NUESTRO INFIERNO I || OFICIAL

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Julie

James conduce a toda velocidad mientras el gps nos lleva la ubicación que nos había dado el teléfono de Emma cuando lo rastreamos.

—Se pasó. Se pasó con lo que hizo. ¿Cómo pudo echarla? Tío de verdad que Emma es incapaz de hacer eso. —Digo exhalando.

—Yo también creo que es incapaz. Esa niña veía con ojos de adoración a tu padre. —El tío James toma mi mano mientras conduce con la otra. —No quiero que pienses que lo voy a justificar porque no, pero, no juzgues a tu padre por cómo reaccionó.

—Fue un idiota. —Digo.

—Eso que ni que, pero en parte, lo entiendo. Solo un poquito. Muy poquito. —dice y ríe un poco. —Imagínate que te hagan creer con pruebas en mano que la persona que amas está traicionándote. —Exhala. —No quiero ni imaginar cómo ha de estarse sintiendo el idiota de tu padre. A ambos nos consta que el daba todo por ella.

—Si, pero fue estúpido el no darle a Emma la oportunidad de defenderse. Viste lo que dijo Benson, la echó sin escucharla.

—Cariño, Algunos hombres tenemos la estupidez de nacimiento. —Río. —Ya tu padre se dará cuenta y de rodillas va a pedirle perdón a Emma, ya lo verás.

—Y aunque sea mi padre yo le voy a decir a Emma que no lo perdone fácilmente. Que lo mande al carajo para que el idiota sufra.

—Estoy de acuerdo... —frena. —mira, es ese hotel. —dice y ambos nos bajamos. Le pedimos a los escoltas que nos esperen afuera y pedimos información en recepción.

—Disculpe... ¿ha visto a esta chica por aquí? Necesito encontrarla. —Digo enseñándole su fotografía al recepcionista.

—En la última habitación. —Dice regresando la mirada a su teléfono. Agradezco y camino rápido junto con James. La puerta está entreabierta y se escuchan pequeños gritos de Emma.

—¡Suéltame! ¡Por favor déjame! ¡Por favor no! ¡No! —Se deja de escuchar su voz y James patea la puerta. En la habitación hay tres chicos y uno de ellos estaba apunto de abusar de ella. Llegamos a tiempo.

James saca su arma.

—¡Ella nos invitó a venir! ¡Ella fue quien nos provocó! —dice temblando de miedo.

—¡Te estaba diciendo que NO hijo de puta! ¿No entiendes que es NO? —Grita James.

Emma esta inconsciente con golpes en la cara y sangre en la nariz. Me acerco a ella enseguida e intento hacer que reaccione.

—¡Váyanse ya antes de les llene el culo de balas hijos de perra! —Les grita James y los malditos se van corriendo.

—Debiste matarlos. —Digo.

—No trajimos suficientes escoltas y hay una estación de policía cerca, no podemos armar escándalos. —dice y Asiento. El también intenta hacer que Emma reaccione y cuando lo hace se remueve sobresaltada y angustiada llorando.

—¡Suéltenme! ¡Suéltenme!

—Emma, somos nosotros. —Digo tomándola de las mejillas y abre los ojos. Me mira y me abraza con fuerza y hago lo mismo. Se quiebra a llorar y exhalo. Mi tío nos abraza también y ella respira acelerada, asustada por lo que casi le pasa. James saca un pañuelo y comienza a limpiarle la sangre de la nariz.

—Tranquila. —Dice James acariciando su cabello mientras ella hace lo posible por calmarse. James se levanta y le trae un agua que ella se bebe rápido. Respira hondo y se limpia las lágrimas.

—Gracias. Gracias por estar aquí. Gracias a los dos. —dice.

—Siempre tonta. —La abrazo de nuevo. —Emma, ¿Que fue lo qué pasó?

—Henry cree que le robé. Que lo traicioné. Y te juro Julie, que no fue así. —Suelta más lágrimas. —No lo traicioné. No le robé y ni siquiera me dejó explicarle. Ni siquiera me pregunto. Solo me echó. —Dice llorando con cada palabra.

—No tienes que jurarme nada porque confío en ti Emma. —digo. Ella continúa llorando y son esos momentos en los que recuerdo porque discutía con mi padre mucho. Siempre actúa por impulsos pendejos, es egoísta porque quiere que lo escuchen y no escucha.

Emma

—Tranquila Emma que desde ya me pondré a investigar la verdad y en cuanto la tenga en mano se la restregaré a Henry en la cara. Te lo prometo. —Dice James.

—Vámonos de aquí Emma. Tengo un departamento. Estarás más cómoda y más segura ahí. —dice Julie y niego.

—No se preocupen por mi. Estaré bien. Buscaré que hacer y...

—Y no. Emma, somos familia. Estamos para ti y estamos para apoyarnos. No puedes quedarte aquí, ya ves lo que estuvo apunto de pasar si no llegábamos... vamos a mi departamento, ahí estarás bien. —Dice.

—Julie tiene razón Emma. Vámonos de aquí a un lugar más seguro. —Ambos me convencen y James carga mis maletas y mi bolso mientras Julie se dedica a limpiar la sangre de mi rostro mientras vamos en el auto.

Llegamos al departamento de Julie y me instalo en una habitación. Julie me trae algo de comer y también un té.

—Le ordené a dos de mi seguridad que se queden contigo cuidándote. —Dice James y le agradezco de nuevo. —Yo tengo que regresar a casa de Henry para ver bien las famosas pruebas que tiene y ver cómo proceder para hallar la verdad lo más pronto posible. Llámame si necesitas algo, de todas formas Julie se quedará contigo esta noche. —dice y agradezco el hecho de tenerlos aquí.

—Deberías regresar a casa. Acabas de reconciliarte con tu padre hace unos meses y...

—Y no voy a dejar a mi mejor amiga sola. Me quedo contigo esta noche quieras o no. —Me dice y le sonrío un poco.

—Gracias, Julie. —Digo.

Benson

Los montajes de las fotografías que me había entregado Alessandra fueron la gota que derramó el vaso para que Henry se tragara todo el cuento.

Todo salió mejor de lo que planeé.

—¿Enserio la echó sin que hablen? —Alessandra ríe vistiéndose.

—Si. —Me coloco los bóxers sirviéndome una copa. —No quiso ni verla. Eso es algo que Emma nunca perdonará. Y el ya mandó a quitarle la protección y se encargará de decirle a todos los socios que Emma Ridley ya no es su mujer y ya no tendrá poder en la mafia.

—Somos un buen equipo Benson. —Ella bebe de mi copa empujándome de nuevo a la cama sonriente. —Y ahora que seré la mujer de Henry quiero que me prometas algo. —Me muerde los labios. —No vas a dejar de follarme nunca. —me besa y río. Se vuelve a desvestir y me quita los bóxers.

—Entonces no dejes de calentarme. —Le doy una nalgada dejándola debajo de mi y cogiéndola imaginando a mi mujer. A MI Emma.