69

2.8K 218 29
                                    

Emma

Las horas pasan y mi pequeño sigue dormido en mis brazos mientras Henry continúa furioso. Desde que supo que fue Ian, tiene unas ganas enormes de matarlo al igual que yo. Pero primero está nuestro hijo. El médico le había hecho unos estudios después de algunas horas con el antídoto en su cuerpecito, el análisis había arrojado que tenía solamente un cinco por ciento de rastro de ese maldito veneno en su cuerpo, el doctor nos explicó que esos dolores intensos que mi pequeñito tenía ya no los sentiría aunque aún podría presentar fiebre y malestares menores por el porcentaje de veneno que aún continúa en su organismo que según él, desaparecería con el pasar de los días con los medicamentos adecuados.

Benson regresa entregándole un frasco a Henry con un veneno que definitivamente haría sufrir a Ian Matteos de la peor manera.

De verdad que quedo completamente pálida cuando escucho cada mínimo detalle que pasaría con Ian después de que Henry le inyecte ese veneno.

—Benson.... —Lo detengo antes de que se vaya de aquí. —Gracias. Gracias por conseguir ese antídoto que aminoró el sufrimiento de mi hijo. Y gracias también por el veneno que le dará su merecido a Ian.

—Es mi trabajo señora Adams. Fueron órdenes de su esposo.

—Solo dime Emma, Benson. —Le sonrío.

—Entonces, Emma, de verdad me siento feliz de ya no tener que verte llorar y sufrir por tu hijo. Ya va a estar bien. —Dice sonriente.

—Gracias de nuevo. —dejo un beso en su mejilla, Benson se va y regreso a lado de mi bebé y de mi esposo. Sostengo la mano del dormilón y Henry me mira serio cruzando los brazos.

—¿Qué pasa mi amor? —Digo.

—¿Por qué mierda le diste un beso en la mejilla a Benson?

—Estaba agradeciéndole.

—Tus besos son solo míos. Esos labios no pueden posarse en otro sitio que no sean mis labios o las mejillas de mi hijo. —río. —O en todo caso, en mi polla. —dice y me ruborizo negando.

—Estás loco.

—Pero ya sabes que por ti. —Me jala a él besándome y lo abrazo profundizando el beso que no termina pronto. Sus labios atacan los míos, su lengua encabeza una húmeda danza con la mía y llevábamos días sin devorarnos de la forman en la que lo hacíamos.

—Te amo. —Uno nuestras frentes acariciando sus mejillas. —Te amo tanto Henry.

—Mi amor, yo a ti te amo cada segundo más. Cada instante. Eres el amor de mi vida Emma Adams. —Me acurruco en sus brazos y seguimos mirando a nuestro pequeño, acariciando sus manitas, dándole besitos.

Pasan de nuevo más horas y me pongo de pie cuando veo a mi pequeño bostezar. Abre los ojitos y nos mira con atención. La felicidad vuelve a mi cuando nos sonríe, nos regala esa preciosa sonrisa acompañada del brillo de sus hermosos ojos.

Lo tomo en brazos soltando lágrimas de felicidad porque mi pequeño valiente ya no lloraba a causa de dolor.

—hola mi niño. —lo lleno de besitos. Mientras su padre me limpia las lágrimas y sonríe feliz, al igual que yo.

—Fuiste muy valiente campeón. Todo un Adams desde pequeñito. —Le hace cosquillas a nuestro hijo y Jr rompe la carcajada que tanto extrañaba. Henry lo toma en brazos y lo abraza pegándolo a su pecho. Observo también sus ojos llorosos. —Estoy muy orgulloso de ti hijo y te prometo que ya nadie más va a volverte a hacer daño. Nunca voy a perdonarme el infierno que te hicieron vivir por mi culpa pero también te prometo que Ian va a pagarlo. —Le da besitos a nuestro hijo mientras él sigue sonriendo mirándonos.

NUESTRO INFIERNO I || OFICIALKde žijí příběhy. Začni objevovat