie las notaba, pero fueron muy ilusas al pensar de esa manera.

Sus padres le enviaron mensajes, preguntándole como se encontraba ella y Sana pero no había respondido a ninguno. De hecho no había dicho una sola palabra desde que leyó el artículo, Sana a su lado en todo momento.

La japonesa estaba sumamente preocupada por su alfa, tenía una idea de lo que podría estar pasando por la cabeza de esta y no le gustaba para nada. Jihyo tendía a culparse muchas veces, de situaciones que ni siquiera habían sucedido por su culpa. Parecía una persona tranquila pero sobre pensaba demasiado las cosas, como lo estaba haciendo ahora.

Nunca en los meses de relación, ni en los años que llevaban conociéndose, había visto a Jihyo tan callada. La menor no era de las que guardaban tanto silencio, podría fácilmente compararla con Tzuyu o Mina en ese momento.

—Jihyo-ssi. —La nombrada dirigió su vista a uno de los managers que estaba con ellas en el dormitorio. —El jefe quiere hablar contigo. —Levanto levemente el teléfono que estaba sosteniendo, la chica se levantó sin decir una palabra e iba avanzar hacia el hombre pero una mano en tu muñeca la detuvo.

—Espere Oppa ¿Por qué solo Jihyo? Ambas estamos involucradas en esto. —Sana tenía el ceño fruncido en preocupación, no quería que Jihyo sea regañada o sea la única que tenga que pagar consecuencias. Ella estaba dispuesta a aceptar cualquier castigo si eso significaba no dejar sola a Jihyo.

El hombre se encogió de hombros. —Lamento decirte que no tengo una respuesta a tu pregunta, Sana-ssi. Simplemente estoy comunicando lo que me dijeron hace unos minutos. —Sonrió levemente, entiendo la preocupación de la omega. —Solo esperen aquí mientras Jihyo habla con el jefe.

La alfa se soltó del agarre delicadamente, no miro a ninguna de sus amigas y simplemente avanzo hacia las habitaciones con hombre detrás de ella. Sana bufo, pasando sus manos por su cabello, estaba molesta. Toda la situación le parecía irreal, las chicas le habían sacado su teléfono para evitar que busque más acerca del artículo. O que mire los comentarios.

—Unnie...—Miro de reojo a Chaeyoung, quien se sentó a su lado y puso su mano derecha en su espalda. —...tranquila, no creo que el jefe haga nada malo o encontrar de Jihyo unnie. —Dedico una sonrisa a la mayor para intentar tranquilizarla.

Mint and Roses - DahMoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora