12

5.1K 315 91
                                    



Ian

Julie Adams me había dicho que si. Iba a casarse conmigo. No borro la sonrisa de mi rostro porque joder al Lord era mi plan número uno.

Y su hija, era mi mejor instrumento.

—¿Dónde está mi hijo? —Le digo a la mujer que me había parido a mi primogénito, a mi precioso Mark Matteos.

—Lejos del monstruo que tiene como padre. Lejos de ti. —Dice y la tomo por el cabello cuando veo que mi pequeño de un mes no está en su cuna.

—¿Dónde está Mark maldita zorra de mierda? ¡Dónde está mi hijo! —Le grito.

—Con tu hermano menor. Con Connor Matteos y con su esposa. Ellos si le van a dar un hogar a mi hijo. —Dice y la aviento al suelo.

—¡Connor es un maldito drogadicto desempleado y su esposa una prostituta conformista de mierda! ¿Dónde carajos tienen a mi hijo? —Le grito.

—Jamás vas a saberlo. Jamás sabrás donde está Mark. —Dice y la ataco a golpes.

Si algo sabía, era que Connor sabía esconderse perfectamente de mi. El sabía como huir de mi.

Pero no voy a descansar, hasta tener a mi hijo de nuevo conmigo. No voy a dejar que mi hermano críe a mi primogénito.

Saco el arma apuntando a la maldita mujer que me lo había arrancado de los brazos.

—Vete al infierno perra. —Doy un disparo que la deja sin vida y le ordeno a mi gente que se deshagan del cuerpo.

También, ordeno que comiencen con la búsqueda de mi hijo. Nadie sabía que yo tenía un hijo, Julie no lo sabía, Henry no lo sabía. Y por ahora, es mejor que siga así, al menos hasta que Julie sea oficialmente mi esposa.

Yo tenía todo bajo control porque pronto me quedaría con el poder del Lord. Lo destruiría.

Emma

Mi cabeza no asimila las palabras que acaban de salir de sus labios. Necesitaba oírlas, necesitaba oírlas de nuevo para convencerme de que esto había sido real.

—¿Qué dijiste? —Lo miro a los ojos.

—Lo que oíste. Dije lo que siento por ti, Emma Ridley. —Me dice.

—Quiero oírlo. —Digo.

—Vente conmigo. —Acaricia mis mejillas.

—No eso, lo otro. —Refunfuño.

—Que... te amo. —Sus dedos acarician mis mejillas, suave. —Emma, desde la primera vez que te vi, cuando Julie llegó a presentarte como su amiga... —Exhala. —Desde ese momento me encantaste. —Une nuestras frentes. —Luego que te fui conociendo.... yo.... yo siempre deseé esto. Tenerte para mi. —Me mira a los ojos fijamente. —Pero tú amas a Andrew. Lo amas y... está bien. Yo respetaré eso. —Dice y niego.

—No lo amo. Ya no. Creo que nunca lo hice. Pero Henry... —Exhalo. —Siento que también... también empiezo a sentir algo muy fuerte por ti. Pero, tenemos que ser realistas. —Lo miro. Abrazándolo más. —Los dos nos queremos pero... no se puede. No podemos estar juntos porque Julie es tu hija y Julie es mi mejor amiga y ella... ella sufrirá a causa de nosotros. No quiero hacerla sufrir. —Digo.

—Emma... estar juntos es una decisión de nosotros dos. Julie no tiene porque influir. Reconozco que la forma en la que se enteró de lo de nosotros fue... difícil, pero, ella tiene que entender que me enamoré de ti así como yo entiendo que ella está enamorada de ese hijo de puta. No me gusta la idea, sin embargo, lo tolero porque respeto su vida, respeto sus decisiones. Ella tiene que hacer lo mismo conmigo. Respetar que te amo. —Dice. Me acaricia los labios. —¿Por qué siento que lo único que estás haciendo es buscando excusas para no estar conmigo? ¿No quieres? —Me dice y exhalo.

—No es eso... —Exhalo y me interrumpe. Besándome, respondo, respondo a su beso hambriento, nuestras lenguas se tocan saboreándose la una a la otra.

—¿Entonces que es? ¿Por qué no quieres estar conmigo? —Me mira a los ojos.

—Henry. Creo que me voy a ir a Italia. Para siempre. —Digo. Me mira, pálido, tenso, molesto.

Benson

Trabajaba junto con Matt en los cargamentos de Henry. Los últimos días había crecido mucho en contactos, rutas y dinero.

Sus laboratorios producían la droga de mejor calidad de manera acelerada. La única mafia capaz de distribuir cientas de toneladas por día era la de el Lord. Henry cada vez tomaba más fuerza en su mafia.

—Listo Benson. Me informan que la droga llegó bien. —Dice Matt y asiento. Ardiendo en rabia viendo como el Lord se enriquecía más y más cada vez. Pero aún no podía sabotear otro cargamento, no hasta que Emma llegue porque la única manera de hacer que Henry deje de pensar en ella es cuando descubra que Emma "lo traiciona". —¿Cuánto tiempo lleva Henry metido en casa de Emma? —Dice mientras mira su reloj. Ambos estábamos esperando a Henry en el auto fuera de casa de Emma.

Me frustro cuando veo todo los carteles que hay fuera de su casa. La llaman zorra, prostituta, puta. Y todo, todo por culpa de Henry.

—Media hora. —Le respondo.

—Seguro están reconciliándose. Tú ya sabes cómo. —Ríe burlesco y ese jodido chiste no me causa gracia. —Ya, ríete un poco. Siempre estás todo serio. —Dice.

—Y tú nunca te callas. —Ruedo los ojos.

—Que amargado. —Dice tomando su teléfono para revisar no se qué.

Yo no puedo tomar mi teléfono porque Michael sigue presionándome, quiere resultados. Quiere joder al Lord, a su hermano.

Pero tengo que esperar, se que Emma volverá a la mafia y la necesito ahí, para que caiga en mi trampa, para que Henry la odié, para que ella vea que el único que puede protegerla soy yo. Para que sea solamente mía.

Para que disfrute junto conmigo el imperio que le robaré al Lord. Para que disfrute junto conmigo ver al Lord preso, pudriéndose en la cárcel mientras el imperio Rickman, el de mi padre, se corona, se posiciona.

Yo estoy con la policia, estoy con la mafia, yo tengo en mis manos el poder de destruir a Henry y ahora, mi marioneta Andrew se va a encargar de dar un golpe bajo para Henry.

Lo había contactado después del incidente en la playa. Henry había logrado sobornar con muchísimo dinero a los otros amigos de Julie que sabían de la mafia.

Pero Andrew, quería destruirlo. Así que, ahora mismo, debe estar con la prensa contando todo.

Hoy se muere Henry Evans. Hoy se muere el empresario intachable. Hoy todo el mundo va a saber que Henry Evans, es Henry Adams Smith. El puto Lord.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now