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Emma

Como casi todas las mañanas salgo a correr diez kilómetros, amaba sentir el viento chocar con mi cara mientras observaba el divino paisaje que la ciudad me regalaba.

—Estoy agotada. Vamos a desayunar a mi casa. Esta súper cerca. —Dice Julie.

—No lo sé... siempre que voy tu padre me mira como si me odiara. —Exhalo y bebo un poco de agua. —¿No le has dicho que ni de chiste me atrevería a decir que el es el mafioso que toda la policía busca? —Digo. El era un narcotraficante, producía la mejor droga nunca antes vista y la distribuía por todo el país. Pero tenia "doble identidad" el magnífico empresario intachable, aunque su empresa era solamente una fachada para sus sucios negocios. Era un hombre muy misterioso pero jodidamente atractivo. Julie pasaba desapercibida, tenía "otra identidad" como Julie Evans, todo para que no descubriesen quién era su padre. Yo era la única que sabía "su secreto", Henry era uno de los hombres más buscados del país, aunque nadie conocía su rostro. Ni cualquiera de sus dos identidades, la policía solamente lo reconocía por su apodo "El Lord". Era muy inteligente en cada cosa que hacía, jamás lo habían descubierto y podía vivir tranquilo, ir y venir a donde quisiera sin ser reconocido. Claro, como "Henry Evans", por que él consideraba que usar su apellido real podía ser peligroso.

—Ya sabe que tu guardas secretos como una tumba. Si el pensara lo contrario ya te hubiese asesinado. —Dice Julie y ríe en cuanto me ve tensarme.

—No es un buen chiste. —Digo.

—No te va a matar. —Ríe. —Incluso creo que le agradas. —Dice.

—Ajá. Le agrado tanto que siempre está serio cuando me ve. —Digo.

—Bueno, si no le agradaras no hubiese dejado que te organice la fiesta sorpresa con todos los compañeros de la universidad esta noche. —dice.

—Julie... sabes que mi cumpleaños no es algo que me guste celebrar. Este día también es el aniversario de la muerte de mis padres. —Exhalo, recordando aquel fatal accidente en el que ambos murieron, dejándome sola y en la nada gracias a todas las deudas que tenían.

Sus deudas me quitaron absolutamente todo lo que me habían dejado así que estos años he tenido que trabajar y estudiar sin descanso.

No me quejo, las cosas difíciles son las que más valen la pena

—Yo se, pero, la llegada al mundo de mi mejor amiga, de ¡mi hermana! si es algo que me interesa celebrar. Vamos, ya es hora de que te diviertas un poco. —Dice. Exhalo.

—Bien... —Digo y el chofer de Julie llega a buscarnos. Se baja a abrirnos la puerta y me sonríe amable.

—Hola Benson. —Dice Julie y sube al auto. Hago lo mismo, Benson emprende camino a casa de Henry, había aceptado el desayuno.

—Buen día señor Evans. —Digo e intento no mirarlo. La verdad, me daba pena aceptar que el padre de mi mejor amiga era uno de los hombres más guapos que había conocido.

—Buen día Señorita Ridley. —Dice. —Hola, Julie. —Deja un beso en la frente de su hija.

—Emma estará aquí todo el día, por lo de su fiesta de cumpleaños. —Dice Julie y asiente llevándose un bocado de comida a la boca.

—Ya mandé a ocultar toda la mercancía y las armas. Julie no quiero que beban de más y no quiero al resto de tus amigos fisgoneando en la casa o no volveré a dejar que los traigas de nuevo. ¿Esta claro? —Dice con esa voz tan imponente, tan dura, tan... tan característica de "El Lord".

—Si papá. —Julie rueda los ojos. Continuamos con el silencioso desayuno hasta que mi teléfono suena rompiendo con la tranquilidad de la mesa.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now