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La primera reacción de Sana, cuando vio su alfa ingresar a su hogar, fue abrazarla lo más fuerte que podía. Jihyo se aferró al cuerpo contrario como si su vida dependiera de ello, y quizás lo hacía.

La alfa podía sentir el intenso aroma de su omega, sabía que estaba preocupada y quizás asustada por la situación del aeropuerto. —Amor...

—Solo...solo espera un momento, por favor. —Sana apretó su agarre en la chica, su rostro hundido en el cuello ajeno.

Jihyo guardo silencio, liberando su aroma, dejando que la mayor se tranquilizase. Siendo sincera, su tobillo derecho dolía a horrores pero eso no sería un impedimento para abrazar a su omega lo que necesitara.

No supo cuánto tiempo después la mayor finalmente se separó, pero lo que si supo, fue el beso que Sana le dio.

—Te extrañe...—Un beso. —...mucho...—Otro beso más. —...muchísimo...—Un último beso aterrizo en sus labios. —...no te vueltas a ir tanto tiempo.

Jihyo sonrió, pasando sus brazos por la cintura de la chica, atrayéndola más hacia ella. —Yo también te extrañe mucho, cielo. —Dejo suaves besos en las mejillas contrarias. —Y también a mi cachorro, ya no me quiero ir tanto tiempo.

Sana suspiro, habia sido muy difícil para ella y su hijo estar tanto tiempo lejos de la alfa. Cuando ambas deban volver a su vida de idol, posiblemente, llevaría a su bebé con ellas porque de lo contrario no creía poder aguantar.

—Está en su cuna jugando, vamos junto a él. —Se separó de abrazo, dirigiéndose hacia las escaleras, esperando que su alfa haga lo mismo pero se dio cuenta que la menor no la estaba siguiendo. — ¿Jihyo? —Esta tenía una mueca en su rostro, le dolía el pie al apoyarse sobre él, intento dar un paso pero casi cae de bruces al piso. De no ser porque Sana fue más rápida para sostenerla, se habría lastimado el rostro. — ¿Estas bien?

—Creo que me lastime el tobillo en el aeropuerto. —Intento apoyar el pie pero termino soltando un quejido cuando el dolor se disparó por todo su cuerpo. —Ah, demonios, no puedo apoyar el pie. —Lloriqueo, sosteniéndose de su pareja, ella realmente quería ver a su hijo pero no podría subir las escaleras en su estado.

Sana tenía una expresión preocupada en su rostro. — ¿Llamaron al Dr. Hwang? Si ni siquiera puedes caminar, no creo que sea algo leve. —Como pudo, ayudo a la chica a llegar hasta el sofá de la sala.

—Mike lo llamó, él dijo que estaría aquí apenas pudiera. —Se recostó en el sofá, dejando que Sana pusiera algunos almohadones bajo su tobillo lastimado y siseo cuando intento acomodarse. —Maldición.

—Cuida tus palabras, Park. —Sana negó con una expresión seria, ayudando a que la chica este cómoda. —Sé que te duele pero en esta casa no aceptaré malas palabras.

—Lo siento...—El timbre de la casa sonó, interrumpiendo a ambas, haciendo que su atención se centre en la entrada de su hogar.

—Tú no te muevas. —La omega se dirigió hasta la puerta, abriendo esta para encontrarse con el médico. —Oh, Hola Dr. Hwang

El alfa tenía su típica sonrisa, vestía ropa casual y tenía su maletín en su mano derecha. —Hola, Sanita, ha pasado un tiempo ¿Está tu alfa por aquí?

—Oh, sí, en el sofá. — Se hizo a un lado para que este pasara, cerró la puerta y ambos avanzaron hasta el lugar.

—Hola Jihyo.

La chica observo al hombre, con una sonrisa, siempre era bueno ver al alfa. —Hola Doc., tanto tiempo.

—Eso le decía a Sana, ni siquiera he conocido a su cachorro aún, este viejo ha estado trabajando como un loco. —Se acercó a la menor, viendo su tobillo de cerca. —Mmh, está un poco hinchado, te sacare el zapato y tu calcetín ¿Esta bien? —Jihyo asintió, preparándose para lo que venía.

Mint and Roses - DahMoWhere stories live. Discover now