#1

480 29 8
                                    

Suspiré aliviada al ver que la hora de cierre finalmente había llegado y ya todos podíamos irnos a casa a descansar. Mientras algunos compañeros de trabajo terminaban de limpiar varias mesas y recoger los productos que habían dejado en ellas, yo me encargaba con otro grupo de lavar los platos en la cocina.

Estaba tan concentrada en lo que hacía hasta que sentí un leve empujón en mi cadera que casi me hizo soltar el plato que cargaba, mi corazón pareció detenerse en ese instante y volteé hacia un lado encontrándome con Inha, la amiga más cercana que había hecho en mi estadía aquí, quien además se veía muy calmada y parecía no haberse dado cuenta que casi me hace entrar en problemas.

—¿Lista para unos tragos? —dijo con entusiasmo mostrándome una sonrisa divertida, definitivamente no le importaba que fuera la responsable de cometer un pequeño desastre.

—Sabes que no puedo —contesté con lástima y la rubia hizo una mueca expresando tristeza combinado con enojo.

—¿No puedes decirle que se encargue ella hoy de cuidarlos? ¡Vamos, será solo un día! —hizo puchero juntando sus manos.

—Dirá que sí, no te preocupes —dije sarcásticamente después de soltar una leve risa.

Con "ella" se refería a mi madre, ¿y a quién se supone que debería cuidar? A mis hermanos, pero para ser totalmente honesta, eso es lo menos que hacía, y no diré que me veo en la obligación de cuidarlos yo, porque no tengo ningún problema en pasar tiempo con ambos, pero si es un poco más agotador ya que también tengo otras cosas que hacer, como estudiar y trabajar al mismo tiempo, así que a veces es muy complicado llevarlo todo por mi cuenta.

—Tu mamá no me cae bien —espetó cruzando sus brazos y apoyando su cuerpo de la mesa del fregadero.

—Te prometo que iremos otro día juntas, hoy puedes decirle a Seung —traté de convencerla porque nadie más que yo sabía cuanto quería salir a divertirse un viernes por la noche, y Seung sería un buen acompañante que me reemplazara.

Inha arrugó su rostro para pensarlo unos segundos hasta que finalmente estuvo de acuerdo conmigo. Cuando terminé mi labor, tomamos el bus juntas y me acompañó hasta mi casa ya que quedó en encontrarse con su amigo a unas cuadras más allá.

—Lo prometiste, Seoyeon —tomó mis hombros cuando estuve a punto de darle la espalda para entrar a casa —Que no se te olvide, eh —agregó con un toque de advertencia.

—Te lo prometo —repetí y me dirigió una mirada no tan convencida que me hizo suspirar —Hablo en serio —comencé a reír para darle un abrazo que me devolvió sin vacilos.

—Vale, de acuerdo —me sonrió y sacudió su mano para despedirse —Saluda a Taehyung y a Hoseok de mi parte. Oh, por cierto, ten —extendió mi mano para darme dos paletas, específicamente las favoritas de los niños.

—Las amarán.

—¡Por supuesto que lo harán! —alzó su voz debido a que ya había tomado su rumbo alejándose poco a poco.

Entré a casa encontrándome a Taehyung de espaldas mientras veía su caricatura favorita, la mayoría de las luces estaban apagadas y al parecer los demás estaban ya durmiendo. Me acerqué sigilosamente aprovechando que no se había dado cuenta de mi presencia, y cuando estuve lo suficientemente cerca enterré mis uñas en sus costillas.

—¡Boo!

—¡Noona, me asustaste! —dijo entre risas.

—Adivina qué te traje —escondí los dulces tras mi espalda.

—No me digas que... —asentí y sus ojos se iluminaron.

—Inha los compró para ustedes.

—¡Le daré muchos abrazos cuando la vea!

It's Always YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora