40.- "Luces en el cielo y en el interior"

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En esos últimos meses, Valtrana había detenido el tráfico Alba, fomentado la agricultura y el comercio. Además, deambulaba por la ciudadela sin escolta y se detenía para saludar a las masas. Lo consideraban un hombre valiente y bondadoso que renunció a su compromiso con una princesa para desposar una mujer de humilde origen. Demostró con hechos fehacientes que su decisión no fue errada, pues trajo consigo prosperidad a su pueblo. A voces resaltaban el gran amor que el príncipe profesaba a su compañera al no tener una segunda esposa y su nombre estaba presente en la mayoría de las conversaciones, pero a diferencia de lo que el rey o su facción pensaban, la respuesta del pueblo era positiva.

La imagen del príncipe estaba enaltecida, por encima del rey mismo. Aunque desde afuera fuese visto como un aspecto favorable, era demasiado pronto. Temían que la popularidad del heredero llenara su cabeza y la de sus allegados de ideas absurdas, como pretender arrebatar el trono real antes de que el mandato de Leofris finalizara. El soberano pretendía permanecer en su posición durante bastantes años más. Por lo que su temor y el de su facción era evidente, ya que Valtrana poseía ideas alejadas de las suyas, consideraban que incluso limitaban en la insania. No les permitiría conservar su posición, limitaría sus beneficios como lo hizo con los nobles acusados de tráfico, inclusive podría admitir seres no humanos como parte de su facción.

Eliminar al heredero en la línea de sucesión estaba fuera de discusión, porque supondría un riesgo mayor para el reino, pero debían obstaculizar su progreso, ensuciar un poco su imagen y despojarlo de fuertes aliados. Las atenciones del capitán Gifford ayudaron inconscientemente a sus propósitos, lo cual les hizo templar la situación sin quitar el dedo del renglón.

Por otra parte, Elaine le sugirió a Leofris que considerara la posibilidad de otorgarle, al menos, una dama de compañía a la esposa del príncipe. Era de esperarse que el rey luciera desconcertado ante tan absurda petición por parte de su segunda esposa, quién suponía era la mujer que mejor lo entendía. Aunque se pronunció en contra, quería escuchar el raciocinio que había detrás de tal sugerencia. Elaine se acercó a él, colocó las manos sobre sus tensos hombros y comenzó a frotarlos.

—Con la dama de compañía adecuada, podrías mantener vigilada a esa plebeya y aprovechar cualquier abertura —Le susurró al oído.

—Siempre logras ver todo de la manera más fría, me fascina eso de ti —Tomó su mano para besarla.

Elaine le ofreció su dama más joven, arguyendo que era de su entera confianza. Sin embargo, su verdadero objetivo era poner un par de ojos vigilantes sobre Valtrana y, al mismo tiempo, saldar la deuda con Luciel. El rey llamó a uno de sus sirvientes para que notificara a su primogénito que requería de su presencia en la sala principal. Tan pronto como se realizó la audiencia, Valtrana conoció los deseos de su padre, pero se mantuvo en control para no cometer algún error irreversible. Aceptar era inadmisible, pues su secreto sería descubierto de inmediato, pero negarse desconcertaría al rey, lo que le haría indagar al respecto.

—Agradezco su generosidad hacia mi compañera. Sin embargo, ya había resuelto ese inconveniente —Valtrana se inclinó ante el soberano.

—Elaine se ha desprendido de una de sus damas para tener un gesto de amabilidad con tu compañera. Sería una ofensa rechazarla —Insistió.

—Entiendo, pero la dama que había acordado pertenece a un estatus más alto. Rechazarla también sería una ofensa

A pesar del peso en sus argumentos, Leofris se mostraba inflexible. Para Valtrana era evidente que existía un motivo de mayor peso detrás de esa propuesta. Por lo que necesitaba un poco de tiempo para resolverlo, así que le sugirió a su padre retomar esa conversación durante la cena. El rey no cambiaba de opinión con facilidad, por lo que Valtrana recurría a tácticas poco dignas para conseguir sus propósitos. Además, luego de su regreso a Caddos, su padre no seguía un patrón de conducta constante, por lo que debía actuar deprisa antes de que la luz del sol desapareciera. Apostó por esa idea que estuvo revoloteando en su cabeza con mayor fuerza después de que Gilbert se marchara.

Valtrana [BL]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ