Valtrana [BL]

65.- "Asedio"

Luego de la incomunicación con el capitán Williams, Zaran había servido de intermediario momentáneo en los negocios del príncipe y los Elfos. Anya estaba tan fascinada con el mensajero que Valtrana le había asignado, así como su participación en sus negocios, que no le importaban las ganancias monetarias. La dama Lockwood logró convencer al Nigrum Cornu de que permaneciera más tiempo en su establecimiento, con cada visita, para admirar sus alas negras. A Zaran le desconcertaba la actitud de la humana, pues no le temía, tampoco trataba de atacarlo. Ella propuso confeccionarle un atuendo adecuado para sus actividades y a su figura, un comportamiento distinto al de otros humanos, con la única condición de tomarle personalmente las medidas. A pesar de su desconfianza hacia los humanos, el Nigrum aceptó porque de lo contrario ella no le permitiría irse para continuar con sus encargos.

Poco después Zaran le cedió esa labor a Alden y el ánimo de Anya decayó al enterarse que alguien más sería el intermediario en el negocio de los perfumes, pero tan pronto como lo conoció, su ánimo subió hasta las nubes. El cabello del Elfo era como la miel, el maquillaje en su rostro resaltaba el color de sus ojos y los accesorios adheridos a su mano y brazo le proporcionaban una encantadora apariencia. Pasó de deleitarse con una enigmática figura a una resplandeciente similar al oro mismo. Debido a que los Elfos no eran bien recibidos en el reino, no tuvo la oportunidad de conocerlos apropiadamente. Incluso su pequeña hermana, quien estaba de visita en su establecimiento, quedó cautivada por la agraciada apariencia del Elfo. Distaba de un ser salvaje y violento, por el contrario, era muy cortés y reservado. El hecho de que fuera padre solo lo enaltecía más ante sus ojos.

Antes de abandonar la capital para continuar la investigación del príncipe, Zaran se sorprendió al observar en la distancia al noble que había sido aprisionado por el tráfico Alba, el duque De Perisic. Verlo vagar libremente por las tierras del reino, le generó un mal presentimiento, la poca naturaleza a su alrededor le hizo imposible abrir el portal del emblema para notificarlo al príncipe heredero. Así que decidió seguirlo sigilosamente y averiguar más sobre ello antes de dar aviso.

Nada parecía inusual en los alrededores del gran hueco por donde ingresaron los Escorgants para llegar a la fortaleza de Xohel, por lo que el General tomó la decisión de inspeccionar el interior de la cavidad. Crearon un sistema de poleas para facilitar el descenso de varios soldados, era como entrar en la boca de una bestia, oscura y profunda. Conforme la luz natural escaseaba, iluminaron con las lámparas de gelums las inmediaciones. Al tocar fondo, pudieron observar que el túnel continuaba de manera horizontal. Ignoraban los peligros que pudieran ocultarse en la oscuridad, por lo que avanzaron con sumo cuidado, sosteniendo grandes escudos de hierro por enfrente. El diseño era bastante rudimentario, las paredes irregulares, sin ningún tipo de soporte humano, evidentemente fue hecho por los Escorgants, los cuales temían que aún continuaran adentro, pues en un lugar tan restringido para combatir, un descuido los convertiría en presas fáciles de sus enormes y afiladas pinzas. El túnel era más extenso de lo imaginado, por fortuna llevaban las provisiones suficientes para los días que tardaron en llegar al otro extremo. La sorpresa se instaló en cada rostro de los miembros que integraban la legión, se encontraban en territorio enemigo. El ascenso no era pronunciado, de inmediato tuvieron que lidiar con las criaturas hostiles que abundaban en el amplio desierto de Sylverant. Se reabastecieron con lo que pudieron para emprender la marcha de regreso, pero en el trayecto, se percataron de la existencia otros túneles que probablemente conectaban con su reino. De regreso avanzaron con mayor prisa, pues ya no tenían una potencial amenaza frente a ellos.