26.- "La tribu de los alas blancas [Parte 3]"

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La historia que Zaran les había contado era terrible, al punto de no ser creíble para Valtrana, pues tenía la idea de que Erdine era un reino donde la nobleza estaba integrada por personas honestas y educadas, por el contrario, los bandidos eran seres de naturaleza malvada, marcados de nacimiento. Que la gran mayoría de los Erdianos eran personas bondadosas y que solo unos pocos, sobre todo aquellos ajenos al reino, eran seres viles.

—Debe haber un error, ¿dijiste duque De Perisic?, ¿Cardale De Perisic? —preguntó Valtrana.

—Él mismo —respondió Zaran.

—No puedo creer que un noble como Cardale De Perisic cometa tales fechorías.

—¿Por qué? ¿Acaso es un hombre honorable? —cuestionó Luciel intrigado.

—Su linaje es de los más antiguos en Erdine. Aunque su aspecto es todo lo contrario, se trata de un viejo barrigón y bastante horrible —aclaró Valtrana.

Valtrana no podía otorgar una respuesta apresurada a la petición de Zaran, pues se trataba de un asunto delicado, algo que no había tenido que enfrentar antes ya que su padre, el rey Leofris, y su fiel consejero se encargaban de resolver los problemas diplomáticos del reino. Solicitó a Zaran un poco de tiempo para reflexionar sobre su decisión, a lo que el Nigrum accedió y se retiró de sus aposentos.

—Deberías actuar con prontitud ante algo tan grave, no sé qué debes pensar —expresó Luciel disconforme.

—Necesito confirmar lo que ha dicho, si es digno de confianza. No puedo condenar a un noble como el duque De Perisic con solo la palabra de un prófugo de Vanglapur —Valtrana argumentó.

En ocasiones, el príncipe podía ser bastante irracional, a niveles que podían limitar con la locura, pero en ese instante, Luciel consideró acertada la decisión de Valtrana. Sin embargo, Luciel confiaba en lo dicho por Zaran, aunque conocía poco de él, algo en su interior le dictaba que sus palabras eran sinceras.

—¿Por qué tengo la impresión de que has creído toda su historia? —soltó de pronto Valtrana tras observar el semblante de Luciel.

—Es solo que... siento como una conexión con él, no sé cómo explicarlo —respondió Luciel.

—¿Sientes algo por él? —reprochó Valtrana —. Traidor, desleal, creí que solo yo te atraía no todos los hombres —dramatizó.

—Pedazo de insensato, no hablo de un sentimiento romántico, sino de algo extraño, como una especie de energía o una extensión de mí ser.

—Te creeré por ahora —dijo Valtrana al caminar hacia la puerta —, pero Luciel, si vas a engañarme elige algo mejor que una ave oscura —expresó sarcástico.

Luciel arrugó la frente, le molestaba que Valtrana no tomara con seriedad lo que trataba de explicar ni nada relacionado con él. Dejó de esforzarse e hizo a un lado su molestia, puesto que por cada acción de Valtrana había otra expectante, tratar de razonar con él había perdido sentido desde el momento en que descubrió su verdadera personalidad. Cuando Luciel finalmente se quedó solo, se desplomó sobre la cama, era más cómoda de lo que se veía a simple vista, en un esfuerzo se levantó para cambiar a su ropa de dormir. Al disponerse para dormir, extendió sus brazos sobre el lecho, el cual parecía enorme sin la presencia de Valtrana. Luciel dibujó una sonrisa en su rostro, se acomodó de un lado y cerró los ojos.

Por su parte, a Valtrana también le parecía una enorme cama a pesar de ser bastante más pequeña a lo que él estaba acostumbrado. Al estar recostado, extendió un brazo sobre el lecho y acarició con la palma de su mano ese espacio vacío. No podía conciliar el sueño, se giraba con frecuencia sin encontrar una postura cómoda. El cansancio lo vencía por momentos, pero el ligero viento que se colaba entre las rendijas de las ventanas le despertaba con frecuencia.

Valtrana [BL]Место, где живут истории. Откройте их для себя