56.- "Submundo"

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Las doncellas acomodaron la habitación y prepararon una mesa en la terraza con un pulcro mantel blanco y detalles rosas, un juego de té de porcelana y utensilios de plata, al igual que los bocadillos preferidos de la princesa. Aurora comenzó a mezclar pétalos de rosa y sus especias favoritas con la finalidad de perfumar su habitación, ya no le apetecía seguir utilizando las fragancias preferidas del príncipe. Encendió una vela cuyo aroma armonizaba con el resto del lugar para recibir a su invitado con gusto. Llamaron a la puerta y dio la orden a sus doncellas para que le permitieran pasar.

—¿Me mandó llamar, su alteza? —cuestionó el capitán Williams con una reverencia.

Ella asintió a la vez que lo miraba con una dulce expresión en su delicado rostro. Le indicó que compartiera la hora del té con ella, una petición que sorprendió gratamente al caballero. Las tres damas de compañía de la princesa se encargaron de servirles, luego dos de ellas se marcharon y solo la de mayor nivel se quedó en la habitación.

—Quería tomar el té con usted —Aurora señaló la mesa.

—Me siento honrado con tan gloriosa invitación. El día de hoy se ve especialmente hermosa —Corrió la silla de la princesa para que tomara asiento, luego él hizo lo mismo.

Aurora colocó la palma de su mano en su mejilla ruborizada y sonrió con timidez, pues las palabras del caballero le infundieron una singular alegría. Agradeció en su cabeza a las doncellas que la ayudaron ese día con su arreglo, pues quería lucir muy bella al devolver la gentileza del capitán, pero sobre todo tener la oportunidad de pasar tiempo con él para conocerlo mejor. La princesa seleccionó una deliciosa combinación de hierbas para preparar el té, eso y los halagos parecían ser efectivos con él.

Se sentía cómoda con su compañía, las hazañas que relataba el capitán solo realzaban la sublime imagen que tenía de él. No podía evitar que su mirada, sus pensamientos, se quedasen perdidos en el rostro de ese hombre que resplandecía como los primeros rayos de sol. Poseía excelentes modales y una presencia digna de un príncipe, pero al indagar sobre su familia, su deslumbrante sonrisa se opacaba levemente, aunque lo disimulaba bastante bien, era evidente que no se trataba de un tema grato.

Debido a que el castillo estaba ajetreado con la aún desaparición del príncipe heredero, los días se sentían largos y pesados. Además, el capitán tenía bastante trabajo, por lo que había días en que la princesa no lo veía. El rey se la pasaba encerrado en su sala privada, se volvió inusual encontrarlo en los pasillos o que fuera llamada ante su presencia. De no ser por la ocasional compañía de Boyd Williams, el ambiente en el castillo real de Erdine sería insostenible para la joven.

Como prometida de Valtrana e invitada especial en el reino, Aurora recibía constantes invitaciones a eventos sociales. En algunas, pedía al capitán Williams que fuese su acompañante, en otras asistía sola con el único propósito de establecer buenas relaciones. Se suponía que las fiestas de té eran reuniones sociales de las damas de la alta nobleza para intercambiar información relevante, pero en realidad se dedicaban a difundir rumores y, principalmente, a intercambiar secretos amorosos, incluso obscenidades. Aurora siempre era interrogada sobre el príncipe heredero, ya que para todos él era su prometido. Estaba cansada de ser asediada por esas damiselas, cuyo único interés era conocer lo buen amante que era el príncipe. Sin embargo, en esa ocasión, el tema se desvió un poco, pues había otro hombre de buena apariencia en la capital y sin compromiso.

—El capitán Williams es tan apuesto y varonil —mencionó una de ellas.

—Es tan difícil encontrar un hombre con un aspecto como el suyo —Suspiró otra con la mano a la altura de la mejilla.

Aurora dejó su taza sobre la mesa y presionó lo labios, no le había molestado que se expresaran de esa forma de Valtrana, al contrario, en un principio le hacía sentir orgullosa que reconocieran la belleza de su prometido, pero cuando escuchó esos comentarios sobre Boyd Williams, perdió un poco el control, pues ese joven que anhelaba no le pertenecía, no era su prometido, tampoco compartían los mismos sentimientos y eso la llenó de tristeza. Le hizo recordar su posición, su verdadero compromiso, el cual sería un hecho tras el regreso del príncipe.

Valtrana [BL]Where stories live. Discover now