47.- "Más allá de la superficie"

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Debido a que Valtrana lo visitaba todos los días, Luciel se vio forzado a comprar una tetera. La bebida que podía ofrecerle tenía un sabor sutil, una textura muy sencilla y ligera, distinta a lo que el príncipe estaba acostumbrado. Por lo que una tetera con un diseño simple era ideal para acompañarlo. Luciel pretendía utilizar ese tiempo a solas, lejos del ajetreo de la corte para organizar sus pensamientos, para recuperar su anterior ser, pero las constantes visitas de Valtrana solo tenían el efecto contrario, le hacían sentir intranquilo. Incluso cocinaba para él, ya que alargaba su estadía hasta que el sol tocaba el horizonte.

La preparación de los alimentos era muy sencilla, las empanadas estaban rellenas con ingredientes que solo se podían conseguir en otoño, las chuletillas de conejo eran bastante pequeñas, pero exquisitas, aunque no eran los filetes que el príncipe solía degustar, el conjunto de ingredientes producía un sabor especial, uno que le evocó un recuerdo.

—¿Por qué siento que esto ya ha pasado? —Se cruzó de brazos.

—Antes solías ser más amable —Valtrana replicó al dejar el cubierto sobre la mesa.

—Y tú solías ser un excelente embustero.

—Ambos lo éramos, ya que tú estabas enamorado de mí.

—«¿Estaba?, es pésimo para leer a las personas» —Se llevó la mano a la cabeza.

Valtrana lo observó detenidamente, los sabores de los alimentos aun persistían en su boca.

—¿Desde cuándo aprendiste a cocinar?

—Desde que mi madre falleció. No tenía intención de acercarme a la cocina debido a mi apariencia, pero Lucina era terrible y no tuve otra opción —Los ojos del príncipe se ampliaron, pero disimuló su asombro.

—No comprendo, ¿qué tiene que ver tu apariencia con la cocina?

El joven no había hablado de ese tema durante mucho tiempo, solo con su hermana compartía esa información. Aunque era probable que Valtrana se mofara de ello y que sus crueles palabras terminaran lastimándolo de nuevo, no existía algo diferente que pudiera decirle para herir su orgullo más de lo que ya lo había hecho, así que decidió contarle brevemente su historia.

Fue inesperado que Valtrana se mantuviese en silencio, escuchando atento a lo que el joven decía, ya que tuvo reiteradas oportunidades para intervenir con alguna cruel broma. Las ofensas y hostigamientos que recibió de niño debido a su frágil apariencia, sonaban dulces comparado con todo lo que le había dicho y hecho el príncipe. Fue como si la distancia entre ambos se hubiese reducido y podía ver a ese joven con mayor claridad. Valtrana comprendió, de cierta manera, la molestia en su rostro con cada broma que le jugada referente a su aspecto.

Se percató que cuando Luciel abandonó el castillo, solo se había llevado consigo unos pocos vestidos para aparentar, un pequeño juego de té que Elaine le había obsequiado y algunos libros de escritura para no perder la práctica. Su equipaje era escaso, Valtrana pensó que quizá requería de más objetos y le ofreció traerle lo que quisiera en su próxima visita, sin imponerle artículos femeninos, pero el joven se negó, puesto que no había algo que realmente anhelara del castillo real, solo extrañaba a Colibrí. Desde pequeño, Luciel aprendió a aprovechar los recursos y ahorrar lo necesario, sobrevivía con lo que podía conseguir. El caso de Valtrana era distinto, siempre había obtenido todo con facilidad, no importaba lo que hiciese, habría comida en su mesa y un techo, además de contar con ambos padres. Sin embargo, coincidían en que ambos llevaban grandes cargas en sus hombros, pero ninguno se había detenido a observarlas, solo lidiaban con la superficie del otro.

Fue extraño, confuso, ya que en todo ese tiempo no habían tenido un espacio para conversar sobre asuntos personales, solo de aquellos que involucraban su secreto. Además, los diversos acontecimientos no les permitieron bajar la guardia, relajarse al punto de tener una charla amena. Como si se vieran por primera vez, la mirada de uno se posó sobre el otro, analizando, comprendiendo mucho de lo que ignoraban y que en ese instante cobró sentido.

Valtrana [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora