capítulo 121

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Constanza intenta calmar al caballo sin conseguirlo.

Viendo que el caballo se pone más nervioso Constanza respira hondo se trata de calmar, cuando lo consigue se vuelve a acerca pero con mucho cuidado.

El caballo vuelve a moverse muy nervioso y retrocede, intentando escapar de Constanza.

Mientras desde la puerta, el peón observa la escena
sin intervenir.

Al ver cómo Constanza no logra tranquilizar al caballo mueve la cabeza con gran pesar.

Constanza continúa intentándolo sin conseguirlo, mientras el peón sigue vigilando lo.

Cinstanza ya harta dice.
- Esta bien, lo haremos a las malas.

Cinstanza va hasta el caballo y lo agarra muy bruscamente, por lo que el caballo empieza a relinchar sin que  pueda hacer nada.

Mientras en la casa, Gabriela sigue mirando por la ventana esperando que Constanza aparezca, al observar que pasa el tiempo y que no sale, mira a todos extrañada diciendo.
- Es muy raro, Constanza aún no ha salido.

Soledad responde.
- Aún es pronto, seguro que esta esperando a que vayamos a rescatar la.

En ese instante ven salir al peón de las caballerizas, mientras siguen esperando a ver salir a Constanza.

Gabriela ve como el peón se queda fuera vigilando, extrañada mira a Soledad sin entender lo que ocurre.

Pasa el tiempo sin ver ningún cambio por lo que Gabriela se impacienta.

Mientras en las caballerizas, Constanza sigue intentando calmar al caballo sin conseguirlo, ya harta dice.
- Se acabo, ahora vas a ser un caballo bueno y te vas apartar para que yo pueda hacer este estúpido  trabajo.

El caballo vuelve a relinchar y sacude la cabeza varias veces.

Constanza con el rastrillo en la mano se acerca diciendo.
- Aparta caballo inútil, dejame  sitio.

El caballo mira a Constanza unos segundos después alza la pata trasera e intenta darle una coz por lo que Constanza grita apartándose.
- Maldito caballo, te voy a matar.

Ese instante entra de nuevo el peón diciendo.
-  ¿Que son esos gritos? , ¿ que le está haciendo al pobre  animal?.

Constanza retrocede unos pasos con el rastrillo en alto.

El peón que ya está cerca de la cuadra del caballo llega y le dice.
- Como trate de hacer daño a algún caballo o por su culpa sufra algun pequeño accidente, le informaré a doña Gabriela. Recuerde tratarlos con mucho   cariño son animales inofensivos. Acérquese, deles un poco de azúcar en la palma de su mano, no le hará daño.

Constanza mira con desagrado y desconfianza al peón que le ofrece un trozo de azúcar para que se lo del al caballo.

El caballo relincha de nuevo y mueve la cabeza.

Constanza al verlo dice.
- Es mejor que lo haga usted, no creo que me deje hacerlo.

El peón mira a Constanza diciendo.
- Tendrá que aprender a tratar a los caballos ya que esta será una de sus tareas todos los días. Debe limpiar las cuadras, cepillar a los animales, darles de comer y después trasladarlos a los campos. Recuerde que tiene otras tareas que realizar, aún le quedan quince caballos más.

Constanza sin poder contenerse dice.
- ¿ Quince caballos más? Ni loca, busca a otro para hacerlo.

El peón cruza los brazos, mira a Constanza y le responde.
- Espero que sea la última vez que me levante la voz, hará lo que le pido y se callara la boca, lo hará sin protestar, ¿ He sido lo suficientemente claro?. Esto que acaba de pasar lo voy a tener en cuenta, si vuelve otra a contestarme lo sabrá doña Gabriela, no le voy a pasar ni una sola más. Me tiene harto. Le queda una hora para hacer todo lo de las caballerizas, cuando venga lo quiero todo hecho. A trabajar.

El peón se gira, y sale dejando a Constanza parada.

Constanza ve marchar al peón furiosa, después mira a donde está el caballo y dice.
- Me voy, se acabo. No aguanto más, deja de mirarme así, caballo asqueroso.

Constanza se gira y camina hacia la puerta, al llegar se para unos instantes y dice.
- Maldita sea, firme ese documento, tengo que aceptar lo que la bruja de mi cuñada, Gabriela, decidió. No puedo irme aún. Debo elaboraron un  buen plan para poder escapar.

Después Constanza vuelve otra vez hacia donde  esta el caballo, se remanga y sin mire al caballo empieza a amontonar la porquería.

El peón que estaba vigilando sonríe ampliamente mientras ve como Constanza hace el trabajo.

Al cabo de más de una hora vuelve otra vez el peón, llega hasta donde esta Constanza, mira a todos los sitios muy detenidamente diciéndo  serio.
- Esto no está acabado, estas muy atrasada. Tendras que darte mas prisa. Si no lo haces no llegaras a la hora de la cena, aún tienes que darles de comer y limpiar donde están los cerdos. Vamos espabila. No te quedes parada.

El peón se vuelve a dar la vuelta y se va, cuando está  a la altura de la puerta se para, se gira diciendo.
- Creo que hoy no cenaras. Recuerda mañana debes volver a limpiarlo todo. Aun tienes que lavar a los caballos, espero que estén relucientes. Cuando acabes buscame para llevarte donde los cerdos.

A continuación vuelve a caminar saliendo de las caballerizas, Constanza se gira mira de nuevo a los caballos y casi a gritos dice.
- Cada vez os odio más.

El peón, una vez fuera empieza a reír a carcajadas, mientras Gabriela y Soledad desde la ventana se miran extrañadas sin entender nada.

El peón mira hacia la casa, al ver a Gabriela, la saluda y continúa caminando.

Por otra parte Constanza continúa trabajando,  al mismo tiempo que sigue protestando.

Cuando después de dos horas limpiando Constanza acaba de limpiar todas las cuadras y empieza a limpiar los caballos. Después sigue con la tarea.

Al cabo de otra hora y media mas tarde , Constanza finaliza el trabajo en las caballerizas, por lo que limpia todas las herramientas y las guarda.

Después se quita los zapatos de tacón, se apartamento el pelo de la cara y remaga las mangas del vestido. Se mira y dice.
- Que asco, tengo que darme  un baño enseguida, pero antes debo ir a buscar a ese maldito  peón. Espero que me deje en paz y se olvide del otro trabajo.

La Prometida Ausenteحيث تعيش القصص. اكتشف الآن