33.- "El retorno"

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La princesa debía mantener una postura firme y un semblante sereno con una sonrisa discreta. A su lado se encontraba su madre, la reina Nadyn y, frente a ellas, el soberano del reino vecino anunciándole su inminente compromiso con el joven que tenía delante, el cual poseía su misma edad. Aunque no estaba de acuerdo con dicho enlace, Aurora no pudo objetar, dada su posición como primogénita su deber era ser desposada por el hombre que su madre eligiese tras haber alcanzado la mayoría de edad. Desde joven tenía la idea de que su consorte sería el príncipe Valtrana, al cual solo conocía de rumores, pero cuando lo tuvo frente a ella por primera vez, se enamoró y no lo vio como un sacrificio, sino como un honor.

Se sintió devastada porque su magnífico prometido eligió desposar a una plebeya en su lugar. Aun así, conservaba un atisbo de esperanza de recuperar ese acuerdo nupcial si no lograban producir descendencia en el tiempo establecido. Sin embargo, el compromiso con el príncipe de Sylverant destruía por completo sus ilusiones. Se encerró en su habitación y lloró desconsolada, ya que la fecha acordada para la ceremonia nupcial estaba próxima. Ese mismo día, una de las doncellas más leales a la princesa, al percatarse de la tristeza que la invadía, llamó a su habitación y entró sin ser requerida, pues quería comunicarle que el príncipe heredero al trono de Erdine había sido encontrado con vida. Esa maravillosa noticia detuvo su llanto y aclaró su mente.

—Considero conveniente extender tu estadía aquí —mencionó Waldrión al caminar por el jardín interior del castillo

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—Considero conveniente extender tu estadía aquí —mencionó Waldrión al caminar por el jardín interior del castillo.

—Debido a los sucesos recientes, ¿no sería pertinente regresar a mi zona? —argumentó Boyd al detenerse.

—Debemos ser cautelosos, seguramente el príncipe Valtrana dejó caballeros pertenecientes al escuadrón del capitán Gifford asentados en Velik. Por ahora no podemos deshacer los cambios que el príncipe implementó.

—Entiendo, aunque el ambiente podría tornarse pesado si me encuentran aquí a su regreso —Colocó su mano a la altura del mentón.

—Así es y por ello se te otorgará una nueva encomienda, que de tener éxito, te será muy bien remunerada.

En sus ojos verdes resplandeció un brillo particular, aquel que solo emergía ante una gran recompensa. Los detalles que el consejero expuso no resultaban difíciles de llevar a cabo, pero Boyd sabía que hacer aquello que le solicitaban podría enemistarlo con el príncipe heredero, además de contraer una gran responsabilidad que no tenía prevista. Acordaron retomar el tema más tarde, ya que ambos debían regresar a sus funciones, además, hablar sobre ello en los pasillos podría ser desfavorable.

Waldrión quiso regresar por el pasillo detrás, una vez que el capitán Williams se marchó, pero al darse la vuelta se encontró con la concubina y sus damas de compañía. Él la saludó con respeto y Elaine le correspondió, a la vez que ordenó a sus damas que los dejaran a solas.

—No pude evitar escuchar su conversación. En verdad dudo que ese plan funcione —dijo Elaine.

—¿Me compartiría su opinión?

Valtrana [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora