12.- "Juicio"

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Valtrana había convencido a Luciel de aceptar sus términos, lo que el joven de cabello oscuro desconocía fue que en ningún momento el príncipe pensó en lo que era mejor para él, solo en el bienestar propio. Valtrana era consciente de sus habilidades y del poder que ejercía en otras personas, imaginó que con Luciel tal vez no funcionaría, ya que era un hombre y conocía su secreto, pero debía intentarlo. Para su buena fortuna, su plan funcionó.

Luciel no podía borrar de su cabeza las escenas donde Valtrana había mostrado su verdadera esencia, como la manera en que le recriminó al descubrir su identidad o la mascarilla que le vio usar a primera hora del día. Sin embargo, las hechizantes palabras de Valtrana cubrían con un suave velo todos sus defectos.

—Ya me diste tu palabra y no puedes romper el acuerdo —Valtrana sonrió —. Pasando a algo más, no has probado bocado ¿quieres almorzar aquí?

—Está bien —respondió Luciel breve.

El joven Vawdrey se sentía cohibido ante el príncipe, no podía hacer a un lado el hecho de que se había comportado de manera insolente recientemente. Luciel estaba confundido sobre cuál de las dos caras que Valtrana había mostrado era la verdadera, pero no podía cometer más errores en presencia del príncipe, por lo que se reservó su juicio hasta conocerlo mejor.

Valtrana llamó a unas doncellas quienes prepararon lo necesario para almorzar en el jardín. Luciel se percató de que eran las mismas jóvenes que había escuchado, aunque no vio sus rostros pudo identificarlas por el tono de voz y la áspera mirada que le dedicaban. Colocaron una mesa redonda de color blanco, la cual vistieron con un mantel también de color blanco, dando una apariencia prolija y donde los alimentos resaltaban.

Para Luciel fue un pequeño, pero significativo detalle, para Valtrana fue algo sin importancia, un día más en su rutina. Las doncellas sirvieron platillos que contenían carne cocida con otros ingredientes envueltos en una masa, los cuales desprendían un delicioso aroma. Luciel no demoró en tomar los cubiertos para comer, ya había pasado bastante tiempo de su hora de almuerzo, él acostumbraba a ingerir a temprana hora sus alimentos, puesto que debía aprovechar todo el día para ganar el mayor dinero posible. En cuanto a Valtrana, solía almorzar más tarde, por lo que no representaba nada fuera de lo habitual la hora en la que estaban.

Valtrana quitaba la masa que envolvía la carne, por lo que nunca la consumía, tan solo era el envoltorio para cocinar los alimentos. Es por ello que le resultó extraño que Luciel no hiciera lo mismo que él, pues el joven de cabello oscuro si la ingería.

—No se supone que debas comerla —mencionó Valtrana.

—¿Por qué no? —preguntó Luciel.

—Ves esto —colocó al revés la masa con el utensilio —. Suele quemarse, la masa sirve para cocinar la carne.

—Toda mi vida he comido las empanadillas con la masa, es lo que le da sabor.

—No estoy muy seguro de eso, esa mancha no se ve apetitosa —señaló.

—Solo prueba una vez, si no te gusta puedes escupirla —Luciel acercó su utensilio el cual contenía la carne envuelta en masa.

Valtrana era muy quisquilloso con los alimentos, básicamente con cualquier cosa que a su opinión no fuese estética. Estaba por rechazar de mala manera la petición de Luciel, pero en ese instante pasaron cerca del jardín unos cortesanos, los cuales fijaron su atención en la joven pareja. En contra de su voluntad, Valtrana acercó sus labios y tomó los alimentos, tratando de mantener una expresión gustosa. Al masticar, los sabores se mezclaron y crearon un agradable sabor que no había experimentado, le pareció increíble que algo tan feo a simple vista tuviera un sabor tan bueno.

Valtrana [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora