72

2.7K 191 13
                                    

Emma

Ambos nos duchamos juntos, el hacker ya había llegado y nos esperaba en la oficina así que intentamos apresurarnos.

Cierro el grifo para salir de la ducha pero Henry me acorrala a la pared besándome desesperado.

—Mi amor... —Me muerdo los labios cuando sus besos descienden a mi cuello, sus manos masajean mis glúteos y balancea su pelvis rozándome a cada nada su dura erección que me ponía más húmeda. —Amor, el hacker nos está esperando. —digo.

—Que siga esperando. —Gruñe alzándome una pierna dejándola a la altura de su cadera. Tiene acceso a mi sexo y lo aprovecha rozándome el glande haciéndome tragar en seco. —¿Lo quieres? —Continúa masturbándome con la polla y yo sigo gimiendo mientras me retuerzo acariciando su pecho.

—Si. —Susurro besando y sonríe.

—¿No que te preocupa que el hacker esté esperando? —Me roza la polla con mayor intensidad poniéndome a temblar.

—Me vale madre, solo cógeme. —digo y ríe atacando mis labios. Impaciente tomo su falo acomodándolo en mi entrada, balanceo las caderas provocando que me la meta toda, Henry comienza a moverse duro, gimo arañándole el pecho porque la intensidad de sus embestidas me tiene loca.

—Me encantas carajo. —Une nuestras frentes y me mira a los ojos, aumenta la intensidad dándome duro una y otra vez, jadea mirándome con la boca entreabierta.

—Y tu a mi. —Le susurro. Bajo la mirada a nuestros sexos viendo cómo se unen. Como Henry entra y sale jadeando más.

—Quiero verte envuelta en placer. —Sin dejar de penetrarme comienza a estimular mi clítoris con sus dedos. Escondo la cabeza en su cuello gimiendo segundo tras segundo. Sigue moviéndose con hervor mientras sus dedos hacen maravillas en mi sensible botón. Todo el cuerpo entero me arde, balanceo las caderas sumergida en placer, no dejo de gemir, siento calor. —Mírame. —Pide mi esposo y como puedo alzo la cabeza mirándolo sin poder parar de gemir, tengo la boca entreabierta y respiro agitada. Su mirada oscura y sus jadeos terminan de condenarme, lo beso como una loca desesperada, mi lengua busca la suya atacándola con fiereza, mis manos van a su espalda y se mueve con más rudeza cuando lo araño mordiéndole el hombro. —Vente conmigo. —Gruñe, sigue penetrándome, sigue masturbándome, sigue besándome como si el mundo se fuese a acabar y termino lanzando un gemido que nos pone a temblar a ambos. Me ruborizo sintiendo como mis jugos se deslizan por mis piernas empapando a Henry quien sonríe orgulloso. —Me encanta que te vengas así mi amor. —Besa suave mis labios saliendo de mi con lentitud. Me rodea con sus brazos y abre de nuevo el grifo para sumergirnos de nuevo en una ducha de besos y caricias.

Benson

Había cometido un error y estaba consiente de ello. Yo filtré el video en los televisores de la casa Adams y el hacker me había descubierto.

Aprovecho la ausencia de Henry y Emma y entro a la oficina dejando mi arma en el escritorio. El hacker, Theo, me mira.

—No nos hagamos tontos. Se que sabes que yo filtré los videos donde amenazaban a él Lord y su familia...

—Y ya muero por contarle a Henry que tiene a un traidor en sus narices. —Dice y río.

—No creo que eso vaya a pasar Theo.

—Y yo no voy a dejar que me amenaces. Le soy leal al Lord. ¿Vas a matarme aquí? Inténtalo y te descubren.

—Ay Theo. He estado traicionando a Henry por tantos años y jamás me han descubierto. ¿De verdad crees que lo harán ahora? Yo no lo creo. —Le enseño un video de su esposa, atada y amordazada. —De ti va a depender que tu mujer siga con vida. —Le sonrío viendo cómo el rostro se le quiebra del miedo y de la preocupación. —Vas a decirle a Henry que el video lo filtraron porque alguien hackeo su sistema de seguridad. Vas a decirle que ese alguien no es cercano a su mafia y que es imposible que puedas rastrear la ubicación. ¿Está claro? —El asiente varias veces.

—Voy a hacer lo que me pides pero por favor, no le hagas daño a mi esposa. Está embarazada Benson, no le toques ni un pelo y yo le diré a Henry lo que quieres que le diga.

Sonrío y me quedo en la oficina para cerciorarme de que diga exactamente lo que le pedí.

Emma y Henry demoran un poco en llegar pero lo hacen, entran juntos a la oficina y tomados de la mano. Henry se sienta en su silla del escritorio y Emma cómo de costumbre se sienta en sus piernas acariciando el cabello de él Lord. <<Que disfruten sus últimos días juntos, porque después, Emma será solo mía.>>.

—Lamento el retraso Theo, estaba ocupado resolviendo cosas importantes con mi esposa.

—No se preocupe señor. —Carraspea. —Yo ya tengo respuesta a todas sus preguntas. Sus sospechas no fueron ciertas, no hay un traidor en su equipo. Nadie sembró el video que se reprodujo si no que hackearon su sistema de seguridad. La persona que lo hizo es profesional porque he intentado rastrear quien es pero no he tenido éxito. Es imposible.

—Sigue investigando Theo. —dice Henry frustrado. —Necesito saber quienes están detrás. Por ahora quiero que mejores el sistema de seguridad. Y tú Benson, quiero que redobles a los escoltas. Quiero a más gente protegiendo a mi familia, todos tienen que tener vigilancia.

—Si, señor. —Responde Theo y yo digo lo mismo.

—Iré con mi mujer a la nueva casa de seguridad. Los veo ahí en cuanto hayan terminado lo que les pedí. —dice Henry.

—Ah, Theo, también necesito que coloques cámaras en la nueva casa. En las entradas, salidas, en el jardín. A esas cámaras solamente mi esposo y yo vamos a tener acceso. Solo nosotros veremos las cintas que se graben ahí. No hay que descartar a un posible infiltrado en nuestra mafia. —Dice Emma.

—Cuente con eso señora Adams. —Responde Theo y tanto Emma cómo Henry se van de la oficina rumbo a la nueva casa de seguridad.

—Muy bien Theo, te felicito. —Sonrío mientras el me mira serio. —Otra cosa, también voy a tener acceso a las grabaciones de las cámaras de seguridad que te pidió Emma, ¿ok?.

—Si pero ya libera a mi esposa.

—Va a estar bien. La dejaré ir en cuanto yo haya logrado mi objetivo. Pero tranquilo, que será muy pronto.

Emma

Reposo la cabeza en su hombro mientras vamos a la nueva casa de seguridad. Henry revisa su teléfono enseñándome ropa de bebé.

—Jr se verá bien guapo con este traje, ¿no lo crees? —Dice.

—Prefiero seguir vistiéndolo con sus mamelucos de Disney. —Ríe.

—Cuando crezca va a reclamarte.

—No lo creo, mira. —Saco mi teléfono enseñándole todas las fotos que le había tomado a Jr con diferentes mamelucos. Mi bebé sale en todas sonriendo, se ve sumamente precioso. Henry mira cada una de las fotos con una enorme sonrisa.

—Nuestro hijo es hermoso. —dice.

—Lo sé. —El exhala y lo miro. —¿Qué te pasa mi amor?

—Tuve un sueño Emma. Anoche. Uno que... no puedo sacar de mi cabeza. —Me mira acariciando mis mejillas. —Te ibas, me dejabas.

—Es eso Henry, es solo un sueño. No va a pasar mi amor. Te amo y no pienso dejarte nunca. —beso sus labios.

—Emma... yo no podría sin ti. —Une nuestras frentes.

—Amor, no digas esas cosas.

—Estoy diciendo la verdad. Te amo y soy feliz a tu lado. No importa el infierno que nos rodee o los problemas que hayan, si estoy contigo tengo un motivo para luchar pero si alguien te aparta de mi lado, yo preferiría la muerte.

—Deja de decir esas tonterías. —Me acurruco en su pecho. —A ti y a mi ni la muerte nos va a separar. —Te amo. —Le susurro dejando que su abrazo me envuelva. Que si aroma me relaje y que sus caricias me adormezcan.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALWhere stories live. Discover now