TENTACIÓN II/II

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Emma

Henry y yo habíamos caído como tontos en la trampa de Julie y Bart. Estábamos encerrados en la cabaña y para variar una fuerte tormenta acompañada de truenos había comenzado.

—¡Intenta llamarle a alguien para que venga a sacarnos de aquí! —Le digo mientras hago lo posible porque Bart me responda su puto teléfono pero el cabrón rechaza mis llamadas.

—Mi teléfono se quedó en el auto. No puedo hablar a nadie. —Dice Henry revisando la cocina sacando un par de botellas de vino. Y mirando la nevera.

—¡Puta madre! —Me enojo cuando mi teléfono se queda sin batería y se apaga. Lo lanzo al sofá y me llevo las manos a la cabeza. —¡Me quedé sin batería carajo! Dime que aquí hay un maldigo cargador. —Digo dirigiéndome a la habitación sorprendiéndome cuando veo nuestro muro de fotos totalmente reparado con todas las fotografías restauradas. Veo cada una de ellas y los recuerdos me forman un nudo en la garganta. Éramos felices. Y a veces extraño tanto esos momentos. <<No Emma, NO>>.

—Aquí hay uno. —dice y abre un cajón a lado de la cama entregándome un cargador para mi teléfono. —Estuve aquí la semana pasada. —<<Seguía viniendo a está cabaña todavía>> —Así que tengo botellas de vino y tequila, se que el tequila es tu favorito y también tengo ingredientes para preparar una pasta para cenar. —Dice. Y me volteo a él.

—¿Tu sabias de esto? —Cruzo los brazos y niega.

—Te juro que no. Julie me trajo aquí con engaños. —Exhala. —Pero dejé mi teléfono en el auto, no tengo llaves para abrir este lugar y no puedo ni siquiera romper una ventana porque este lugar es más seguro y fuerte que una roca. Y además tengo hambre y ganas de un buen vino así que no me voy a poner de histérico a gritar porque el teléfono se me descargó y.... —Lo interrumpo.

—¿Estás diciéndome histérica? —Alzo una ceja.

—Si. —Dice.

—Mira Henry tu no vas a llamarme de esa forma porque.... —Un fuerte rayo cae sobre la cabaña haciendo que la electricidad se vaya. Me lanzo involuntariamente a sus brazos cuando el foco de la habitación suelta chispas. Tiemblo respirando rápido, asustada por el trueno y por las chispas.

—Tranquila. —No me suelta de sus brazos. Pero yo si lo hago.

—Genial, encerrada contigo y ahora sin energía eléctrica. No podré conectar mi teléfono para que cargue y tampoco puedo ver nada en esta puta cabaña. —Digo y ríe.

—Ya deja de refunfuñar que tengo velas y fósforos. Ven. —Me toma de la mano y me suelto. —Bueno, si no quieres tomarme de la mano intenta llegar a la cocina sin ver absolutamente nada. —Exhalo y vuelvo a sujetarme de su mano mientras llegamos a la cocina. Henry abre unos cajones y enciende un fósforo buscando algunas velas que enciende de inmediato iluminando el lugar. Me mira temblar. —¿Tienes frío? —Asiento y se quita el saco caminando a mi, me ayuda a ponérmelo. —Bueno, cocinaré la cena y te invitaré a una copa de vino mientras esperamos que la electricidad vuelva para que cargues tu teléfono y puedas llamarle a alguien para que venga por nosotros. —Me dice tranquilo.

Como si está situación le gustara. A mi obviamente no me gusta estar encerrada sin opción con él.

Me sirve una copa de vino y me quedo callada mientras lo veo cocinar. Me muerdo los labios porque ahora sin el saco esa camisa se le pega al cuerpo dándome una perfecta idea de lo exquisito que está debajo de esa camisa.

—Entonces... amigos. ¿No? —Me dice.

—Pues no hay de otra, ¿no? —Respondo dándole un sorbo a mi vino.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now