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🔥💥😈

Emma

El silencio es desgarrador. Henry se mantiene mirando al frente mientras un par de lágrimas se deslizan por sus mejillas.

—¡Déjenme solo! —Grita mirando a Benson y a Sean. —¿Que acaso no oyen? ¡Que me dejen solo carajo! —Dice de nuevo con la mirada ardiendo en dolor. En furia. En coraje. En tristeza.

Benson y Sean salen de la oficina y Henry se quiebra en llanto abrazándome. Esconde la cabeza en mi cuello y suelta lágrimas totalmente desgarradoras. Se queda así unos minutos, no se separa de mi y yo no dejo de abrazarlo.

Respira hondo soltándome.

—Voy a encontrar a los responsables de esto. Los voy a encontrar y les voy a arrancar la piel y haré que se la coman mientras les rompo los huesos. Lo juro. ¡Lo juro! —Grita. Golpea el escritorio con fuerza muchas veces, su furia era tanta que rompe la madera haciéndome tragar saliva del miedo. De la preocupación. —Voy a matar a todos. ¡A todos! —Lanza las botellas y las copas a la pared. El ruido de los cristales me estremece y rompo en llanto porque la muerte de Mia Adams me duele y también ver a Henry así, roto, desecho.

—Amor, ya. —Lo detengo tomándolo por las mejillas. Sus ojos se centran en los míos y respira agitado. —Vas a hacerte daño si sigues rompiendo todo. —Lo llevo al sofá. Se sienta y continúa con su respiración agitada y con las lágrimas en los ojos. —Lo siento mucho mi amor. —Digo. —Se que duele, y te prometo que entre los dos vamos a buscar a los asesinos de tu madre. —Digo.

—Mi madre no se metía con nadie Emma. ¡Ella no lo merecía! —Solloza y vuelvo a abrazarlo. Se acurruca en mi. —Estoy seguro de que fue Paul. El definitivamente tuvo que ver en esto. Se vengó por lo que le hice a su hijo. Me preocupa Julie. ¡Mi hija carajo! Ese hijo de puta es capaz de ir por ella y hacerle lo mismo que le hizo a mi madre. Y no quiero perder a mi hija carajo. —Dice. Y exhalo.

—Iré por Julie. Se donde vive con Ian. Iré por ella y la traeré aquí quiera o no. Pero ya tranquilízate amor. Se que no es fácil, yo también perdí a mis padres, en un accidente y si, duele mucho. Pero tienes que ser fuerte, sobretodo porque tienes un gran motivo y es Julie. Tu hija te necesita fuerte. —Acaricio sus mejillas. Henry tiembla, continúa soltando lágrimas. No lo veo bien. —Ven, vamos a nuestra habitación. Te haré un té para que duermas un poco y resolveré algunas cosas. Pronto encontraremos a los culpables. Ven amor. —Lo tomo de la mano y cede. Nos vamos a nuestra habitación y él se queda recostado mirando al techo, llorando en silencio.

Bajo a la cocina y le preparo un té que lo ayudará a dormir para por lo menos olvidar un rato toda esta situación.

Llamo a Benson y a Sean para darles instrucciones.

—Sean, necesito que contactes al francés y que le digas que repondremos el cargamento perdido. También necesito que armes esos paquetes y que salgan en una hora hacia Francia. —Digo.

—Si señorita Ridley. —Dice yéndose a hacer el trabajo que le había ordenado.

—Benson... a ti te necesito pedir un favor... especial. Eres el hombre de seguridad de mayor confianza en esta casa, para mi y para Henry también. Necesito que seas tú quien lleve la investigación para encontrar a los asesinos de mi suegra. Que sea lo más pronto posible. En cuanto tengas los nombres, me los entregas. Que ni Henry ni yo vamos a dejar esto así.

—Cuenta con eso.

—Y también necesito que seas tú quien investigue quién demonios jodió mi cargamento. Dices que la policia no pudo ser y tiene sentido... pero esto tampoco lo dejaré así. Alguien quiere joder y antes de que avance más, le arrancaré la cabeza.

—También cuente con eso señorita Ridley.

—Dime Emma. A mi no se me olvida que somos amigos aunque quieras alejarte de mi, Benson. Oye, también necesito que me prepares un auto con dos escoltas, voy a ir por Julie. Que esté listo en treinta minutos.

El asiente y tomo el té subiendo con el. Me encuentro a Henry colapsando en la cama y dejo el té en la mesita corriendo a abrazarlo. Se aferra a mi.

—Son unos hijos de puta. —Dice dándome su teléfono. Le habían enviado por un número desconocido y privado la foto del cadáver de su madre. —Los voy a acabar. Los voy a acabar a todos. —Dice y me recuesto con él a un lado sin soltarlo.

—Los vamos a acabar, porque no te dejaré solo en esto. —Digo. —Toma este té. Te hará dormir mi amor. —Beso su frente y estiro mi mano a la mesita tomando el té.

Verifico que se lo tome y me acurruco junto con él mientras le acaricio el cabello.

—No se que haría en estos momentos si tú no estuvieses aquí. —Me mira.

—Pues nunca me voy a ir. —Beso su nariz.

—Eres mi fuerza, Emma. —Dice.

—Y tú la mía, Henry. —Le digo. Continúo dándole caricias hasta que se queda dormido. Salgo lentamente de la cama y lo cubro con la sábana tomando un abrigo del armario.

Esto que había pasado también me preocupaba. Más por Julie, porque que no esté aquí la pone en riesgo. No quiero que sea la próxima porque si algo le pasa a Julie, Henry jamás se repondrá.

Tomo las llaves y me dirijo a los autos, hay dos escoltas esperando ahí. Subo al auto y pido que suban la ventanilla para que los escoltas no puedan verme. Es ahí cuando rompo en llanto. Cuando suelto el nudo que tenía atado para no ponerme mal frente a Henry cuando el me necesitaba fuerte.

Simplemente no controlo el llanto porque todo el pequeño tiempo que conviví con la madre de Henry fue hermoso. Esa señora era dulce, atenta, linda. La adoraba. Y si, no merecía morir así. No merecía que la asesinaran.

El auto se detiene de golpe y el sonido de las llantas en la carretera extrañamente me provoca náuseas.

Limpio mis lágrimas.

—¿Que pasa? —Digo. Bajando la ventanilla para encontrarme con mis escoltas muertos de un disparo en la cabeza.

Abren la puerta y me bajan a la fuerza. Forcejeo pero es inútil porque me apuntan con un arma en la cabeza.

—Esperaba mucho para volverte a ver Emma Ridley. —Me arranca el collar del cuello lanzándolo a la nada. —Ahora si tendré el honor de marcarte con el mío. —Se acerca a mi.

—Hijo de puta. —Lo escupo y ríe.

—Esa no es manera de hablar, muñequita. Debo enseñarte modales. —Ríe. —Métanla al auto. Que aquí tenemos a la Joya del Lord para hacerlo sufrir. —Fuma. —Serás por un tiempo, la joya de Paul, hasta que me canse de ti y le envíe tu cabeza a Henry. —Se carcajea demasiado. —Ya llévensela. —Comenta.

Me inyectan algo y me suben a un auto. En el, pierdo el conocimiento total.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now