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La preparación para un concierto era esencial, cada segundo de las prácticas, las pruebas, cada pequeño detalle contaba para que, cuando llegase el día, todo sea perfecto.

Generalmente el público pensaba que ninguna de ellas se sentía nerviosa, o ansiosa, pero era completamente lo contrario, cada show era distinto y los nervios siempre estaban presentes. Con el tiempo su popularidad habia incrementado considerablemente, quizás en el principio de sus carreras no habia sido de esa manera pero con el paso de los años tuvieron la recompensa a tanto esfuerzo dado. Vender estadios completos era una de las señales de esto, y todas estaban orgullosas.

Creen que lo mejor de todo es poder vivir su sueño junto a las personas que aman, quienes comenzaron siendo desconocidas y terminaron como si fueran hermanas de sangre, nada importaba cuando al final de todo siempre estaban una al lado de la otra. Pero esto no quería decir que todo era color de rosa. Claro, se llevaban bien, sabían mucho de la otra pero también tenían sus momentos tensos, situaciones que las ponían con los nervios de punta y generalmente terminaban peleando. Aunque el enojo no duraba demasiado cuando llevaba el perdón.

"Si pierdo esto, pierdo todo" es lo que, la mayor parte del tiempo, Jihyo pensaba cuando observaba hasta donde habia llegado. Para cada una, TWICE, significaba algo específico y especial, ninguna podría imaginarse estando en otro lugar.

Jihyo observo el panorama que tenía delante, el Estadio Olímpico de Seúl estaba listo para el concierto de esa noche, el último concierto de esa gira. Veía al personal del staff moverse por todos lados ultimando detalles, colocando el equipamiento que restaba y controlando que todo esté en orden. —Joder, no puedo creer que las entradas se agotaron. —No podía negar que su pecho se inflaba en orgullo al saber que todos y cada uno de los asientos que tenía a la vista serian ocupados por sus fans. —Esto será increíble.

— ¿Qué haces? —Giro para observar a Sana, quien tenía a Hikaru pegado a ella en su fular, el cachorro estaba de frente observando todo con curiosidad y queriendo tomar entre sus manos el micrófono de su madre omega.

—Nada, solo pienso que es una locura que esto se haya vendido por completo en minutos. —Señalo con su pulgar detrás de ella. —No puedo creer que después de tanto tiempo estemos en el final de este tour. —Acaricio la mejilla de su hijo, sonriendo cuando el bebé rio al notarla.

Sana paseo sus ojos por toda la extensión del lugar, asintiendo con una sonrisa. —Cada vez que estamos en un nuevo lugar, siempre pienso que realmente lo logramos. —Rio por lo bajo al ver a su hijo luchar para que Jihyo lo cargara.

—No ha sido fácil pero míranos ahora, comenzamos este tour pensando que serían un montón de experiencias nuevas y termino siendo completamente distinto.

—Mira el lado bueno, tenemos a nuestro Hikaru con nosotras, todo lo que paso nos trajo hasta aquí y sinceramente no cambiaría nada. —Dejo un beso en la cabellera del niño.

—Mamá. —Hikaru llevo sus manos hasta su cabeza, queriendo que Sana repita la acción y sonrió cuando esta lo hizo. — ¡Mamá!

—Yah, mi cachorro es tan inteligente, mamá Jihyo te ama mucho. —Metió su micrófono en unos de los bolsillos de sus pantalones y desabrocho el fular para cargarlo. Hikaru chillo emocionado mientras ponía sus manos en las mejillas de Jihyo y dejaba besos llenos de baba en su nariz.

Sana no desaprovecho el momento, sacando su teléfono para capturar el momento, sabiendo que tendría un nuevo fondo de pantalla.

—Mina, cielo, me haces cosquillas. —Chaeyoung recorría el escenario lentamente con su alfa pegada a su espalda, esta última tenía su mano izquierda metida debajo de su camiseta mientras daba leves caricias al abdomen de la menor.

Mint and Roses - DahMoWhere stories live. Discover now